El Real Valladolid asume esta tercera temporada en Primera División tras el último ascenso, 2017-18, con la intención de dar un paso adelante, de intentar mirar más hacia arriba que hacia abajo después de haberse salvado sin demasiados problemas la campaña pasada y con la ilusión de su presidente, Ronaldo Nazario, de pelear por puestos europeos en el medio plazo. Sin embargo, no debe equivocar el tiro el club.

El primer objetivo, como el del 60% de los equipos de Primera, debe ser permanecer entre los 20 mejores del fútbol español y después, si hay margen, ser ambiciosos y luchar por meterse en los puestos de arriba para volver a Europa más de 20 años después. Para ello, el Real Valladolid apunta a una inversión en fichajes histórica, con un límite salarial que rondará los 46 millones, pero con más dinero para reforzar el equipo tras haber liquidado, prácticamente, la deuda que ha atenazado al club en la última década.

No tiene buena experiencia el club pucelano en estos saltos de calidad. Las ocasiones en que el club intentó mejorar las expectativas terminó con sus huesos en Segunda, por lo que tener los pies en el suelo y avanzar peldaño a peldaño parece la decisión más inteligente en un equipo hecho para competir, donde muchos de los fichajes rondan los 30 años en una clara llamada a la veteranía, a jugadores que ya tengan una carrera larga en Primera y que sepan lo que se juega en la competición española. Con la salida de Salisu, al Southampton, y la lesión de larga duración de Kiko Olivas, los dos centrales de la temporada pasada, el equipo de Sergio, que se caracteriza siempre por defender muy bien, tendrá que dar un paso adelante y jugadores como Joaquín o Javi Sánchez tendrán su reválida en el centro de la defensa, en un equipo que pretende defender más lejos de su portería.

En el centro del campo no habrá demasiados cambios, aunque ilusiona la llegada de Fabián Orellana, y arriba se despejará la incógnita de si Marcos André y Weissman pueden anotar los goles que necesita el Real Valladolid. Además, sigue en pie el proyecto de Ronaldo Nazario en el Real Valladolid, con buena salud y la intención de crecer también en infraestructuras con el comienzo proyectado de las obras en la nueva ciudad deportiva de Pinar de Jalón. Empieza una nueva temporada blanquivioleta con la ilusión de mirar a Europa y la obligación de no pasar apuros.

El entrenador barcelonés, ya entre los 10 más longevos al frente del equipo vallisoletano, afronta su tercera temporada en Primera División con el Real Valladolid con el objetivo de dar un paso más en la evolución del club de Ronaldo. Llegó en abril de 2018, logró un sorprendente e inesperado ascenso, consiguió la permanencia en 2019 con el presupuesto más bajo y lo volvió a hacer en 2020 con el segundo límite salarial más humilde. Ahora le toca demostrar que puede llevar al equipo a metas más altas. Esta temporada dispondrá de más recursos por lo que la exigencia también será mayor con Europa como el gran sueño del mediático presidente blanquivioleta, pero sabiendo que la base debe ser lograr la salvación, la permanencia en Primera División.

Si bien es verdad que casi siempre ha apostado por un clásico 4-4-2 con dos medios centros en paralelo, el bloque bajo y sustentando sus resultados sobre un gran trabajo defensivo, parece que la intención este año es tirar la línea de atrás un poco más arriba, en un bloque medio, que acerque más a los delanteros al área contraria y no les haga correr 50 metros hasta la portería contraria. De la adaptación del equipo a esta nueva forma de jugar dependerá el éxito de la temporada, aunque si la cosa no va bien tampoco renunciará a volver a lo que funciona: un equipo metido atrás, muy incómodo de atacar cuando defiende en bloque y con una salida rápida al contragolpe. Sergio González quiere volver a hacer historia en su cuarto reto como técnico blanquivioleta.

El fichaje del jugador chileno, de 34 años, es el argumento principal del llamado salto de calidad en la plantilla del Real Valladolid para la temporada 2020-21. Un jugador contrastado en Primera División, con mucha experiencia en la Liga, comienza su décima temporada en la máxima categoría, y que ha demostrado ser capaz de echarse un equipo a la espalda para sacarle de cualquier problema, como lo hizo la temporada pasada en Eibar. Pese a que llega para jugar en la banda izquierda, su calidad le permite entrar en cualquiera de las tres posiciones por detrás del delantero, aunque en la formación 4-4-2 de Sergio González lo habitual será verlo en la izquierda y, a veces, en la derecha. Del suramericano se espera que sea una pieza básica en un equipo que quiere dar un salto para no sólo pensar en el descenso. Su experiencia, calidad y olfato de gol serán básicos para un equipo que necesita referentes en ataque. Haber jugado y brillado en equipos como Xerez, Granada, Celta o Eibar debería marcarle el camino para quitarse la espina de su salida del Valencia. El tiempo no perdona y Orellana tiene en Valladolid la oportunidad de poner un colofón, en estas dos temporadas, a una carrera interesante en España.

El mediocentro manchego, de 23 años, está llamado a ser importante en el futuro cercano y, sobre todo, a medio plazo del Real Valladolid. Después de pasar por varios equipos de Segunda B, aterrizó en el Promesas blanquivioleta, donde desde el principio se intuyó un futbolista extraordinario con una gran capacidad para colocarse en el campo, un enorme despliegue y una tremenda calidad, sobre todo en su pierna izquierda, que le dan argumentos de sobra para dirigir un centro del campo de Primera. El gran overbooking de mediocentros la temporada pasada retrasó su aparición en el primer equipo pucelano, pero cuando lo consiguió cumplió con las expectativas creadas, sobre todo, en el partido ante el Barcelona en el que terminó lesionado por el enorme desgaste que le supuso el duelo. Las dudas entre si debería quedarse en el primer equipo o salir cedido a un Segunda para sumar muchos minutos se resolvieron con una gran pretemporada que ha hecho que el jugador se quede en Zorrilla para ayudar a los de Sergio González. Acaba de ampliar su contrato con los pucelanos ante el interés de muchos equipos de toda Europa en él y por este contrato el club podría colocar su cláusula de rescisión en 50 millones unilateralmente, cifra que nunca tuvo ningún jugador blanquivioleta, muestra de la confianza en el toledano.

"El Real Valladolid se encuentra en un momento histórico que debería empujarle a realizar alguna gesta por el gran 'feeling' que hay entre el club y la afición. Hacía varias décadas que no veía esa identificación con el equipo y me sorprende gratamente. El apoyo al equipo es parecido al de los mejores momentos de la historia. Por eso creo que las circunstancias son idóneas para crecer, salvo por el coronavirus. Las metas deberían ser más altas que los últimos años, no sólo luchar por la permanencia, pero para ello hacen falta jugadores que marquen la diferencia, individualidades como hubo en otros momentos de la historia: un Pato Yáñez, un Eusebio, un Morollón, un Enderiz, etc... La balanza se decanta siempre por los genios.

Me piden mis amigos de AS que dé mi opinión y lo hago con el conocimiento histórico del club, pero también con la mayor humildad y respeto a las ideas de los demás. Soy consciente de que el club sólo ha disputado tres finales en su historia y que su mejor clasificación, cuarto empatado con el tercero, fue en la campaña 1962-63, pero tengo claro que se gana cuando además de un buen equipo tienes buenas individualidades. Ahora no puedes ir a competir con los grandes clubes al mercado por lo que hay que formar jugadores propios y de fuera. Firmarlos tan veteranos no va con mi filosofía, con la filosofía histórica del club, que tuvo sus grandes éxitos cuidando la cantera: dan rendimiento y tienen venta futura. Para ello, hay que ver a los buenos jugadores jóvenes un segundo antes que los demás y firmarlos. Y, después, hay que darles oportunidades. En el equipo que jugó la final de la Copa del Rey del 89, seis de los jugadores eran jóvenes y vinieron gratis. En el equipo que ganó la Copa de la Liga, en 1984, había cinco o seis chicos de la cantera. Yo apenas firmaba jugadores con más de 24-25 años. Con jugadores de más de 30 años, a los que ya es difícil vender, no puedes aspirar a mucho más que a mantenerte.

Al Real Valladolid de estas temporadas pasadas, mérito del míster, era difícil hacerle gol, dejaba poco espacio entre líneas, era un equipo muy complicado de batir, pero luego le costaba mucho salir con espacios, hacía la transición con mucha lentitud, no rompía líneas y había pocos jugadores desequilibrantes en banda. Para esta campaña me parece ilusionante el fichaje del israelí de los 37 goles, Shon Weissman, con 24 años, pero creo hay que tener más ambición, intentar dar un poco más de espectáculo. Fuera de Zorrilla, el equipo está muy bien entrenado, es muy difícil de ganar, pero en casa queremos verle ganar más. Con un salto de calidad en la plantilla, más verticalidad y la intención de adelantar la línea defensiva 10 metros, creo que el objetivo de estar arriba estará más cerca".
*Fernando Redondo. Exjugador, exentrenador, era el técnico de la Copa de la Liga de 1984 y exdirector deportivo del Real Valladolid, formó el equipo que jugó la final de Copa de 1989*.

El Estadio José Zorrilla fue construido por el Excmo. Ayuntamiento de Valladolid con motivo del Mundial 82, en la que fue subsede junto a Bilbao, para acoger los partidos de Francia, Checoslovaquia y Kuwait.

Acoge los partidos del Real Valladolid desde el sábado 20 de febrero de 1982, día en el que se inauguró oficialmente con el partido Real Valladolid - Athletic Club (1-0). En sus instalaciones se ubica la oficina del Real Valladolid y la sede de la Federación de Peñas (ambas junto a la puerta 4)

Continuismo del 1-4-4-2

Orellana será el máximo estilete de este nuevo Valladolid. Sergio González formará un equipo que ayude al centrocampista chileno a dar lo mejor de él. Para ello, el técnico utilizará un 4-4-2 con Alcaraz y San Emeterio en la medular (ahí tendrá alguna que otra oportunidad Kike Pérez) con Óscar Plano por la banda. La jerarquía defensiva de Joaquín, acompañado por la juventud y contundencia de Javi Sánchez, dará el empaque a este equipo atrás.
Por su parte, los goles tendrán que llegar por parte de Sergi Guardiola y Marcos André. Este último tiene su gran oportunidad tras su cesión en el Mirandés.