La defensa del título de LaLIga 34 empieza para el Madrid plagada de certezas… y de incógnitas. La principal certeza es que Zidane, de nuevo, será el gran hacedor de este proyecto. El hombre que susurraba a los futbolistas (especialmente a los más veteranos) hasta ganarse su complicidad innegociable. El entrenador que frenó la hemorragia de las ligas del Barça (ha ganado para el Madrid dos de las últimas cuatro disputadas). El tipo que ha rejuvenecido el ardor guerrero y la ilusión por el fútbol de jugadores como Modric, Kroos, Marcelo y Benzema. De Ramos no digo nada porque el capitán no necesita estímulos externos. Los lleva adherido a su ADN de ganador nato desde que se puso sus primeras botas de fútbol en su pueblo de Camas.

Pero también hay varias incógnitas, dentro de ese sueño de Zizou de repetir título (¡la 35!) como cauce para enfocar la Champions con un colchón de seguridad cimentado en los éxitos caseros. La principal es el rendimiento que pueda ofrecer Hazard. El fichaje de los 100 millones de euros y los 50.000 aficionados en su presentación en el Bernabéu pasó de largo en su primer curso dejando sólo un par de pinceladas. Entre lesiones y problemas con la báscula no fue ni la sombra del jugador que deslumbró durante años en el Chelsea. Su recuperación (física y futbolística) es fundamental para afrontar con garantías el reto.

También la incógnita pasa por ver si Zidane se atreve definitivamente con los jóvenes. La gran apuesta es Martin Odegaard. El marsellés telefoneó personalmente al noruego para convencerle y eso le obliga moralmente a darle minutos y protagonismo a uno de los jugadores revelación de la última Liga, En Anoeta le echarán mucho de menos. También debe ser el año del salto definitivo de Mendy, Fede Valverde, Vinicius y Rodrygo. Zizou ganó la pasada Liga con su núcleo duro comprometido al máximo, pero insistir en ello sin repartir los minutos y los egos con la sangre joven podría provocar que el Madrid terminase como el Waterloo del Barça en la Champions. Cuando las barbas de tu vecino veas mojar…

Por eso, la clave es que Zidane armonice la letra del himno del Madrid clásico, el de las Mocitas Madrileñas. Ese que habla de 'veteranos y noveles'. La ecuación perfecta para crecer con sabiduría pero aceptando el nuevo fútbol, con una exigencia física y mental que impide agarrarse sólo a la fructífera experiencia del éxito. Es la temporada del cambio y Zidane debe liderarla. Tiene mimbres y talento en alta dosis para repetir el éxito de la 1ª Liga del Coronavirus, como quedó bautizada por el infatigable Sergio Ramos.

Zinedine Zidane cumple su sexta temporada en el banquillo del Real Madrid. Esta vez es la cuarta campaña en la que ejerce desde el comienzo. El francés ha conquistado dos de las tres Ligas que ha dirigido de principio a fin. Su balance de títulos como entrenador blanco es vertiginoso: gana un título cada 19 partidos. A los dos campeonatos de Liga se suman 3 Champions, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa y otras 2 Supercopas de España. Un palmarés en 211 encuentros que le aúpan como tercer entrenador con más partidos de la historia del club. Está a 35 de los 246 de Del Bosque.

El técnico francés ha hecho del Madrid un equipo de autor, el Madrid de Zidane, un hecho extraordinario en un equipo acostumbrado a ser identificado por sus estrellas y no por el inquilino del banquillo. En el viaje de la última Liga pasó de estar cuestionado en otoño a convencer a sus jugadores tras el confinamiento de ganar las 11 finales para conquistar el título. Bastaron 10.
Zizou rehúye dogmas y estridencias. Su esquema tipo, el 4-3-3, es adaptable según las circunstancias, ya sea meter un segundo punta o reforzar el centro del campo con hasta cinco efectivos. Sus jugadores son el centro de todo. En su librillo tienen un capítulo destacado las rotaciones, pero hay jugadores innegociables salvo fuerza o riesgo mayor. Ramos, Casemiro y Benzema, además de Courtois componen un cuarteto que busca convertir en quinteto con Hazard si las lesiones respetan al belga.

Sergio Ramos ya era el líder espiritual del Real Madrid cuando Cristiano todavía vestía la camiseta blanca, pero la marcha del portugués a la Juventus en 2018 acentuó ese papel del sevillano, hasta extremos rocambolescos: Ramos se perdió por sanción los dos últimos partidos de vuelta de octavos de final de Champions del Madrid, ante Ajax y City; los blancos cayeron en ambos y fueron eliminados. Tal es la importancia del de Camas en este Madrid de Zidane, tanto en defensa como en ataque: terminó la Liga 2019-20 con 211 recuperaciones, un 67% de disputas ganadas, casi 2.000 pases buenos (el quinto que más del campeonato), un 91% de efectividad en los desplazamientos de balón… y 11 goles, a los que cabe añadir otros dos en Champions para un total de 13, su récord personal. El Madrid incorporó el pasado verano a Militao a cambio de 50 millones de euros, pensando en una transición dulce para que Ramos, a sus 34 años, fuese cediendo protagonismo y minutos. El partido de Mánchester evidencia que, por el bien del Madrid, ese relevo puede y debe esperar. Su renovación es la primera prioridad de la directiva blanca: acaba en junio de 2021 y de momento no hay acuerdo; el club le ofrece renovar año a año, él quiere dos temporadas más.

A la tercera temporada irá la vencida con Vinicius. Eso es lo que esperan el club y él, que tras dos cursos se siente en un momento óptimo para confirmarse en el Bernabéu, donde es uno de los favoritos de la grada. Es una tarea compleja, pues lucha por un hueco con Hazard, el fichaje madridista más caro de siempre, pero el ex de Flamengo no se amilana.
En su primera campaña de blanco tuvo 1.742 minutos con el primer equipo: empezó en el Castilla (4 goles y 1 asistencia en 5 jornadas), tiró la puerta de Solari y una grave lesión le frenó cuando se había echado al Madrid a la espalda. Con 20 titularidades, 3 dianas y 12 asistencias en 31 partidos disputados, su progresión prometía mucho, pero en la 2019-20 se quedó un poco a medias: 1.817 minutos, 17 titularidades, 5 goles y 4 asistencias en 38 apariciones.
Aunque Zidane le ha cortado las alas en alguna ocasión, el brasileño ya lució en la ida ante el City (asistió a Isco) o el Clásico del Bernabéu (marcó el 1-0 que valía el liderato y el golaveraje). En el Madrid le ven listo para todo.

El Real Madrid consiguió levantar el trofeo de Campeón de La Liga 19/20 gracias a una solidez que hacía mucho tiempo que no se veía en los blancos. Unos registros históricos de goles en contra, incluso de ocasiones generadas por los rivales, que llevaron a los de Zidane a obtener esa regularidad en el rendimiento que te permite pelear por un título a 38 jornadas, algo que se había resistido, y de qué manera, en la última década.

El camino a recorrer por el equipo en la nueva temporada debería ser exactamente el mismo. Un bloque compacto, comprometido con las obligaciones sin balón, donde nadie se ahorre ni un esfuerzo ni una carrera y con una buena organización defensiva. A partir de esos cimientos, el Madrid puede ser de nuevo un claro aspirante a revalidar el título. A este buen engranaje defensivo habría que poder añadirle algo mas de picante de cara a la portería rival. Benzema se mantuvo como única opción fiable a la hora de hablar del gol.

Es el momento de Hazard, de que el belga demuestre su talento y desequilibrio; el de Asensio, el balear debe comenzar a explotar y convertirse en el futbolista que muchos pensamos que puede llegar a ser; de que Rodrygo se quite esa timidez que en ocasiones muestra; y de que Vinicius sume a su gran capacidad de desborde, algo mas de acierto. Si estos ingredientes están sobre la mesa, puede ser un gran curso para el Real Madrid.
*Álvaro Benito es comentarista de Carrusel y Movistar+

El Santiago Bernabéu está en pleno proceso de cambio. El feudo madridista está mudando de piel y mejorando su aspecto para continuar siendo un referente mundial en el deporte y la arquitectura. Según palabras de Florentino Pérez en la web blanca, "el nuevo estadio seguirá siendo el escenario de las emociones que marcará el futuro del Real Madrid, el mejor estadio del mundo para poder volver a ser reconocido al final de este siglo como el mejor club del siglo XXI. Un nuevo estadio, patrimonio y orgullo de nuestros socios y aficionados".
Esta remodelación convertirá el Bernabéu en un recinto vanguardista, que satisfaga las demandas de los socios y permita incrementar los ingresos del club. En él destacará su nueva imagen envolvente, que constará de una piel de bandas de acero y líneas variables que podrá iluminar y proyectar imágenes. También incluirá una cubierta fija y otra retráctil del terreno de juego, de modo que todas las localidades estarán protegidas.

Predominio del 1-4-4-2

Zidane intentará revalidar el título liguero cosechado con la misma fórmula del año pasado: un equipo consistente que defienda en bloque y que sea efectivo en ataque. Para ello, la columna vertebral del equipo será la formada por Courtois, Ramos y Casemiro. El brasileño volverá a estar acompañado en el centro del campo por Kroos y Modric aunque también tendrá cabida en muchos partidos Fede Valverde.

En ataque Asensio, tras superar la lesión y recuperar su nivel, acompañará a Benzema y Hazard. Además, el técnico francés tendrá muchas variantes en esta zona, ya que puede dar más velocidad al equipo incluyendo a Rodrygo o Vinicius en los extremos.