El Athletic lleva tres años sin entrar en Europa y eso es una eternidad para un club con tanta historia. La etapa de Ziganda y Berizzo atascó a la entidad tras el buen paso de Valverde por el banquillo. Salió Garitano al rescate pero no pudo obrar el milagro en su primera tentativa. El equipo se quedó fuera de la Europa League en una desafortunada tarde en el Sánchez Pizjuán en 2019. Y la pasada campaña la Copa absorbió mucha energía, de tal forma que el equipo se quedó sin piernas para pelear por el séptimo puesto en Liga. El preparador deriotarra sacó jugó a un plantel huérfano de Aduriz, una especie de Messi en San Mamés, y sin sus goles, los objetivos se vuelven más modestos.

Se ha fortalecido la parcela defensiva a un nivel premium en Europa, pero solo con porterías a cero no se hace cumbre en las siete primeras plazas. El técnico reclamó fichajes para romper este lento pero constante declive. Vienen perlas como Sancet, Vencedor y Morcillo, que alimentan algo la esperanza. Y mientras, ahí está Raúl García, con los mejores números de su carrera, para liderar la transición.

El equipo rojiblanco ha sido uno de los más azotados por el coronavirus en los ensayos de pretemporada. Seis jugadores dieron positivo antes de arrancar y retardaron su incorporación: Núñez, Williams, Unai López, Sancet, Larrazabal y Córdoba. A eso hubo que unir la lesión de cinco leones, que dibujó durante varios días un panorama de once ausencias. Garitano inició hace dos años un plan de regeneración de la plantilla y no se mueve de esa línea: primero cerró la etapa de Susaeta, Rico, Iturraspe y Etxeita. En esta ocasión ha bajado del barco San José, Beñat y Aduriz, este por fuerza mayor, ya que la cadera le retiró. También Herrerín deja caer el telón de San Mamés. El meta al final claudicó ante los cuatro 'haters' que le incordiaban y, sobre todo, un Unai Simón que es el futuro en Bilbao.

El club ha sorteado como ha podido las consecuencias de la pandemia. El vestuario ha echado mucho de menos a su gente y la renuncia a la final de Copa hasta que haya público ha abortado un posible billete europeo. Así que las arcas están exhaustas. El presidente Elizegi sabe que la situación es comprometida. Toca apretarse el cinturón. Aunque la posibilidad de ganar al fin un gran título, encima ante la Real Sociedad, ciega a todos en Bilbao.

Gaizka Garitano arranca su segundo año completo en San Mamés y ya no se le va a juzgar como aquel 'apagafuegos' que tomó las riendas de un moribundo en diciembre de 2018. La temporada pasada fue agridulce y quedó pendiente la final de Copa hasta que haya público. Si el Athletic la gana a la Real Sociedad, el técnico vivirá más tranquilo. Si no es así, y en la Liga la cosa no acaba de funcionar, seguirá teniendo un sector de la afición que le discuta. Pero ante todo necesita ser más valiente y regular en Liga. Apostar por los chavales, que son el futuro. No llegar a los finales de curso con el grupo tan exprimido por no haber dado relevos.

Llegó al filial de Lezama tras las destituciones en Valladolid y A Coruña, con la idea de recuperar la tranquilidad y quitarse la presión de la élite. Iba a ser el comodín en casa por si algo se torcía en el primer equipo, como pasó con Ziganda antes y con Etxeberria en la actualidad. Pero se encontró con el fracaso de Berizzo y ha vuelto a Primera. Todo empieza por la defensa, pero le echan en cara que falta magia. Elizegi le renovó antes de acabar la pasada campaña, con urgencia. Quiere cubrir su etapa como presidente con el deriotarra a su lado.

El excolchonero se está bebiendo el elixir de la eterna juventud que guardaba Aduriz en su taquilla. Ubicado como falso 'nueve' ante la ausencia de su alter ego Aritz, Raúl alcanzó el año pasado su techo goleador en Primera: 15 goles, incluyendo un 7 de 7 desde el punto de penalti, el león que más penas máximas ha anotado sin error en Primera. Al no estar Aduriz, es el encargado de lanzarlos. Solo el mítico Telmo Zarra consiguió marcar más goles de penalti en una misma Liga (8 en la 1950-51), todos consecutivos, pero falló el noveno en esa edición liguera. Dani Ruiz-Bazán consiguió en dos Ligas diferentes marcar seis penaltis consecutivos en cada una. En los datos globales de su trayectoria en Liga con el Athletic, Raúl García ha logrado un 88,2% de efectividad, marcando 15 penaltis de los 17 lanzados. Ha ido poco a poco abandonando la mediapunta, con la idea de que Muniain o Sancet generen más juego por ahí, y el colectivo aprovechó su colmillo en el área, más como llegador que como ariete puro.

Oihan Sancet fue incluido por la UEFA en la lista de las 50 promesas a seguir en este año 2020. Una lista de élite elaborada por el equipo de redactores de la web de la organización que rige el fútbol europeo. Toda una distinción. De hecho, solo hay otros dos jugadores seleccionables por España en dicha lista: Ansu Fati y Bryan Gil. La perla de Lezama vio el infierno con una grave lesión de rodilla, pero volvió con mucha fuerza. Ha ido saltándose peldaños por la cantera, por ejemplo no ha pisado el Basconia, el segundo filial, y Garitano lo ha querido tener a su lado casi desde el principio, aunque siempre le ha recetado tener paciencia. Desde la mediapunta, su forma de ver el juego es primorosa, pero le falta asentarse. Los veteranos ya le están poniendo las cosas en su sitio. El curso pasado en 15 partidos anotó seis goles con el filial. Pero es que en el primer equipo aún jugó más: 19 encuentros, dos de ellos en la famosa Copa del Rey. Tuvo su estreno goleador como león ante el Mallorca. Este año se le irá exigiendo más.

"Diría que la pasada temporada, tan reciente, fue irregular, con un inicio muy bueno y luego esos diez partidos que se nos mezclaron con la Copa y perdimos puntos. Pero tras el confinamiento me parece que hasta el día del Leganés estuvimos dos jornadas séptimos y eso que teníamos una desventaja tremenda, fue una pena el habernos quedado un poco en la orilla después de un gran trabajo. Es bastante emocionante lo que puede venir este año con la final de Copa y la Supercopa. El objetivo será pelear por esa quinta, sexta y séptima plaza. La mayor fortaleza viene desde Lezama.

Vienen refuerzos de un gran Bilbao Athletic y Basconia. Cada año es más difícil traer jugadores y miramos para nuestra casa, que es la que nos da de comer. Todo el equipo tiene que aportar un poco más en la faceta del gol. Vamos a seguir siendo un conjunto sólido y bueno defensivamente y seguro que haremos más goles y eso será bueno para el Athletic sin ninguna duda. El trabajo de Gaizka Garitano es impecable, desde que cogió al equipo en una situación muy complicada.

La única pena es que en las dos temporadas nos hemos quedado al filo de Europa, pero nos ha metido en la final de Copa y ha hecho una labor tremenda. Es un trabajador incansable".
*Rafa Alkorta es el director deportivo del Athletic Club. Desarrolló su carrera entre el Athletic Club (1987-1993 y 1997-2002) y el Real Madrid (1993-1997)*

El nuevo campo se construyó prácticamente sobre el mismo solar y continúa siendo una referencia indispensable entre los campos de fútbol de prestigio reconocido, a la altura del sobrenombre heredado, La Catedral. Tanto su arquitectura moderna, innovadora, espectacular, como su ubicación clásica permiten que en el campo sus 53.000 espectadores respiren verdadero ambiente de fútbol. La esencia de siempre adaptada de manera armoniosa con los nuevos tiempos.

Fue premiado como el mejor edificio deportivo del mundo en 2015 en el World Architecture Festival y Venue of the Year 2017 en World Football Summit, el nuevo San Mamés se ha convertido en un icono en el paisaje de la ciudad, creando un nuevo ambiente dentro del "de siempre" acercando a la afición al terreno de juego.

Predominio del 1-4-2-3-1

El finalista de Copa seguirá los mismos pasos una temporada más. Gaizka Garitano encontró la fórmula secreta para hacer funcionar a estos jugadores como bloque y lo seguirá haciendo. Con Unai Simón en la portería protegido por una línea de cuatro formada por Capa, Yeray, Íñigo Martínez y Yuri. La medular será propiedad de Dani García y Unai López dejando el ataque para Williams, Muniain, Íñigo Córdoba y Raúl García.
Un equipo que conjuga el tesón, la intensidad y la velocidad como este Athletic es un peligro para cualquier rival.