El Mallorca firma una gesta de Primera
Le dio la vuelta al 2-0 de Riazor con los goles de Budimir, Salva Sevilla y Abdón. En un solo año ha pasado de Segunda B a Primera.
El 23 de junio de 2019 será una fecha que figurará con letras de oro en la historia del Mallorca. Una gesta que no se limita a los 90 minutos del partido ante el Deportivo porque realmente la proeza comenzó hace 13 meses. Y es que en mayo del pasado año los baleares estaban peleando por escapar del pozo de la Segunda B, adonde había caído la temporada anterior. Y subieron, pero no pararon, porque su meta real era una Primera que abrazan con fuerza.
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En aquel primer ascenso ya estaba en el banquillo Vicente Moreno y la gran mayoría de una plantilla que estalló de júbilo cuando Pizarro Gómez pitó el final de un largo camino de 46 partidos hasta el éxito final. Y es que la propiedad del club, americana, tiene también mucha culpa de todo lo conseguido. No perdió nunca la cabeza. Nada de fichajes raros, nada de destituciones extrañas a las primeras de cambio. Confianza total en un bloque que puede valer de enseñanza a los equipos que sueñan con jugar en Primera.
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Y es que Mallorca no ha dado motivos para dudar de ellos durante toda la temporada. Han estado en la zona de promoción prácticamente toda la Liga, acabando quintos pero sin estar en riesgo casi nunca el playoff. La clave de la gesta tiene un nombre: Son Moix. Es el lugar en el que el equipo ha puesto el broche final, pero también el arma de destrucción masiva que minimizaba cada patinazo a domicilio. Y es los bermellones, arropados como nunca por una afición entregada, no saben lo que es perder en casa desde diciembre, casi nada.
La otra cara de la moneda es el Depor, favorito de inicio como recién descendido, descartado hace un mes, y favorito de nuevo. El 2-0 de Riazor parecía definitivo, pero esta vez el destino no visitó A Coruña tras un partido en el que le flojearon las piernas.
Pero antes de la celebración hubo un partido en el que el Mallorca, consciente de la desventaja, salió a morder desde el primer minuto. El premio llegó a los 21 minutos con una jugada genial de Budimir para empezar a creer. A partir de ahí apretar y apretar, con un Depor empequeñecido y al que aguantaba Dani Giménez. Con el primer paso dado se llegó al descanso, y tras él todo siguió igual. Acoso, acoso hasta que Salva Sevilla embocó el 2-0 con una espectacular falta directa que hizo explotar a un entregado Son Moix. A partir de ahí, igualdad entre los dos equipos, fuerzas al límite y el ascenso en un gol. Y el 82’, la locura total con un zapatazo de cine de Andón y explosión al ver que el remate de Pablo Marí, en el último segundo, se iba fuera.