Dos años del 'Fenómeno Ronaldo'
El presidente del Real Valladolid ha consolidado al club institucionalmente mientras trabaja en el crecimiento en otros aspectos.
Un 3 de septiembre, pero de 2018, el Real Valladolid apararó la atención de todo el mundo del fútbol. Ronaldo Nazário había llegado a la ciudad. Más de uno se tenía que pellizcar para comprobar que no soñaba, que el astro brasileño, ídolo de una generación de aficionados, acababa de comprar el paquete mayoritario de acciones de la entidad hasta entonces presidida por Carlos Suárez. La rueda de prensa, y el posterior paseo hasta el restaurante en el que comió, fue poco menos que una secuela de 'Bienvenido Mr. Marshall'.
731 días han pasado y unas cuantas cosas han sucedido desde entonces; las últimas, los traspasos más elevados de la historia del club, el de Salisu al Shouthampton (12 millones) y el de Shon Weissman, procedente del Wolfsberger, cerrado por unos cuatro. Sin llegar a tenerlo garantizado (nadie lo tiene), el Real Valladolid ha dado en sus dos temporadas al frente pasos hacia el asentamiento en Primera, algo que no sucedía desde la década anterior, entre 2007 y 2010.
Para esta tercera, se busca el ya manido salto de calidad, mantra del que huyen dentro del club, pero al que se ajustan las pretensiones de dar un mayor impulso que permita lograr la salvación con mayor desahogo que en las campañas precedentes. Para ello, el Pucela contará con su límite salarial más elevado de siempre: alrededor de 46 millones de euros, tal y como confirmó Miguel Ángel Gómez recientemente.
Más recursos humanos
En el intento de capitalizar la entidad, Ronaldo Nazário ha acometido una ampliación casi constante de los recursos humanos, comenzando por valores importantes de su equipo como Matthieu Fenaert, David Espinar o Gabriel Lima y por los distintos departamentos de las oficinas. Esto lo ha notado el equipo directivo-deportivo, con una ampliación de la dirección deportiva sin precedentes, con el departamento de Ciencias del Deporte o el de Big Data como grandes atractivos, este último, prácticamente pionero en el entorno.
A las obras acometidas en Zorrilla y Los Anexos, con la desaparición de foso y el sotechado de la grada de la ciudad deportiva como grandes exponentes, la gran asignatura pendiente es la construcción de las nuevas instalaciones en Pinar de Jalón. Después del intento frustrado de que el estadio y sus inmediaciones siguieran siendo el único centro neurálgico, continuos retrasos en el inicio de las obras tienen ralentizado el proyecto sine die.
En el apartado social, el Real Valladolid se ha significado como una entidad socialmente responsable, como se vio, principalmente, durante la primera fase de la pandemia mundial de coronavirus, la del confinamiento. Junto a ello, se ha acercado al aficionado con el canal Conecta como clara signo de relevancia del hincha. Como muestra, un botón: el rectificado en la última campaña de abonados.