Final Fantasy IX

La caida del sol ilumina los muros del acantilado y Dagger tiene una terrible visión tras la cual se desmaya.

De vuelta a casa hablan en el comedor. Dagger recuerda como un huracán arrasó la villa y recuerda como huyó en un bote con su verdadera madre, la cual murió en el viaje.

Volvemos juntos al muro y tras decidirse a seguir todos juntos, Eiko y Dagger se ponen a rezar en el muro.

Los moglis se despiden de nosotros pero Mog va con Eiko. En esto aparece el cazarrecompensas de pelo rojo y le pide explicaciones a Zidane de por qué no le ha matado, pero Zidane lo convence para que se una al grupo. Por cierto, este muchacho se llama Amarant.

Nuestra próxima parada es el Lifa Tree. Al llegar vemos un dragón plateado que va directo al Lifa Tree y vamos hacia él. Antes de adentrarnos en el Lifa Tree podemos cambiar los componentes del grupo.

Pero las plataformas sólo bajan. ¿Cómo subiremos? Pues Zidane tiene un plan. Le pide a Amarant que consiga una araña que nos suba, ya que hay muchas arañas por allí. Pero Amarant coge a Vivi y a Eiko y empieza a escalar. Zidane se decide a transportar a Dagger.

Kuja se encuentra meditando en las alturas y su dragón le avisa de que estamos llegando. Nos vamos a por él pero mientras discutimos nos muestra la llegada de la flota de Alexandria con Brahne a la cabeza para atacar a Kuja.

Pero sólo conseguimos pegarnos con los monstruos que le obedecen. Cuando acabamos con ellos Kuja ya no está, va al encuentro de la flota de Alexandria. Pero nosotros somos testigos de excepción y Dagger se resiste a no poder ayudar a su madre. Le pide a Eiko que le indique el camino hasta el Eidolon prisionero de Lifa Tree, y Dagger se lanza en su búsqueda, así que quedamos los otros cuatro para ir corriendo detrás de ella árbol abajo. En nuestra carrera seremos interrumpidos un par de veces por monstruos como los de antes.

El ataque de Bahamunt provoca una sangrante herida en la frente de Kuja, pero este se prepara para el contrataque. Y su venganza no es otra que la de volver a bahamut contra las tropas de Alexandria mientras él se aleja en el horizonte. La devastación de las tropas es total.