Sekiro: Shadows Die Twice
¿Cómo matar al Simio guardián en Sekiro?
Os contamos cómo matar al Simio guardián del Pasadizo del valle sumergido en Sekiro: Shadows Die Twice para PC, PS4 y Xbox One con nuestra guía completa.
Nos enfrentamos al Simio guardián en el Pasadizo del valle sumergido. En esta sección de nuestra guía completa de Sekiro: Shadows Die Twice para PC, PS4 y Xbox One os contamos cómo matar al Simio guardián. Os damos consejos, trucos y estrategias para derrotarle a continuación:
¿Cómo matar al Simio guardián en Sekiro: Shadows Die Twice?
El Simio guardián es un jefe final bastante peligroso y, por momentos, impredecible. Posee varios combos largos y poderosos que puede ejecutar rápidamente, y que pueden cubrir grandes distancias, de modo que es una pelea a la que quizá nos cueste pillarle el truco. Tened en cuenta que aquí es muy difícil matar a este enemigo reventando su postura, así que centraos en quitarle toda la vida:
La pelea contra el Simio guardián se divide en dos fases:
Fase 1: Simio guardián
El Simio guardián es extremadamente rápido teniendo en cuenta su tamaño, y nos puede sorprender para mal en este aspecto. Lo que haremos para superar esta fase con éxito será deciros qué ataques posee, y cuáles podemos castigar.
Este enemigo posee un par de combos de varios golpes, entre los que se incluyen manotazos y palmetazos en el suelo. Ante estos ataques, lo recomendado es simplemente alejarse.
Posee dos tipos de ataques de agarre: uno en el que barrerá el suelo con su brazo, y otro en salto. En ambos casos os recomendamos esquivar saltando hacia adelante y la izquierda para que no nos pille. En el caso del agarre en salto, es posible castigarle dándole un ataque de estocada.
De vez en cuando se pondrá erguido, y podremos usar el gancho en la espada que tiene clavada en la cabeza para recortar distancias. Cuando esto suceda, es posible golpearle en el aire un par de veces, y alejarse rápido.
Otro de sus ataques es un pedo que nos infligirá el estado alterado veneno si nos quedamos demasiado tiempo dentro de la nube de veneno, seguido de un lanzamiento de sus heces. Estos dos ataques suelen ir seguidos; la nube es fácil de esquivar, ya que basta con no entrar dentro de ella, y para esquivar la caca enorme que nos lanza lo ideal es correr hacia él, ya que, cuando aterriza, es posible castigarle golpeándole dos o tres veces.
Por último, el Simio guardián posee otro combo en el cual se tirará al suelo y se pondrá a patalear. Es posible castigarlo con facilidad golpándole dos o tres veces cuando haya acabado la animación de pataleo en el suelo.
Si golpeamos alrededor de diez o quince veces al enemigo, quedará aturdido brevemente, lo cual le deja abierto para que le golpeemos otras cuatro o cinco veces más. Tened en cuenta también que el simio guardián es particularmente vulnerable a los barrenos de shinobi, con los cuales podréis aturdirlo, y golpearle de cara a volver a aturdirlo por el número de golpes casi consecutivos.
Una estrategia más o menos segura en esta fase de la pelea consiste en correr todo el rato midiendo las distancias para acercarnos y forzar al simio a que realice el ataque del pedo seguido del lanzamiento de heces, o el combo en el que se pone a revolcarse por el suelo, porque en ambos casos son relativamente fácilmente castigables con un par de golpes.
Fase 2: Simio decapitado
La pelea aún no ha acabado. El Simio guardián sigue moviéndose, aún sin cabeza, y ahora se comporta de forma similar a un Decapitado. Esto implica que recibe daño extra si usamos confeti divino, y que posee un ataque que nos puede infligir terror. Os vendría bien tener algún agente pacificador como objeto de uso rápido.
La clave aquí está en intentar colarle uno o dos golpes a lo sumo cuando se ponga a dar estocadas al aire de forma semialeatoria poniéndonos por detrás de él. Hecho esto, es posible que se gire para golpearnos, o que utilice su ataque de terror. En ambos casos lo que hacemos es alejarnos rápidamente.
El Simio decapitado posee un potente ataque de barrido con su espada que podemos esquivar fácilmente saltando hacia la izquierda, y aprovechando para castigarle golpeándole un par de veces.
Lo que sin duda os solucionará la vida es saber que es especialmente vulnerable a la lanza cargada en un contexto muy particular: si conseguís desviar de forma perfecta su espadazo vertical —sabréis cuál es porque este enemigo eleva su espada muy por encima de la cabeza que no tiene, y da un único y potente tajo vertical—, lo aturdiréis. En este momento, en lugar de aprovechar para golpearle, lo que haremos será utilizar el ataque de arrastre de la lanza cargada. Esto le hace mucho daño a su vitalidad y su postura al sacarle el ciempiés de su interior.
Esta segunda fase es algo más sencilla que la primera, aunque se nos puede atragantar si lo pasamos mal durante la fase anterior y no tenemos suficientes objetos curativos.
Tras derrotar al Simio guardián, obtendremos el Recuerdo: Simio guardián, y el Dedo delgado, una herramienta de prótesis para construir el silbato para la prótesis de shinobi. También aparecerá delante el ídolo - Abrevadero del simio guardián. Es la única forma de salir de la zona.
Con el Simio guardián muerto, podremos entrar en la cueva que estaba protegiendo, y recoger el Loto del palacio. Se trata de un ingrediente que Kuro necesita para el incienso con el que abandonar la inmortalidad.