Los mejores juegos indie de 2020
Cerramos el año repasando todos esos juegos que, sin un gran presupuesto detrás, lograron rompernos los esquemas y colarse en nuestro corazoncito.
En estas fechas los redactores de MeriStation nos transformamos en una especie de camaleones con patas. Camaleones con un ojo puesto en 2021 (y por tanto, en los indies más prometedores que llegarán el año que viene), y el otro puesto en un 2020 del que aún estamos repasando todos sus grandes momentos. Tras ver los mejores juegos de rol y RPG del año, o los sleeper de 2020, esos éxitos que nadie vio venir, le toca el turno al videojuego independiente, el que sin grandes artificios ni maniobras de marketing es capaz de hacernos reír y llorar como ningún otro. Producciones que demuestran que la ambición y calidad no la marcan los números. Títulos repletos de personalidad, de ideas. Obras capaces de rompernos todos los esquemas y dar la vuelta a lo que creíamos saber sobre el medio. A continuación os dejamos con los que para nosostros son 10 de los mejores juegos indie de 2020, una lista repleta de experiencias con la que coronar vuestra carta a los Reyes Magos.
¿Dónde están...?
No hace falta que bajéis hasta las primeras posiciones de esta lista para llevaros las manos a la cabeza. Ya os lo decimos de entrada. Juegos como Hades no están en ella. Pero antes de que cunda el pánico, nos explicamos. Estos artículos son poco más que un repaso a los mejores juegos del año en cada género, y habiendo tenido 2020 una cosecha tan buena, hemos querido que un mismo nombre no se repitiera en varias listas para daros a conocer el mayor número de títulos posibles. Así, por ejemplo, podéis encontrar Hades en la lista de los mejores juegos de acción, donde se codea con otros nombres que también podrían haber entrado aquí, como Huntdown, Sakuna: Of Rice and Ruin o Ghostrunner. Lo mismo pasa con exitazos de este curso como Among Us, Fall Guys: Ultimate Knockout, Phasmophobia o Risk of Rain 2, incluidos en el top mejores juegos multijugador de 2020. Caso parecido al de Journey to the Savage Planet, presente entre nuestras aventuras favoritas de este año, o al de Spelunky 2 y Ori and the Will of the Wisps, que aparecen en el repaso plataformero. Así que tranquilidad, que sentimos la misma devoción que vosotros por Supermassive Games. Si os falta algún nombre, seguramente sea porque está en alguno de sus reportajes hermanos. Tomaros éste como una simple mención a 10 juegos más que nos han conmovido y sorprendido durante los últimos doce meses.
10. The Pathless
Primer juego de la lista y primera mención para Annapurna Interactive. La distribuidora, con un gusto tan exquisito como heterogéneo, va ser una presencia recurrente a lo largo de este top, que abrimos con la segunda obra de los creadores de ABZÛ, aquel bellísimo y contemplativo viaje a las profundidades del océano. En esta ocasión, las apenas 20 personas que trabajan en Giant Squid nos proponen un nuevo viaje... pero al fin de mundo. Un viaje a un lugar maldito y tocado por la oscuridad en el que tendremos que acabar con enormes criaturas con claras reminiscencias a las de Shadow of the Colossus. El juego, de alrededor de 6 horas de duración, consiste a grandes rasgos en eso, en recorrer escenarios preciosos en busca de esos "guardianes" y batirnos en duelo con ellos una vez los encontremos. Para dicha misión nos pondremos en la piel de una misteriosa protagonista que resulta experta en el uso del arco y las flechas, y que cuenta con un fiel águila por compañía. Pero donde el título se desmarca de otros es en en lo relativo a su sistema de movimiento. La protagonista se mueve deslizándose a toda velocidad por enormes extensiones de terreno, y para mantener dicha velocidad debe ir acertando con su arco en las dianas que van apareciendo. Es más sencillo de lo que parece sobre este texto, resultando genuino y funcionando a la perfección. Agilidad y destreza. Distinción. Todo en The Pathless transcurre a gran velocidad, con un montón de carreras, puzles y secuencias de acción que destacan sobre todo por su apartado artístico, a cargo de Matt Nava, el director de arte de thatgamecompany (Flower, Journey). Los paisajes del mundo que nos rodea irán purificándose a nuestro paso y cambiando la oscuridad por la luz por medio de una explosión visual que invita a revisitarlos y deleitarse. Por su parte, los combates contra los jefes finales cuentan con una pequeña dosis de sigilo y un gran sentido del ritmo. El juego va volviéndose más estilizado, elegante y bonito a medida que avanzamos. Encima con la banda sonora de Austin Wintory, que repite tras las cabriolas de ABZÛ y cuenta con colaboraciones como la del guitarrista español Enoc Benítez. Giant Squid firma así otra de esas aventuras distintas, un oasis en un desierto de triples A. Para disfrutar sin grandes complicaciones y paladeando el tremendo viaje visual que supone. Colirio para los ojos.
9. Chicken Police: Paint it RED!
La receta para superar un desamor. Eso es para muchos de nosotros Chicken Police: Paint it RED!, el único juego capaz de hacernos olvidar el batacazo de Blacksad: Under the Skin. Una novela visual que se ambienta en los años 40, rescata lo mejor del noir policial y tiene como protagonistas a toda clase de animales antropomórficos. Estos últimos no son John Blacksad, Weekly, Smirnov y compañía, pero como si lo fueran. La obra de Juan Díaz Canales y Juanjo Guarnido también vive en este maravillosos point and click en blanco y negro, para el que seguramente haya servido de inspiración, y en el que encontramos todo lo que pedíamos a su adaptación. Chicken Police es una experiencia cinematográfica cautivadora, en la que visitaremos alrededor de 30 escenarios (detallados y llenos de coleccionables) interpretando el papel de detective, o lo que es lo mismo, buscando pistas e interrogando a los más de 25 personajes con los que nos cruzaremos. Una aventura de alrededor de 7 horas de duración que, aún siendo lineal, es un regalo para la vista y los oídos (mención especial para ese extraordinario doblaje al castellano, siempre bien acompañado de, como es costumbre en el género, un delicioso trasfondo de jazz). Es una una salvaje historia de amor, muerte, POLLOS y redención. Una carta de amor a películas como El sueño eterno, Perdición o Gilda, y a juegos como Grim Fandango, Snatcher o L.A. Noire. Sonny Featherland y Marty MacChicken, sus protagonistas, perdurarán en nuestra memoria, y sus sistema de interrogatorios, con esa libreta que nos evoca a Hotel Dusk, hacen del título una gozada. Ojalá sea el albor de una nueva saga de detectives, al estilo de los mejores Brunetti, Wallander o Antonia Scott.
8. Amnesia Rebirth
¿Quién no está harto de la frasecita “Es el Souls de los juegos de...”? Pues preparaos que ahí va otra variante. Dentro del mundo de las desarrolladoras, Frictional Games es la From Software de los juegos de terror. Una empresa que ha marcado por completo la evolución del género con títulos como Penumbra y Amnesia: The Dark Descent, claras referencia para la mayoría de éxitos y lanzamientos de horror de la última década, véase el caso de Outlast. Este 2020, después de habernos brindado el estupendo Soma, Frictional Games ha vuelto a la saga que le brindara la fama mundial. Lo ha hecho con Amnesia Rebirth, una nueva entrega que da a los incondicionales de la serie todo aquello que buscan, empezando por un nuevo juego en el que hay que correr para sobrevivir. Nada de acción, nada de luchar y plantar cara al mal. Nos vuelve a tocar huir, contener la respiración y escondernos detrás de barriles mohosos y mesas pringosas. Pero esta vez no rezaremos a Dios con la cara pegada a los oscuros muros de algún castillo centenario. En Amnesia Rebirth nuestra cordura será puesta a prueba en Argelia. Es allí donde empieza la aventura, después de que una mujer tenga un accidente de avión sobre los cielos del país hacia la segunda mitad de los años 30. La historia, excepcionalmente escrita, nos propone visitar junto a ella solitarios yacimientos arqueológicos, fortificaciones francesas abandonadas ante el avance del desierto y cuevas que devoran la luz cual agujero negro. Un viaje para el que de nuevo es imprescindible jugar a oscuras y con cascos. A lo largo del mismo resolveremos toda clase de puzles que confían en nuestra capacidad de deducción y se apoyan en la física de los objetos para ser resueltos. Pero si Amensia sigue destacando por algo es por depositar el miedo en lo que no vemos, en lo que solo intuimos, utilizando contra el jugador a su mayor enemigo, su imaginación. Frictional Games ha presenta un trabajo que demuestra su madurez narrativa y jugable, siendo una de las grandes historias de terror del año, a la que solo se le puede recriminar ser demasiado continuista.
7. Cloudpunk
Han sido años y años de espera para asistir al lanzamiento de Cyberpunk 2077, pero visto lo visto, aún quedan uno o dos añitos más antes de que muchos de nosotros pongamos un pie en Night City. A la obra de CD Projekt aún le falta bastante por pulir, sobre todo en consolas, y hasta que lo haga parece haber vuelto a dejar huérfanos a los fans de la ambientación Blade Runner. Pero solo lo parece, porque Cloudpunk es una gran forma de llenar el vacío de sus corazoncitos. Un juego que nos propone sumergirnos en otra de esas megalópolis inabarcables, de las que tienen un horizonte de edificios y en las que mires a donde mires siempre ves carteles de neón o coches voladores. La obra de ION LANDS lo apuesta todo a la narración y cuenta la historia de Rania, una inmigrante que acepta un trabajo en Cloudpunk, un servicio de transporte de mercancías que se mueve al borde de la ley. En la piel de Rania, y a lo largo de aproximadamente 10 horas, deberemos hacer múltiples encargos para la compañía, siempre acompañados de Camus, una IA con aspecto de perro y de lo más dicharachera. Los encargos harán pasar ante nuestros ojos todos los problemas y debates morales que plantean este tipo de sociedades futuristas (y tan parecidas a la actual). Xenofobia, desigualdad social, transfobia, falta de privacidad... son muchos los temas sobre los que reflexionar y las situaciones que nos provocan un nudo en el estómago. Pero la gran particularidad del título es su estética, que recrea todas las calles, plazas y espacios de una ciudad con voxels. Un aspecto a lo Minecraft, pero con un mayor grado de detalle que enamorará a los fans del pixelart. En Cloudpunk haremos poco más que conversar y conducir, pero aquellos apasionados de la temática no necesitarán más. Caminar por entre comercios luminosos, bares, oficinas y discotecas, con un ambiente depresivo, gente triste y música acorde, deja una sensación extrañamente agradable y tranquila. Perfecto para desconectar y dejarse llevar por la melancolía.
6. If Found...
Uno de los juegos más experimentales del año. If Found... es como un boceto a medio terminar. Pero a medio terminar de borrar, no de dibujar. Porque el juego de Dreamfeel es una preciosa visual novel en la que nuestro trabajo consiste en borrar la historia de su protagonista, Kasio, una joven al límite, sobrepasada por su situación y cansada de que le persigan los fantasmas de pasado. Armados con una goma tendremos que eliminar todos los recuerdos de su vida, lo que incluye todas las personas que pasaron por ella y todas las discusiones y malos momentos, pero también los buenos, los bonitos, los que hicieron vibrar el corazón de Kasio. Su vida toma el aspecto de cuaderno de instituto y sus recuerdos el de dibujos y anotaciones en él. Según vayamos pasando páginas y conociendo más a fondo a Kasio, más comprenderemos porque quiere romper con todo y desaparecer, y más difícil será borrar determinados fragmentos por todas las implicaciones que tienen. Son apenas dos, tres horas de introspección y emociones que nos dan un nuevo punto de vista para debatir sobre el hogar, la familia y la identidad. Un título de esos a los que acercarse sabiendo lo menos posible, y de los que, aún meses después de haberlo completado, te mantiene pensando en él.
5. There is no game: Wrong Dimension
¿Quién no se acuerda del combate contra Psycho Mantis en el primer Metal Gear Solid? Que si había que cambiar el mando de puerto, que si la solución estaba en la contraportada del juego, que si Psycho Mantis leía nuestras partidas guardadas... Fue uno de los primeros ejercicios de autoconsciencia de los videojuegos. Uno de las primeras veces en las que se rompió la cuarta pared y se apeló a la persona que estaba los mandos. Después vinieron muchas más, como la pelea con The End en Metal Gear Solid 3, o el caso de The Stanley Parable, un virtuoso en el uso del metalenguaje. Sin embargo, la mecánica se estancó, quedó como “una broma anecdótica” de algunos juegos juegos y fue perdiendo perdiendo gradualmente la gracia, o eso creíamos. There is no Game: Wrong Dimension demuestra lo equivocados que estábamos y lo mucho que puede seguir dando de sí la fórmula, puesta en esta ocasión al servicio de un espléndido homenaje a la historia de los videojuegos. Cargado de referencias, se trata un juego que, como su propio nombre indica, no quiere ser jugado. Una aventura gráfica, un point and click con un narrador en off que rompe la cuarta pared constantemente y nos invita a pensar “fuera de la caja”. Es hora de cuestionar las mecánicas del resto de videojuegos, replanteárselas y poner en jaque el status quo de esta industria. Desternillante, con puzles ingeniosos y desafiantes. Un alarde de imaginación y creatividad que no ha pasado desapercibido y se encuentro entre los seis juegos mejor valorados del año en Metacritic, tanto por prensa como por público.
4. Call of the Sea
Norah Everhart ha emprendido una expedición a los confines del Pacífico Sur en busca de su marido, Harry, quien hace algunos meses partió en esa misma dirección creyendo que allí estaría la cura para la extraña enfermedad que padece Norah. Ahora que Harry ha dejado de dar señales de vida, Nora ha decidido seguir sus pasos y ha acabado en una misteriosa isla a la que nadie parece querer acercarse. Una extraña isla repleta de secretos y que pronto se descubrirá como cuna de una civilización olvidada. Ese es el punto de partida de Call of the Sea, el primer juego de Out of the Blue, una pequeña desarrolladora afincada en Madrid que se define a sí misma como “una compañía para juegos narrativos y de puzles. Diseñamos puzles. Contamos historias. Amamos los videojuegos”. Aunque esa carta de presentación deja claro lo que podéis esperar de Call of the Sea, no hace mención a los preciosos escenarios en los que tiene lugar la aventura, cuya paleta de colores y ambientación invita a quedarse parado admirándolos de tanto en tanto. Aún esperándolo desde que se anunciara en el Xbox Inside del pasado mes de mayo, el título nos ha parecido una de las sorpresas indie de 2020. Un aventura en la que explorar cada rincón y resolver ingeniosos desafíos, cuya historia atrapa y despierta en nosotros una sensación de suspense e incertidumbre de las que cala en los huesos. No podía ser de otra forma, teniendo un aroma tan fuerte a Lovecraft y visitando lugares tan tenebrorsos como los restos de un naufragio, un campamento abandonado a la carrera, varias ruinas misteriosas... etcétera. Es una experiencia cortita, cautivadora y, al estar disponible en Xbox Game Pass, imprescindible. Es emocionante recordar, gracias a Call of the Sea, cómo nos sentimos la primera vez que leímos En las montañas de la locura.
3. Paradise Killer
Hace un rato os hemos hablado de Chicken Police: Paint it RED!, un estupendo point and click de detectives que, con semejante trama, personajes, ambientación y estilo audiovisual, es imposible no disfrutar. Sin embargo, no deja de ser un título un tanto lineal, y Paradise Killer es su contrapunto ideal. Otro juego de índole detectivesca en el que ocurre todo lo contrario. Aquí tendremos una gran libertad de acción y no seremos sobreprotegidos en nuestras pesquisas. Se acabó eso de que la historia no avance hasta que no encontremos un objeto en concreto, o de ver la deducción correcta en el sistema de diálogo. Paradise Killer nos deja investigar en el orden que queramos y a nuestro gusto, nos hace responsables de analizar la información correctamente y permite que confeccionemos nuestras propias hipótesis. El crimen de isla Paradise esconde una verdad verdadera, pero cómo lleguemos a ella, si es que llegamos, dependerá por entero de nosotros. Una propuesta que no puede ser más satisfactoria y que pone la vista en Danganronpa y sobre todo, la saga de Phoenix Wright. Encima esta virtud, maravillosa ella, viene acompaña de una estética y una ambientación diferente a todo lo que hayáis podido ver. Histriónica e irreverente, la aventura se ambienta en una isla vacacional que evoca las postales de playa más idealizadas que se os vengan a la cabeza, pero una isla que en el fondo es una trampa para atraer humanos que ofrecer en sacrificio a los dioses de un panteón de lo más rocambolesco. Los gobernantes de la isla han sido brutalmente asesinados y solo una mujer puede desentrañar la verdad que oculta el crimen: Lady Love Dies, una mujer inteligente, sensual, descarada y segura de sí a la que llaman "la friki de la investigación”. A su lado tendremos que recorrer la isla superando puzles sencillos, explorando a nuestro antojo y preparando el juicio a base de hallazgos, interrogatorios y, por qué no, hasta comprando pruebas que nos hagan avanzar. Siempre rodeados de un universo profundo e imaginativo que crea su propio y maravilloso lore de la nada, contiene una crítica mordaz al capitalismo, hereda elementos del noir y presume de una estética vaporwave que celebra la belleza y el carisma de sus personajes. Por desgracia no está disponible en castellano, pero es una aventura que nos deja tan entusiasmados como lo hizo el primer Ace Attorney en su día.
2. Spiritfarer
Hay detalles que marcan un juego. Simples acciones que lo definen mejor que un análisis de páginas y páginas. En el caso de Spiritfarer, esa acción es la de poder dar abrazos a los personajes y que estos los acepten (o no) en función de su estado de ánimo. No hay mejor descripción posible para la emotiva obra de Thunder Lotus Games, que toma El viaje de Chihiro y la filmografía de Hayao Miyazaki como referencia y nos embarca en una aventura que habla sobre la muerte, pero respira vida. En Spiritfarer nos ponemos en el papel de Stella, la nueva Guía de las Almas, la principal responsable de la transición entre el mundo de los vivos y el más allá. Stella lleva en su barco a aquellas almas que acaban de fallecer y tiene que hacer lo más grata posible su llegada al más allá. Una misión que rezuma tristeza, viene acompañada un apartado artístico de lujo y envuelta en cálidos acordes a piano perdidos entre suaves melodías ambientales. No es un juego desafiante, no ofrece grandes enfrentamientos con jefes finales y tampoco se ambienta en un mundo tridimensional. Y en un sector donde abundan las dinámicas violentas y la acción, se agradece algo así. Algo tranquilo, mundano y al mismo tiempo trascendental. Un juego en el que cuidar de nuestro barquito y sus pobres huéspedes, a los que deberemos alimentar, animar y echar una mano, por ejemplo mejorando las estancias y habitaciones del barco. Es un juego para relacionarnos con una (efímera) familia en alta mar. Y lejos de caer en la monotonía, como le pasa a muchos juegos con premisas más “relajadas” y profundas, Spiritfarer cuenta con una sorprendente variedad de propuestas que no deja de cambiar y que engancha durante las más de treinta horas que puede llegar a durar. A caballo entre un juego de aventuras, un simulador de vida, un título de estrategia ligera y un plataformas de desplazamiento lateral, Spiritfarer es más bien como un abrazo inolvidable.
1. Kentucky Route Zero
Un juego de culto. Uno de los viajes más especiales que nos ha propuesto nunca un videojuego. En eso se ha convertido Kentucky Route Zero desde aquella primera campaña de kickstarter que tanto éxito tuvo allá por 2011. Cardboard Computer prometió sacar el título al mercado en cinco capítulos y distribuirlos a lo largo de dos años, pero su ambición les pasó factura y se les fue de las manos. Al final han pasado 9 años desde que se anunciara, 7 desde su primer episodio y 4 desde el cuarto. Pero este 2020 se ha cerrado el ciclo. Kentucky Route Zero ha recibido su última entrega y ha llegado a consolas con un recopilatorio llamado TV Edition. Y la espera ha merecido la pena. Como decíamos en su análisis, estamos ante un hijo de su tiempo, un producto de una época en la que el videojuego independiente no hacía más que experimentar con la narrativa, como fueron los casos de Dear Esther, Papers Please o Gone Home. De cuando todos intentaban dar una vuelta de tuerca a la forma de contar historias. Y eso es precisamente el juego, un point and click muy simple y sencillo que lo pone todo al servicio de la historia. Kentucky Route Zero es un título denso, repleto de diálogos y conversaciones. Sin acción, sin puzles, sin objetos o inventario. Un ejemplo de sublimar el arte de la narrativa dentro del videojuego empleando todas las herramientas que un medio tan versátil como este puede ofrecer. Un ir y venir de puntos de vista y métodos de narración. Posiblemente sea el mayor alarde en ese sentido desde Undertale. Original como él solo, es un viaje surrealista, una onírica road movie que recuerda a lo mejor de David Lynch, Gabriel García Márquez o Haruki Murakami. Es decir, puro realismo mágico. Por momentos parece más una obra de teatro que un videojuego, siendo una de esas propuestas tan peculiarles que o la amas o la odias. Por eso, y para evitar desengaños, sus creadores ofrecen en su página web de forma totamente gratis algunos de los interludios entre capítulos. Son unas 8 - 10 horas de pura poesía visual, con un ritmo magistral y una dirección artística fresca, rompedora y arriesgada, donde la iluminación cumple con nota, el empleo de cámaras espectacular y sus encuadres, magistrales. Su banda sonora es una oda al country, el bluegrass, la electrónica y la música ambiental. No hay nada igual. Kentucky Road Zero es una de las cimas de la narración en videojuegos.
Se han quedado a las puertas...
No es justo. Son decenas, cientos, ¡miles! los juegos que hemos tenido que dejar fuera de la lista, a pesar de que muchos de ellos merecen nuestra atención, aplauso y cariño. Para compensar, a continuación os dejamos un repaso a los mejores lanzamientos indie de 2020 mes a mes, una serie de artículos que nuestro compañero Israel Mallén ha ido publicando durante los últimos meses, según caían las páginas del calendario. En ellos podéis encontrar una muestra mucho más amplia de juegos y descubrir nuevas joyas que os rompan todos los esquemas. Si habéis echado en falta algún nombre o simplemente tenéis mono de más experiencias distintas a los blockbusters de turno, no dudéis en bucear por los mismos:
Kentucky Route Zero: TV Edition
- Aventura
Kentucky Route Zero: TV Edition, desarrollado por Cardboard Computer y editado por Annapurna Interactive para PlayStation 4, Xbox One, Switch, iOS, Android, PlayStation 5 y Xbox Series es la versión completa de una aventura episódica de realismo mágico sobre una autopista secreta en las cuevas que hay debajo de Kentucky. Un repartidor de muebles antiguos que intenta realizar la última entrega de su pequeña tienda se pierde en el camino y se encuentra con una reparadora de televisores embrujados, un niño con un águila gigante como hermano, un par de robots músicos y otros cuantos personajes.