Vuelve la Segunda División con la resaca aún del Deportivo-Fuenlabrada, que nos dejó una interminable batalla que aún colea en los tribunales. La prórroga de aquel partido de Riazor propició de alguna manera el ascenso del Elche, que, de prórroga en prórroga (el gol del ascenso ante el Girona también llegó en el tiempo añadido), ascendió a Primera División contra pronóstico y entrenándose durante dos meses sin ni siquiera saber si iban a jugar el playoff. Llevamos muchas semanas hablando de mucha escaramuza legal y poco fútbol. Apenas dos semanas después del gol de Pere Milla que cerró el último partido de LaLiga Smartbank 2019-20, la categoría de plata del fútbol español vuelve andar. Es un ascensor de alto voltaje. Esto no va de convertirse en el CTF Finance Center de Guangzhou (que alcanza una velocidad de 75,6km/h) para subir y bajar muchas veces (el récord de ascensos lo tiene el Málaga, con 13), sino de subir pocas (como Getafe, Villarreal o Eibar) y mantenerse a salvo en planta porque, en esta categoría, el riesgo de caída al pozo conlleva un serio peligro de desaparición o de largos letargos por la Segunda B o Tercera División, como les toca sufrir a clásicos de nuestro fútbol como el Real Murcia (53 temporadas en Segunda), Hércules (43), Recreativo (38), Racing de Santander (35), Racing de Ferrol (34), Córdoba (33), Xerez (25) o Lleida (24).
El Deportivo se despidió del fútbol profesional después de 41 temporadas en Segunda División y 46 en Primera División. Se fue al hoyo junto al Numancia, Extremadura y Racing. LaLiga Smartbank es la antesala de LaLiga. Una competición profesionalizada, donde los directivos pasan de sentarse en una silla a acomodarse en un sillón. Cogen sitio en su nueva plaza en esta temporada 2020-21 la Unión Deportiva Logroñés, Cartagena, Sabadell y Castellón, que consiguieron el ascenso más rentable de los últimos años: escaparon esta campaña de una Segunda B con 102 de equipos (cuando antes eran 80) y la incertidumbre de saber si arrancará o terminará con garantías el fútbol no profesional en España por la pandemia de la COVID. Por eso Deportivo y Numancia se agarraron hasta el último momento a la posibilidad de una Liga de 24. El infierno no está en la Segunda División sino un escalón más abajo…
Decíamos que hasta el pasado 24 de agosto, el Elche, quinto presupuesto más bajo de LaLiga Smartbank 2019-20, se despidió de la categoría. Adiós a Nino, el hombre de la Segunda División por antonomasia. Tiene un tesón de Primera. Con 40 años alcanzó los 571 partidos en Segunda, el récord de la competición. Este año los jugadores del Lugo Iriome González (378 partidos) y Seoane (376) tienen la posibilidad de entrar en ese honorable top ten del ránking con más partidos en Segunda División, si Juanfran García (mítico jugador del Levante y Celta, entre otros, y ahora el técnico-milagro que obró la salvación) les brinda partidos y minutos con regularidad. Esa que consiguió hace unos años Cifu, en el Cádiz, y que le llevó de Segunda División B a debutar en Primera División con 42 años en la 2020-21. Y hablando de despedidas en Segunda y las peculiaridades de esta competición, el japonés Okazaki se ha convertido en ídolo en El Alcoraz, que le verá jugar ahora en LaLiga Santander tras un año triunfal en el Huesca, después de su fichaje frustrado por el Málaga (de la casa de los líos de Al-Thani) y ser campeón de la Premier en la 2015-16 con el sorprendente Leicester City, mundialista hasta en tres ediciones (2010, 2014 y 2018) y olímpico en los Juegos de Pekín 2008. Leganés, Mallorca y Espanyol reemplazan a Huesca, Cádiz y Elche en Segunda División.
Se viene un trasatlántico a la categoría de plata como es el Espanyol (85 campañas en Primera División). El Girona de Delfín Geli o el Almería del jeque Turki Al-Sheikh continuarán un añito más en el infierno. Dos modelos de club completamente diferentes, pero con el denominador común de otro año de sufrimiento. El club catalán está sustentado financiaramente y futbolísticamente por el City Football Group (propietario del Manchester City entre otros) y el Girona Football Group (propiedad del hermano de Guardiola), que le ha permitido mantener al menos hasta la temporada pasada de jugadores galácticos para Segunda como el caso de Stuani; el Almería, mientras, sólo responde a los millones y caprichos de un dueño impaciente, que quiso a toda costa un ascenso exprés (nombró a cinco entrenadores diferentes a lo largo de la temporada anterior) y, hasta el momento, el movimiento de mercado más importante este verano ha sido la venta del talentoso Darwin Núñez por 25 millones de euros al Benfica.
Una categoría de contrastes
El atractivo de la Segunda División del fútbol español es la amalgama de perfiles. Los grandes suelen mandar a sus jóvenes a fajarse en el barro. Pedri (ahora en el Barça tras su paso por la UD Las Palmas) o Lunin (ahora en el Madrid tras su paso por el Real Oviedo) son dos claros ejemplos. Luego aparecen una serie de jugadores Sub-23 muy interesantes, a los que muchos de ellos les veremos en cotas más altas los próximos años si trabajan duro y las lesiones les respetan, como Manu García (22)-del Sporting-, Brazao (19)-del Oviedo-, Andrés Martín (21)-del Rayo Vallecano-, Loiodice (19)-de Las Palmas-, Appiah (19)-del Almería-, Randy (22)-del Fuenlabrada-, Melamed (19)-del Espanyol-, Valery (20)-del Girona-.Es una categoría que curte, que se lo digan a los entrenadores que aparecen en la nómina de equipos. Muchos cuentan con una dilatada experiencia en Primera como Lucas Alcaraz (274 partidos)-ahora dirige al Albacete-, Luis García Plaza (147)-entrena al Mallorca-, Pepe Mel (160)-tercera temporada en el banquillo de la UD Las Palmas-, Cuco Ziganda (137)-bajo los mandos del Real Oviedo-, Vicente Moreno (38)-fichado por el Espanyol-, Sandoval (38)-después de muchas oportunidades como entrenador apagafuegos, por fin empieza una temporada de inicio en el Fuenlabrada-, Francisco Rodríguez (29)-míster del Girona- y David Gallego (16)-contratado por el Sporting después de muchos años en la cantera del Espanyol-. Luego están veteranos como Diego López (38)-Espanyol-, Yuri (37)-Ponferradina-, Carlos Ruiz (37)-Tenerife-, Seoane (37)-Lugo-, Juanma Marrero (37)-Fuenlabrada- o Salva Sevilla (36)-Mallorca. Todos ellos dispuestos ofrecen experiencia y calidad a una competición que arranca este sábado con un partido de alto vuelo: la Ponferradina recibe al histórico Castellón (16:00 horas). 42 jornadas apasionantes por delante y que contaremos día a día en AS.
LaLiga Smartbank es de Primera. Al menos en los años de historia que suman entre varios equipos de la competición en la Primera División. El Espanyol, sin ir más lejos, acumulaba 26 años seguidos en la elite, desde su regreso en la temporada 1993-94, para sumar un total de 85 temporadas en la máxima categoría del fútbol español. La esperanza es que su estancia en la división de plata sea lo más fugaz posible. Marcarse un Huesca (19-20), Getafe (16-17), Betis (14-15) o Villarreal (12-13), que ascendieron justo al año siguiente de descender, y en el caso de los tres últimos clubes, todos se mantienen en Primera desde entonces. La categoría brinda antecedentes para todos los ánimos. Pero si usted, por ejemplo, es un aficionad@ peric@ optimista bien informad@, es mejor que salte al siguiente párrafo. No vamos a hablar de la desgracia del Deportivo, pero hay otros clubes que siguen anclados en Segunda desde el año que bajaron como Las Palmas y Málaga (2018), Sporting (2017), Almería (2015), Zaragoza (2013) o Tenerife (2009). Otros como el Albacete (2005) han penado incluso por Segunda B y el Oviedo (2001), hasta por Tercera División. El fútbol es ese deporte que al menos ofrece el consuelo absurdo de conformarse con ver el espejo de otros peor que tú, que termina acabándose cuando tu equipo desaparece literalmente. Que se lo digan a la Unión Deportiva Logroñés, que nació a raíz de la extinción del CD Logroñés, que descendió a Segunda en 1997, no remontó el vuelo y las deudas le ahogaron. Otros, como el también recién ascendido Sabadell, no desaparecieron, pero no volvieron a catar la Primera División desde su último descenso en 1988.
Si bien es cierto que los objetivos de los 22 equipos que conforman LaLiga Smartbank son bien diferentes según el presupuesto y la historia de cada club, la realidad es que el sueño de ningún club es quedarse de por vida en la antesala del fútbol profesional. Empatar es mejor que perder, pero el objetivo es ganar. Como dice Marcelino García Toral, que dirigió 64 partidos en Segunda División: “Cuando en 85 minutos no has hecho méritos para ganar y vas empate, tampoco los hagas para perder en los últimos cinco minutos”. Pues en Segunda lo primero es asegurar la categoría, pero el sueño es jugar en la élite hasta para los que nunca la han saboreado (Cartagena, Alcorcón, Lugo, Mirandés, Ponferradina, Fuenlabrada y UD Logroñés). Que se lo pregunten al Fuenla, que soñó hasta el último momento con emular el milagro del Mallorca, esto es, pasar de Segunda B a Primera en apenas 13 meses. Se lo impidió un virus que ha cambiado la vida a tod@s.
Sin público de Primera
Varios estadios de Segunda División registraron una mejor media de espectadores que muchos de Primera División durante la temporada 2019-20. La Romareda fue el décimo campo con más afluencia de público: 21.911 espectadores; El Molinón, el decimotercero con 17.585; Riazor, el decimoquinto con 17.370; La Rosaleda, el decimoctavo con 16.256; y el Ramón de Carranza, el vigésimo con 15.842 (Vizcaíno, presidente del Cádiz, prometió abono gratis para la siguiente temporada a los abonados que acudieran a todos los partidos en casa). La categoría de plata contó la temporada pasada con siete escenarios mundialistas que rezuman solera, más allá del innegable tirón que tiene el fútbol de plata en provincias donde no hay equipo en Primera. Este año no estará el mundialista Martínez Valero, pero volverá a sonar en Carrusel el sonido mítico de “gol en Las Gaunas”. Se unirá a otros clásicos como el estadio de Vallecas, el Carlos Belmonte, el Heliodoro Rodríguez, el Ángel Carro, Anduva, El Toralín… Puro fútbol el día que recuperemos la normalidad y vuelvan a acceder aficionados a los estadios. De momento, el factor ambiental también se pierde en esta categoría. “Creo que para ver los estadios como antes sólo puede ser a partir de la vacuna. Espero que pueda ser en enero o febrero”, decía Javier Tebas.
La llegada del Espanyol a LaLiga Smartbank es una situación anómala que afecta al fútbol español de manera histórica, y a la patronal de manera económica. La bajada a los infiernos del quinto equipo de mayor importancia histórica en nuestro país se traduce en el mayor desembolso por parte de LaLiga para el fondo de compensación al Espanyol. Cerca de 30 millones. Este mecanismo se calcula teniendo en cuenta los años consecutivos que lleva el Espanyol militando en Primera División, los presupuestos de las últimas temporadas y las cantidades recibidas por derechos audiovisuales en las últimas temporadas. La entidad dirigida por Chen Yansheng tuvo el noveno mayor límite salarial de la competición, con 86,3 millones de euros en 2019-2020. Los ingresos por televisión representan el 71% de su cifra de negocio excluyendo traspasos. El Mallorca, en cambio, 'sólo' recibirá unos 13 millones porque en las últimas cinco temporadas sólo militó en Primera División en una ocasión. El club bermellón sólo sumó 22 millones de euros procedentes de la televisión en el último lustro, que es menos de la mitad de lo que ingresó en la 2019-20 por esta misma partida. El Leganés, en cambio, recibiría unos 18 millones del fondo de compensación porque viene de jugar cuatro temporadas en la élite y acumula tres ejercicios en beneficios.
Al final, cuanto más presupuesto, en teoría existen más probabilidades de subir. Pero este negocio no consiste en jugar sólo con los millones sino con balones. El Girona, descendido en la 2018-19, tuvo la temporada anterior el presupuesto más alto de la categoría con 29,3 millones de euros, sin embargo en esta campaña sus ingresos se reduzcan casi a la mitad. Otros como el Almería han conseguido colarse entre los nobles de la competición a costa de la inversión personal de un jeque de Arabia Saudí llamado Turki Al-Sheikh, pero los ascensos, como sucede en la Champions con el City o el PSG (desde LaLiga vemos con recelo los llamados clubes-estado), no se consiguen a golpe de talonario, ni tampoco con decisiones estrambóticas como las de contar cinco entrenadores distintos, entre ellos Guti, aun ocupando los puestos de ascenso durante toda la temporada. Turki ya tiene en su historial futbolístico la compra de un equipo en la liga egipcia, el Pyramids por 40 millones de euros, en donde contrató también a cinco entrenadores y tras ocho meses se cansó y abandonó el club. De momento, el movimiento más sonado del Almería este verano ha sido la multimillonaria venta de Darwin Núñez (24 millones) al Benfica. Esperemos que Al-Sheikh mantenga la apuesta por la Unión Deportiva Almería (en pleno auge con la primera primera ola del coronavirus, eso sí y bravo por él en este sentido, donó 1,2 millones de euros a la ciudad) para que no volvamos a vivir un caso Málaga, que no sólo amenaza a la ciudad sino a la estabilidad de Liga por el riesgo de vivir otro caso Reus. Sólo la Justicia ha conseguido apartar a Al-Thani de un club que está coqueteando con la desaparición y que está teniendo verdaderas dificultades para empezar LaLiga Smartbank con el número de fichas profesionales mínimo exigido debido a la intervención judicial y el ERE aplicado. Este jeque catarí se hizo con el Málaga en 2010 y al año siguiente el equipo se metió en Champions. Pero diez años después el sueño puede acabar en drama. Por todo esto, el milagro en la Segunda División en la temporada 2019-20 fue el Elche, ya que sufrió en 2015 un descenso administrativo (del que se favoreció el Eibar para mantenerse en Primera) que le llevó hasta el pozo de Segunda B en la 2017-18, pero que resurgió milagrosamente de sus cenizas para volver a Primera, cuando tenía el quinto peor presupuesto de la categoría. Por eso decimos que el dinero no da la felicidad sino los goles de tu equipo…
El mercado de fichajes en Segunda División, al igual que en Primera, se ha visto afectado en gran medida por la crisis del coronavirus. Los presupuestos de la 2020-21 se verán muy reducidos porque en esta categoría, en la que los clubes históricos cuentan con un gran respaldo social, sí que influye más en el presupuesto la partida de taquillas y abonos. Los ingresos esta campaña se reducirán al dinero de la tele. Por eso el Girona tiene tan complicado mantener a un goleador como Stuani otro año más en Segunda. Los grandes movimientos hasta el momento en la categoría los ha protagonizado el Leganés, que viene de años de bonanza en Primera. Ha fichado a Luis Perea procedente de Osasuna (3 millones) y también se ha hecho con un delantero de renombre como Borja Bastón, que llega libre del West Ham. Pero quitando el de Maras por el Almería, procedente del Chaves portugués por 1,3 millones de euros; o Mula y Kanté, por el Fuenlabrada, procedente del Málaga por 1,5M€ y del Círculo de Brujas por 900.000 euros, respectivamente; el resto de incorporaciones son cesiones o jugadores que vienen libres. De acuerdo al Sistema de Transferencias Internacionales (TMS), el inicio del periodo de fichajes de verano se abrió el pasado 4 de agosto y se cerrará el 5 de octubre. Así que los próximos días se irán sucediendo altas y bajas con la competición en juego. Por eso, de momento, lo más reseñable es la venta de Darwin Núñez, que se convierte en la más alta en toda la historia de la competición. Normalmente, los grandes traspasos en Segunda vinieron marcados por descensos de equipos que no podían mantener a sus estrellas, véase el caso de Hasselbaink (por 22,5M€ con el descenso del Atlético), Alfonso Pérez (por 16,5M€ con el descenso del Betis) o Diego Milito (por 13M€ con el descenso del Zaragoza). Pero lo relevante del traspaso del exjugador del Almería es que la Primeira Liga abone un traspaso récord, lo que hace indicar también la competitividad de la Segunda División española.
Posibilidades de playoff
El protocolo de LaLiga para Primera y Segunda es prácticamente igual para el COVID, pero hay algunas diferencias en la categoría de plata. Si no se puede finalizar el playoff a doble partido antes del 30 de junio con las dos eliminatorias de ida y vuelta, este se desarrollará con uno de los dos siguientes formatos: Final Four en una única sede, en la que los partidos de la primera y de la segunda eliminatoria se disputarán a partido único -tres encuentros en 5 días-; o eliminatorias en diferentes sedes neutrales propuestas por LaLiga y disputadas a partido único. Si el playoff se determina en el formato original y alguno de los clubes participantes no puede disputarlo por causas derivadas de la COVID-19, LaLiga podrá "fijar nuevas fechas", siempre que puedan disputarse todos los encuentros antes el 30 de junio.
Suspensiones
Si no se puede disputar un encuentro por causa de la pandemia, se deberá acordar el aplazamiento del encuentro a una nueva fecha. Sin embargo, no se podrá aplazar un duelo si se produce con posterioridad a la jornada a la jornada 34 (30 en Primera). El número máximo de aplazamientos será de dos (uno para LaLiga Santander) y no se contabilizará como partido suspendido al club que no fuera responsable de la suspensión. Superado el número máximo de suspensiones, se dará por ganador por 3 a 0 al equipo que estuviere en disposición de disputar el partido, y en caso de que ninguno de los dos lo esté el encuentro se dará por perdido a ambos equipos.
Estadios alternativos
Si no es posible disputar un encuentro en el estadio del conjunto local, se deberá utilizar, previa autorización de LaLiga y de la RFEF, otro estadio de los que estén homologados al inicio de la temporada. En este sentido, los clubes deberán comunicar antes del 18 de septiembre a ambos organismos el estadio alternativo situado fuera de su Comunidad Autónoma elegido. Si dicho estadio también tuviera la prohibición de disputar encuentros, el club afectado o LaLiga podrán "designar otro estadio que cumpla con los requisitos previstos anteriormente".