Penumbra: Black Plague
- PlataformaPC7
- GéneroAventura gráfica
- DesarrolladorFrictional Games
- Lanzamiento21/02/2008
- TextoEspañol
- VocesInglés
- EditorParadox Interactive
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Un extraño virus asola a Philip, el protagonista de Penumbra. En Black Plague finalizará su peligrosa aventura en los confines más recónditos de Groenlandia. Más puzzles, más contagios y más miedo. Tú verás si te atreves.
Penumbra: Black Plague comienza donde lo dejó su primera parte, Overture. Seguimos tomando el control de Philip, el cual continúa perdido en una extraña mina allá en los confines de Groenlandia. En sus oscuros pasadizos descubrirá hechos inexplicables que, por fin, tendrán una explicación en este capítulo.
Y es que el guión representa un papel muy importante en el juego. Combinado con el asfixiante y tenebroso ambiente recreado a través de la escasa iluminación y los recónditos efectos de sonido, el transcurso de la historia conseguirá engancharnos poco a poco, convenciéndonos de que debemos seguir vivos para descubrir qué demonios ocurrió en el lugar de los hechos.
A través de los hechos, precisamente, se va desgranando el guión. Un cuerpo mutilado, una nota desesperada, una bitácora de extraños sucesos o documentos almacenados en un viejo terminal; en suma, una creativa manera de otorgarnos información, arrojando poco a poco luz sobre un virus que el padre de Philip investigó y cuyas consecuencias son devastadoras.
Si hacemos un alto en el camino y repasamos los párrafos hasta ahora escritos, cualquier lector podría imaginarse que estamos ante una aventura gráfica de las de toda la vida. Y si os digo que los puzzles a resolver mediante combinación de objetos son el pan de cada día, aún tendréis más razones en pensarlo.
Black Plague vira su timón hacia la aventura con mucho más descaro que en su primera parte. Hay una razón de peso que argumenta tal decisión de diseño: la implementación de la acción era el punto más débil del Penumbra original, mientras que el excelente motor de físicas y los revolucionarios gestos de ratón necesarios para llevar a cabo las acciones edificaban su pilar más sólido.
Aún así, seguiremos teniendo momentos propios del más puro survival horror, con engendros portando linternas y buscando cerebros desesperadamente; la forma más efectiva de solventar tales situaciones será esconderse, puesto que no disponemos de ningún arma reglamentaria, y sólo seremos capaces de defendernos lanzando algún objeto que tengamos al alcance.
Los instantes de acción siguen sin responder a lo esperado, alejándose de ejemplos edificantes como Condemned, donde la escasez de armas de fuego no era óbice para representar combates de exagerada intensidad. La combinación de géneros se ve reducida al sigilo y al puzzle, y aunque no tiene porque ser malo, sí que se echa de menos más posibilidades o mayor soltura en la dupla ataque / defensa.
A cambio, Black Plague promete proporcionarnos un inteligente uso del entorno, momentos de auténtico terror psicológico mientras pensamos qué hace un mutante esquelético con linterna en ristre, y unos puzzles dignos de la aventura más retorcida de la saga MundoDisco. Y todo ello en primera persona. Diferente, que no es poco.
Gráficos y sonido
El motor gráfico de Penumbra: Black Plague apenas ha variado respecto al de su primera entrega. El paso del tiempo se hace notar, y a estas alturas podemos decir que se encuentra totalmente desfasado. Esto no quiere decir que los gráficos sean malos. Simplemente, las texturas tienen mucha menos resolución que en otros títulos contemporáneos, los 'efectos especiales' son bastante modestos, y aunque la iluminación dinámica se ha mejorado en esta entrega, el engine se queda bastante cortito.
La gran baza visual del juego radica en su inteligente uso de la oscuridad; en muy contadas ocasiones veremos las cosas a plena luz, algo que consigue tapar algunas carencias gráficas. En general, la atmósfera opresiva y decadente se consigue. Éste era el propósito de los diseñadores del juego, así que no podemos añadir más reproches que los ya expuestos.
En cuanto al apartado sonoro, viajamos desde el menú principal a las cavernas perdidas de Groenlandia a través de una inquietante melodía con un piano como protagonista. Una vez allí, la recomendación es aislarnos del resto del mundo para poder apreciar el excelente trabajo de sampleado llevado a cabo en el juego.
Y es que el conjunto de efectos de sonido consigue perturbarnos una y otra vez, obteniendo resultados que para nada desmerecerían si los escucháramos en cualquier Silent Hill. Chirridos, lamentos lejanos, crujidos, ecos antiguos y desconocidos... Como anillo al dedo para cualquier sesión dirigida por Iker Jiménez.
Jugabilidad
Como ya hemos comentado, Penumbra ofrece una historia interesante e intrigante por descubrir, a través de documentos, notas y extraños flashbacks. Para llegar al final y averiguar qué pasó con el padre del protagonista, debemos ir superando una serie de niveles, básicamente estructurados en habitaciones.
Salir de cada habitación suele requerir más de una pensada, ya que cualquier objeto que haya en la sala es susceptible de ser movido, empujado, apilado o simplemente recogido y combinado con otro ítem de nuestro inventario. Y con un punto a destacar: existen varios métodos para superarlos.
Por otro lado, los puzzles se alternarán con secuencias en las que los extraños seres infectados por el dichoso virus nos atacarán a las primeras de cambio; normalmente tendremos unos segundos para escondernos antes de afrontar un cara a cara que suele ser letal. A veces podremos utilizar objetos arrojadizos, aunque tampoco son demasiado efectivos.
La práctica ausencia de elementos de acción repercute finalmente en una aventura gráfica en primera persona, salpicada con gotas de sigilo. Es por ello que puede decepcionar a alguien que espere los típicos elementos de un Survival Horror. Lo cierto es que la combinación de los puzzles con la particular interfaz del juego, donde se nos presenta una pantalla limpia de indicadores, en la que podemos mover cualquier objeto mediante gestos del ratón, funciona de maravilla a la hora de conseguir la inmersión deseada.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.