Dónde está Molbol y cómo derrotarlo en Final Fantasy VII Remake

En Final Fantasy VII Remake encontraremos un gran número de enemigos a los que tendremos que derrotar para obtener experiencia y subir de nivel, conseguir sus ataques especiales (en el caso del Molbol es “Aliento fétido”) y obtener diversos logros y trofeos. Uno de los bosses más esquivos, que podremos encontrar en el endgame del juego o en el capítulo 17 de la historia, es el Molbol. A continuación y como parte de esta guía completa os detallaremos el método para encontrarlo y os ofrecemos una serie de tácticas para derrotarlo.

Dónde está Molbol y cómo derrotarlo

El primer requisito que tenemos que cumplir para encontrar al Molbol es el de jugar en dificultad “Difícil”. Una vez que lleguemos al capítulo 17 (o lo rejuguemos en el endgame del juego) deberemos avanzar por el nivel hasta que llegue el momento de tomar el ascensor para salir del edificio Shinra. No debemos hacerlo todavía, ya que cerca de allí, en una sala contigua, está Chadley esperando para darnos acceso a una nueva sesión de simulación de combate en la que nos podremos enfrentar a un Molbol al seleccionar la complicada fase de “Grupo de 3 vs. Monstruos históricos”. En su caso no es una invocación que tras vencerlo obtendremos en forma de materia, pero sí que recibiremos un trofeo llamado “Jabón para esa boquita”.

Debido a que deberemos enfrentarnos a un Bom, un Tomberi y un Bégimo Cero (además de una cuarta ronda en la que repiten Bom + Tomberi) antes de llegar al combate del Molbol. Por ello, recomendamos llevar equipadas materias resucitadoras y curativas para poder recuperarnos si nos alcanza con uno de sus ataques de forma directa. También es una buena idea tener a Aeris en el grupo para hacer de healer mientras el resto (a nuestra elección) se centran en atacar al enemigo.

Algo esencial al empezar el combate contra el Molbol es usar la habilidad adecuada para hacernos invulnerables al peligroso Aliento Fétido que nos lanzará nuestro adversario. Más allá de esto, aconsejamos haber subido de nivel lo suficiente como para que el combate no se nos haga cuesta arriba y podamos golpearle con todo nuestro arsenal, por la espalda, (además de convocar una Invocación) hasta vencerlo.