El Betis quiere olvidar su pasado más cercano para fabricar un futuro de esperanza. No lo consiguió en sus últimos intentos por consolidar al club entre los mejores de LaLiga y ahora se agarra a la baza de Manuel Pellegrini para reiniciar de nuevo su camino. Bajo el mando de Ángel Haro y José Miguel López Catalán, el Betis traza su enésima línea de ambición tras los últimos fracasos cometidos. Se fue Rubi y llegó Pellegrini. Quedó atrás el amago de sonrisa bajo la batuta de Quique Setién y la caza de Europa se antoja como una nueva misión en la que ya quedan mínimas excusas. En Heliópolis la exigencia pareció alejarse en las últimas campañas, o al menos su aparición fue a cuentagotas y eso resulta insuficiente para dar un salto cualitativo demasiadas veces prometido.

Pellegrini será su mejor carta de presentación. El club trata de dibujar un tratado de ambición que deje atrás la imagen del juego-espectáculo de los últimos cursos y se agarre a la palabra 'ganar'. Es la primera consigna que el técnico ha querido trasladar a un vestuario repleto de dudas. Será un Betis distinto en sus intenciones sobre el césped, no tanto en sus nombres. No hubo grandes alardes para potenciar una revolución en la plantilla, pero el técnico confía en sacar más partido a sus piezas actuales.

Fekir centra los focos y Joaquín, muchas miradas que dudan sobre si sus 39 años aguantarán las exigencias de la categoría. Llegó experiencia con bazas como Claudio Bravo, Víctor Ruiz o Martín Montoya. ¿Será suficiente? El escaso poder económico limitó la búsqueda de soluciones a la tormenta de carencias reflejada el pasado curso. Por eso Pellegrini es el factor decisivo de este nuevo guiño a la esperanza.

Hay tantos temores como ilusiones en este nuevo Betis. El club verdiblanco pretende que la mentalidad encuentre cambios sustanciales: ni peleó por Europa ni aspiró a llevarse un derbi en una última campaña que variará poco en sus nombres sobre el césped. Pellegrini quiere dar galones a Canales, tirar de la experiencia de Guardado, apoyarse en el desborde de Joaquín y recuperar al mejor Borja Iglesias, el nueve que costó casi 30 millones y sigue sin ejecutar su mejor carta de presentación. Pellegrini aterriza ante una infinidad de adversidades. ¿Sabrá liderar él este enésimo intento por asaltar el éxito?

Manuel Pellegrini vuelve a LaLiga y lo hace con un desafío gigante en el Betis. Fue llamado para dar un giro a la senda del equipo en las últimas temporadas y contagiar su espíritu competitivo en el plantel. Brilló con luz propia en Villarreal y batió registros en el Real Madrid antes de afrontar retos en la Premier League. En Heliópolis le entregan las llaves de todo: viene acompañado de Antonio Cordón, su aliado en la dirección deportiva con el que ya construyó aquel Villarreal de ensueño, y tiene la difícil tarea de sacar más rendimiento de un plantel que sueña con Europa. Hasta ahí pretende llegar.

El técnico chileno pretende tirar de experiencia en su equipo y fabricar un hilo de talento con los jóvenes que se asoman en este Betis. Su habitual 4-2-3-1 debe entrar en escena. Demostró en otros equipos que es capaz de liderar los ánimos de un vestuario y que tiene soluciones tácticas para adaptarse a las posibles necesidades de un equipo que quiso más de lo que pudo en sus últimas campañas. El recuerdo de su Málaga, en el que se asoció a la perfección con Joaquín, invitan a la esperanza y a la certeza de que su mano puede ser decisiva en el necesitado salto cualitativo del equipo. La esperanza del Betis lleva ahora su nombre. La suya es confirmar que puede volver a inventar un proyecto ganador.

Nabil Fekir encara un nuevo curso en el Betis con la intención de multiplicar el rendimiento que reflejó la pasada campaña. El francés despertó aplausos y admiraciones, pero nunca encontró la versión más efectiva para su equipo a lo largo de la temporada. La llegada de Pellegrini supone un nuevo aliciente para el atacante, convertido en su estreno en LaLiga en uno de los futbolistas que más faltas recibe. Es vertical y valiente. También es incisivo cuando pisa el área rival y a ello se agarra el Betis para empujarlo hacia la Eurocopa del próximo verano. Fekir quiere más, sabedor que un curso brillante puede posibilitarle un salto a un grande el próximo año tras estar a un paso del Liverpool en un pasado reciente.
Mirar hacia delante siempre fue su intención y acepta el liderazgo que recae en él sobre el campo. Se lo dará Pellegrini, que confía en su calidad individual como recurso decisivo del plantel a la espera de que su rendimiento también resulte más efectivo en parámetros colectivos. El francés quiere multiplicar goles y asistencias para estar bajo los focos del fútbol europeo de nuevo. Sus condiciones están sobre la mesa, es el turno de que marquen al fin las diferencias.

A precio de estrella, Lainez corre el peligro de convertirse en una eterna promesa. Tiene 20 años, pero en Heliópolis su nombre tira de un lastre del último curso y medio, en el que fue incapaz de rendir cerca de las expectativas creadas con su fichaje por 15 millones de euros. Lo sencillo es rebobinar. Volver a empezar. Olvidar su precio y mirar su edad. Mientras en México esperan destellos de talento que desborde en cada acción o cada regate, en el Betis se espera que simplemente sea capaz de tomar protagonismo en el equipo y convencer a Pellegrini de que tiene recursos para jugar al más alto nivel. El extremo tiene calidad para desbordar y posee cualidades innatas en el lanzamiento a balón parado. El nuevo técnico verdiblanco confía en que pueda dar un salto cualitativo bajo su sistema de juego y sea una baza fiable en su ímpetu por presionar al rival. Tiene el fútbol, o al menos amaga con tenerlo. Su intención es ser decisivo en cada aparición. No es una promesa al uso, pero hay tantas expectativas en él que su despegue parece sólo cuestión de tiempo.

He visto un par de partidos de la pretemporada y resulta que el equipo refleja ganas. Espero que todo funcione mucho mejor que el año pasado, que no fue nada bien. Pellegrini tiene mucha experiencia y fútbol acumulado en su carrera deportiva, esperemos que lo haga muy bien.

El Betis tenía equipo suficiente para quedar más arriba, pero no sabemos qué ocurrió. La parte de atrás era muy endeble pese a que había buenos defensores que costaron mucho dinero. Pero son demasiados goles en contra para un equipo que aspira a estar más arriba. ¿Objetivos? Hay que empezar por hacer las cosas bien, que el equipo muestre un rendimiento mejor y luego que se lo crea para mirar más arriba. Antes de jugar no puede uno creérselo porque después llegan los altibajos. Hubo muchas culpas, el que no la tiene seguro es el aficionado.

Creo que la plantilla es buena, aunque haga falta algún jugador más. Hay suficientes nombres, pero los hechos deben demostrarse sobre el campo. Hay que tener amor propio, carácter y mala leche sin hacer daño a nadie. La afición del Betis sufre mucho, esperemos que deje de sufrir ya y el equipo haga un buen papel.
*Antonio Biosca fichó por el Real Betis Balompié en 1971 y jugó 12 temporadas*

El Estadio Benito Villamarín, además de ser el terreno de juego del Real Betis Balompié, es el epicentro de toda la organización de la entidad verdiblanca. En constante evolución, el Estadio tiene todas las comodidades para que el abonado pueda presenciar los partidos del primer equipo. La gran variedad de localidades de las que dispone- tiene un aforo de 60.721 espectadores- lleva al aficionado a adecuarse a cualquier zona del campo desde donde quiera presenciar las evoluciones de su equipo.

El remozado Villamarín también presenta una nueva iluminación con soluciones mucho más sostenibles. Esta instalación permite ejecutar una serie de efectos de manera inteligente. Además, convierte al coliseo bético en un estadio apto para poder grabar partidos en formato de alta calidad 4K.

Predominio del 1-4-1-2-2-1

Manuel Pellegrini tiene trabajo en este Betis para olvidar la temporada pasada. Para ello, el técnico chileno utilizará el sistema que tan buen resultado le ha dado a lo largo de su carrera. Carvalho, recuperado totalmente de su lesión de espalda, será el pivote sobre el cual se sostenga el equipo. La magia y el toque saldrá de las botas de Canales, Fekir y, cómo no, de Joaquín. Sin olvidarnos del trabajo que aporta Guardado.
Pellegrini depositará su confianza en la faceta goleadora en Borja Iglesias a pesar de su mal año pasado. Además, la portería bética tendrá nuevo inquilino: Claudio Bravo.