La Ponferradina afronta su segunda temporada consecutiva en LaLiga SmartBank con el objetivo claro de consolidarse en la categoría de plata, a ser posible con más tranquilidad que el año pasado. En su retorno a Segunda el equipo berciano completó en esencia una gran campaña que se vio empañada por una mala racha de resultados en la recta final que a punto estuvo de costarle un disgusto. Sin embargo, no sería justo valorar 42 jornadas por lo ocurrido en cinco, aunque sí debe servir como toque de atención sobre lo complicada que se puede volver la Segunda al mínimo despiste por muy bien que lo hayas hecho antes.

La Deportiva tendrá de nuevo uno de los presupuestos más bajos de la categoría y también estará más limitada que nadie por el tope salarial impuesto por LaLiga, pero en las oficinas de El Toralín ya han demostrado más de una vez que son capaces de armar equipos competitivos con los recursos justos, y este año están dispuestos a repetir la faena desde la dirección deportiva que encabeza Tomás Nistal.

En sus primeros movimientos de mercado, la Ponferradina apostó por jugadores jóvenes y con progresión, como pueden ser los casos de José María Amo, Manu Hernando, Pascanu, Doncel o Moussa Sidibé, pero sin dejar de lado a jugadores con experiencia en la categoría: Paris Adot, Adri Castellano o Erik Morán. Una vez más, como ocurrió el año pasado con Russo, Pablo Valcarce o Ivi, entre otros, las cesiones serán fundamentales para completar un equipo capaz de moverse con solvencia en las turbulentas aguas de Segunda.

En cuanto a los que siguen, la Deportiva ha conseguido mantener a algunos de los jugadores clave de la pasada temporada, como Óscar Sielva, Larrea, Kaxe y el incombustible Yuri. El delantero brasileño volverá a ser el gran capitán del equipo berciano con el objetivo de hacer crecer al club al tiempo que se sigue agrandando su leyenda con la camiseta blanquiazul. Lo que sí echará de menos la Ponferradina al menos en el inicio de la competición será el empuje de su público. El Toralín ha demostrado más de una vez que los partidos también se pueden ganar desde la grada, pero ahora tocará recibir ese aliento desde la distancia. El nuevo fútbol así lo exige.

Jon Pérez Bolo cumple su tercera temporada al frente de la Ponferradina con el objetivo de consolidar al equipo en la Segunda División. Desde la llegada del técnico vasco, el equipo blanquiazul ha sumado alegría tras alegría, primero con el ascenso a la categoría de plata y el año pasado logrando la permanencia, aunque con más apuros al final de lo que hacía suponer la buena temporada realizada hasta el confinamiento e incluso en las primeras jornadas tras el reinicio liguero. 

La línea ascendente de Bolo en el banquillo de la Deportiva no hace sino continuar una carrera que comenzó en los juveniles del Arenas de Getxo antes de llevarle a celebrar con el primer equipo el retorno a Segunda B y la posterior permanencia en la categoría. Joven y con ilusión, el bilbaíno es capaz de transmitir su optimismo no sólo a sus jugadores, sino también a los aficionados, que desde el primer día han estado de su lado. Poco amigo de especular con el resultado, algo que pocas veces le ha salido bien cuando lo ha intentado, traslada al banquillo el carácter ofensivo que tuvo como delantero en su época de jugador.

A sus 38 años, Yuri de Souza inicia su duodécima temporada en la Ponferradina como capitán y líder del equipo dentro y fuera de los terrenos de juego. El delantero brasileño, que la pasada temporada se convirtió en el máximo goleador histórico del equipo blanquiazul, sigue los pasos de otros ilustres veteranos del fútbol español como Nino para demostrar un año más que la edad es sólo un número y que meter goles no se olvida. En sus once campañas en la Deportiva, Yuri acumula 157 goles en 362 partidos, y los 18 tantos que logró en la última temporada le sirvieron para ser el tercer máximo anotador de LaLiga SmartBank. Cuando llegó al Bierzo en 2009 procedente del Pontevedra pocos se atreverían a aventurar el futuro del brasileño con la Ponferradina, ya que su aportación goleadora en sus dos primeras campañas fue bastante discreta. Sin embargo, desde la llegada de Claudio al banquillo de El Toralín, el rendimiento de Yuri mejoró de forma exponencial hasta convertirse en el líder del equipo tanto con sus goles como con su actitud. Los logros acumulados a lo largo de estos años se quedan en las hemerotecas a la hora de volver al trabajo, ya que Yuri afronta cada nueva temporada como si fuera la primera, decidido a seguir mejorando sus números y continuar siendo el referente del vestuario blanquiazul.

La apuesta de la Deportiva por la juventud a la hora de confeccionar la plantilla para esta temporada hace que sean varios los jugadores que se disputen el puesto de promesa en el equipo berciano. Manu Hernando, Doncel, Pascanu o Moussa afrontan un año importante en sus carreras debutando en el fútbol profesional, pero quizá el caso más paradigmático sea el de José María Amo. El central, criado en la cantera del Sevilla, era un fijo en las categorías inferiores de la Selección hasta que una doble lesión en el cruzado truncó su carrera en 2017. Sin embargo, supo sobreponerse para seguir siendo importante en el filial sevillista y volver al combinado nacional sub-21. Incluso fue convocado por Lopetegui para un partido de Europa League. Decidido a retomar su camino hacia el éxito, Amo optó por salir de su zona de confort después de 14 años en Sevilla para jugar en Segunda con la Ponferradina, que apostó por el futbolista convencida de que con su llegada incorpora a sus filas a uno de los centrales más prometedores del fútbol español.

Al llegar estas fechas los que somos grandes aficionados al fútbol (millones en el mundo), esperamos con ansiedad y muchas ganas el comienzo de la Liga, ver sobre todo el equipo de nuestro corazón, los colores blanquiazules de nuestra querida Deportiva Ponferradina. Ilusionados con los nuevos fichajes y esperando que se cumpla el principal objetivo: lograr la permanencia en la muy difícil Liga SmartBank, consolidarse como equipo en la categoría y por qué no, soñar con disputar alguna vez la promoción de ascenso a la Primera División. Pero esta temporada nada será igual, este año es distinto a todos, el maldito virus que nos afecta a todos impide el desarrollo normal de la competición. En el fútbol los protagonistas son los jugadores, pero el espectáculo es sin duda para nosotros, los espectadores, los aficionados que son los fieles y que trasmiten a los futbolistas todo el ánimo, la pasión y el apoyo incondicional para llevar al equipo en volandas a conseguir la victoria.

Ver El Toralín vacío en un partido de la Deportiva hace que, sin duda, deje de ser un fortín que debilita y acompleja al equipo visitante, pero de todas formas empujaremos mentalmente para que intenten conseguir la victoria ante un recién ascendido pero histórico Castellón. De momento nos conformaremos con verlo por TV o escucharlo con la emoción de la radio. Los estadios vacíos, sin espectadores, sin los aficionados que son los que trasmiten a los jugadores la emoción, el empuje, la garra, las ganas de ganar. No dejo de preguntarme: ¿DE VERDAD COMIENZA EL FÚTBOL? Ojalá cantemos muchas veces el “a Ponferrada me voy” y a la Virgen de la Encina le cantaré una coplica o las que haga falta, porque eso significará que las cosas van por buen camino y nos hará felices a todos los bercianos. Ahora y siempre "AUPA DEPORTIVA".

*Eduardo Fernández fue portero en las décadas de los 70 y 80 y es el jugador que más veces ha vestido la camiseta de la Ponferradina, con más de 400 partidos).

El estadio fue construido en la zona conocida como "El Toralín" dentro del núcleo urbano por el Excmo. Ayuntamiento de Ponferrada, formando parte del conjunto de instalaciones deportivas de la ciudad. El proyecto fue concebido con el propósito de que el equipo de la ciudad tuviese un campo para disputar sus partidos y actualmente ya es la sede social de la Sociedad Deportiva Ponferradina. El aforo del estadio es de 8.400 espectadores, todos ellos sentados y cumpliendo las normativas que la UEFA impone para los espectáculos deportivos internacionales..

Predominio del 4-4-2 clásico

En lo táctico, a Bolo le gusta jugar con un 4-4-2 clásico, si bien no duda en variarlo por un 4-2-3-1 cuando las circunstancias así lo requieren.

El ADN de sus equipos está marcado por la presión alta y la solidaridad entre líneas cuando toca recuperar el balón y por la velocidad por bandas cuando es la hora de atacar.