The Legend of Zelda: Majora's Mask
The Legend of Zelda: Majora's Mask
La fatiga recorre tu cuerpo, apenas puedes expirar sin interrupciones y tienes moratones por todo el cuerpo. No sabes donde has ido, ni porque. Hyrule ha cambiado.
Cerca de una columna, usa la lente de la verdad para localizar a un ente fantástico (12), e ignora por completo las acciones de tan mastodónticos enemigos.
Posteriormente, entrarás en una habitación rectangular con portuberancias en la pared, de la que salen dos Lagartos capaces de amedrentar al más pintado. Con el Z-Targetting no deberías tener muchos problemas, además, cuando estás ocupado con uno, el otro no suele meterse en la brega (13 y 14).
Justo enfrente, verás una puerta con la que tienes acceso otra vez al mini-boss anterior, pero con el aliciente de que su presencia se multiplica por dos. Debes limitarte a hacer lo mismo que antaño, pero sé más paciente, procura atacarle cuando su presencia esté cerca de tí. Por cierto, si te colocas en una punta de la sala, podrás controlarla toda sin obligarte a realizar cambios constantes del visionado. Cuando el viejo esté por los suelos, se abrirá ante tí la puerta que dirige a la llave del enemigo final.
Por último, busca en todos los pisos las baldosas de color azulado que provienen de la columna central (vamos, por donde te has movido todo este rato). Con la fuerza del manso Guerrero, dale fuerte a todas, para que la "cosa" se sitúe directo a una pasarela taponada con bolas de nieve, que conducen directamente a Goht, el toro mecánico.