¿Qué pasa al morir en Sekiro: Shadows Die Twice?
La muerte nos acecha en Sekiro: Shadows Die Twice detrás de cada esquina. Aquí os contamos qué sucede cuando morimos, y qué consecuencias hay.
Morir en Sekiro: Shadows Die Twice, acarrea consecuencias negativas para el jugador más allá de lo evidente: perder el progreso actual y tener que volver hasta el ídolo más cercano. En esta sección de nuestra guía completa os contamos qué pasa al morir, y en qué consiste la dracogripe:
¿Qué pasa cuando morimos en Sekiro: Shadows Die Twice?
Lo primero que debéis saber es que hay dos tipos de muertes diferentes en Sekiro: Shadows Die Twice. Por un lado, están las muertes «reversibles», que consisten en las muertes en las cuales podemos utilizar una resurrección al instante. La única consecuencia negativa que hay aquí es el hecho de perder un marcador de muerte reversible, que se recarga con el paso del tiempo, y eliminando a un enemigo con un golpe mortal. Es posible utilizar estas muertes «suaves» de forma estratégica para salir de situaciones comprometidas, teniendo en cuenta que funcionan como salud extra, o para volver a un estado de sigilo con el que poder realizar un golpe mortal a algún enemigo duro. O, si tardamos mucho en responder —o, de forma deliberada— podemos morir de forma irreversible.
Por otro lado, tenemos las muertes irreversibles. Son las muertes «de verdad», las cuales harán que nos teletransportemos hasta el ídolo más cercano. Cuando tenemos una de estas muertes, sucede lo siguiente:
A veces, los personajes secundarios pueden contraer la dracogripe. Esto se explica a nivel argumental del siguiente modo: Sekiro fue imbuido con la sangre del Descendiente Celestial, lo cual le hace inmortal a todos los efectos, ya que puede resucitar una y otra vez. Pero esto trae consigo consecuencias: dado que este poder se alimenta de la fuerza vital de otros seres, todas las personas cercanas a él —los NPC, a efectos jugables— contraen la dracogripe.
Otra cosa que puede pasar al morir es... no tener absolutamente ninguna consecuencia negativa al recibir ayuda invisible. Esta ayuda invisible es un porcentaje —cuyo máximo es 30%—, y que bajará cada vez que muramos de forma consecutiva. En otras palabras: suponiendo que este valor esté al máximo, tenemos aproximadamente una posibilidad entre tres de que al morir no nos pase nada malo.