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Dark Souls II

Dark Souls II

Dark Souls II, guía completa - Confinamiento no muertos

¿Cansado de morir una y otra vez? Si estás perdido y abrumado, y no sabes cómo seguir tu aventura, no desesperes valiente guerrero. En nuestra guía de Dark Souls II encontrarás toda la ayuda que necesitas para sobrevivir a la oscuridad.

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CONFINAMIENTO NO MUERTOSTesoros y “espectro”Sal de la hoguera y cruza el primer puente. Sigue el camino que bordea el precipicio hasta que encuentres una bifurcación a la izquierda. Sube y al llegar a la explanada cuidado con la emboscada, hay varios enemigos escondidos en el perímetro. Ve rodeando y acabando uno a uno con ellos.Cuando hayas limpiado la zona, acércate al borde derecho y localiza el tesoro que hay en un saliente. Déjate caer con cuidado y recoge tu recompensa. Ahora vuelve al desfiladero inicial y sigue avanzando. Cuando pases la cavidad donde encontraste la llave, serás invadido por un espectro. Retrocede hasta una zona un poco más amplia en la que puedas rodar. El fantasma ataca con una guadaña, aprende sus patrones como siempre y ataca cuando baje la guardia. Regresa a la hoguera antes de lanzarte a explorar las cuevas que hay en el otro extremo del barranco.CuevasSal de la hoguera y repite el camino anterior hasta llegar a la cascada. La niebla está tras la gran cortina de agua. En lugar de entrar en la niebla, sigue el desfiladero hasta el final y encontrarás la entrada a una cueva. Avanza y acaba con los primeros esqueletos que te salgan.Hasta que no acabes con el nigromante los esqueletos resucitarán, pero tienes unos segundos hasta que vuelvan a recomponerse. El hechicero está sobre una roca, difícil de acceder, así que lo mejor será que le ataques desde lejos. Cuidado con los orbes mágicos que te lanza.Una vez derrotado el nigromante, los esqueletos que derrotes no volverán a la vida. En el interior de la cueva hay dos caminos. Uno te lleva hasta un tesoro en el borde, y el otro abre una puerta que comunica con la segunda cueva. Esta vez encontrarás a los enemigos de espalda. Céntrate en el hechicero y luego acaba con los esqueletos. Explora esta cueva y sal, estarás de nuevo junto a la hoguera y podrás descansar antes de cruzar la niebla.Señores de los Esqueletos La niebla se encuentra detrás de la cascada. Si seguiste nuestro recorrido anterior, ya habrás pasado por delante de ella al dirigirte hacia la cueva de los esqueletos. Tras la niebla hay un jefe de zona, o mejor dicho, tres jefes de zona. No son unos enemigos especialmente duros si los comparamos con otros a los que tendrás que enfrentarte.En primer lugar ve a por ellos de uno en uno. Los ataques con la guadaña son fáciles de esquivar y tendrás muchas oportunidades para atacar. Uno de ellos suele lanzar bolas de fuego, puedes empezar por él y dejar los otros dos para el final.Lo complicado del combate viene cuando el séquito de esqueletos se alza para proteger a sus señores. Si no te das prisa en vencer a los tres grandes jefes, probablemente a partir de este punto sea mucho más complicado. Procura no dejar de correr para evitar ser el blanco de los esqueletos giratorios.Sin duda alguna son los más peligrosos de todos. Si el campo de batalla se llena de enemigos paciencia, ve golpeando a todos los esqueletos que se acerquen pero tu prioridad sigue siendo no exponerte a ellos. La zona de batalla es bastante amplia, cuando necesites curarte, corre hacia el otro extremo donde menos enemigos haya. Cuando termine la batalla, sal por una gruta que hay a la derecha de la cueva por la que entraste. Sigue caminando hasta la siguiente hoguera, la verás tras una pequeña charca ponzoñosa a la derecha del camino. No te bañes en la charca.