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Dark Souls II

Dark Souls II

Dark Souls II, guía completa - Torre del cardenal

¿Cansado de morir una y otra vez? Si estás perdido y abrumado, y no sabes cómo seguir tu aventura, no desesperes valiente guerrero. En nuestra guía de Dark Souls II encontrarás toda la ayuda que necesitas para sobrevivir a la oscuridad.

Llave de la herrería de Majula

Este objetivo es fácil de conseguir. Junto a la hoguera verás un mercader. Por el módico precio de 1000 almas, te venderá la llave que abre la herrería de Majula. Habrás conseguido almas suficientes de camino a la hoguera, pero si las has gastado subiendo de nivel, dedícate unos minutos a recolectar almas por el camino que ya conoces.

Una vez con la llave en tu poder, utiliza la hoguera para viajar rápido hasta Majula. Abre la puerta de la herrería y luego regresa a la Torre del Cardenal. No te preocupes por el herrero ya que necesita su tiempo para volver al trabajo, cuando vuelvas por allí ya podrás interactuar con él.

Espada de fuego

Este objeto será de gran ayuda para los primeros compases del juego. Desde la hoguera, sal por la puerta y déjate caer por el saliente del muro hacia la gran rama del árbol. Sigue por la izquierda y déjate caer sobre el primer enemigo. Cuidado con el que le guarda las espaldas.

Baja por las escaleras hasta la colina y ve eliminando a los huecos uno a uno. Entra en la cueva y vuelve a salir rápidamente para no ser víctima de la emboscada. Una vez eliminados los dos enemigos, ve con cuidado adentrándote en la cueva. Camina despacio para evitar las explosiones.

Justo después de una pequeña curva, hay una puerta en la pared de la izquierda. El lagarto escupebolas de fuego en tandas de tres, espera a que termine y abre rápidamente la puerta para encontrar el cofre con la espada. Repite la misma operación para salir, espera a que la última bola de fuego golpee la pared y corre.

Sube por la escalera del principio y ve a la derecha hasta encontrar un agujero en la roca. Cuando entres, te darás cuenta que este pasillo ya lo recorriste anteriormente para llegar a la hoguera. Ve hacia la izquierda y avanza hasta que regreses a la Torre del Cardenal.

Dueño de la mansión de Majula

Vamos a adentrarnos un poco más en la fortaleza. Localiza la pequeña escalerilla que hay en frente de la mercader. Baja por ella y espera a que el lancero se acerque a ti para acabar con el. Muchos de los cuerpos tumbados que hay en el escenario terminan por levantarse, así que atácales antes de que se levanten.

El primer ejemplo lo tienes delante: cuidado con el hueco sentado que hay en la pared de la izquierda. Cruza la niebla sin miedo, detrás no hay ningún jefe. En lugar de seguir por la rama del árbol, espera pacientemente a que se acerquen a ti varios huecos por la parte derecha.

Una vez despejado, déjate caer sobre la hierba y sube las escaleras hasta el tejado. Ten cuidado con el arquero de la muralla, dificultará tu tarea de limpiar la zona de enemigos. Sigue por la estructura de madera hasta el final. Tienes que saltar al otro tejado, toma carrerilla y salta con confianza. Ve hacia la derecha y entra por la cueva.

No camines demasiado o terminarás aplastado por una bola gigante. Afortunadamente sólo hay una. Sube y te encontrarás con el dueño de la mansión de Majula. Habla con él varias veces hasta que te entregue la llave de la casa. Al final del camino hay otro tesoro más.

Para regresar, vuelve y sube la escalera que está contra la muralla. Acaba con el arquero y regresa a la hoguera dejándote caer hacia la derecha.

El perseguidor (Opcional)

Para llegar al perseguidor tienes que volver a tomar el camino de las escalerillas. En esta ocasión en lugar de ir hacia la derecha, sube por la rama del árbol hasta lo alto de la muralla. Acaba con los enemigos hasta llegar a la escalera. Si quieres librar tu primer gran combate sube y espera a tu oponente.

Hasta el momento, no hemos tenido que hacer frente a enemigos serios con el sello Dark Souls. Pues bien, el Perseguidor tiene el placer de ser el primero. Este objetivo es opcional, y es así, porque el Perseguidor aparecerá una sola vez para luchar contra ti.

Si escapas de la zona asustado, se irá tan rápido como apareció, dejándote con una dulce sensación de tranquilidad o lleno de rabia por ser tan cobarde. Si le haces frente, intenta acercarte a él lo menos posible. El combate a distancia y esquivar sus duras acometidas es la mejor manera de sobrevivir.

Ten en cuenta que hasta que no subas las escaleras, tu enemigo no hará acto de presencia. Puedes optar por esperar hasta subir unos cuantos niveles y entonces lanzarte a por él. Recuerda que tienes una única oportunidad, intenta dejarlo para más adelante cuando hayas conseguido la saponita blanca, nuestro siguiente objetivo.

Saponita blanca

Realiza el camino anterior hasta el lugar del perseguidor. En lugar de subir sigue recto hasta la primera esquina y lanza una bomba contra los barriles explosivos que hay junto al muro, abrirás un atajo hasta la hoguera. Sigue hasta que veas otra escalerilla, esta vez para bajar. Camina hasta el final donde encontrarás a un viejo amigo: Pate. Cuando termine la conversación, cruza la puerta y quedarás encerrado.

El camino no es fácil, especialmente en el interior de la casa. Cuando llegues a la esquina, haz que los primeros huecos vayan hacia ti de uno en uno. En la escalera esperan otros dos lanceros junto con un arquero. Espera a que los lanceros bajen e intenta el ataque a distancia.

Si has dejado solo al arquero, no te costará demasiado acabar con él. Eso sí, cuidado mientras subes porque no cesará en su empeño de dispararte flechas. Una vez fuera, déjate caer delante de Pate, habla con él hasta el final y te entregará la saponita blanca...¡ya puedes conjurar espectros para que te ayuden!.

Piedra de Pharros

Antes de encontrarte con Pate, mira el gran agujero que hay en la muralla derecha. Entra unos pasos y sal corriendo para esquivar la trampa de las ballestas. El resto de enemigos irá a por ti, dos o tres huecos más que no serán fáciles de eliminar. En la sala de las ballestas, baja por una escalera que hay al final.

Ese cofre tan accesible debería hacerte sospechar. Ábrela y prepárate para rodar en diagonal. De esta manera, esquivarías una posible nube tóxica o el lanzamiento de varias flechas consecutivas. La piedra de Pharros se la puedes comprar al vendedor anterior si no has encontrado ninguna. Colócala en el mecanismo de la pared y golpea con tu arma sobre la marca que se acaba de iluminar.

Atajo

El último camino por explorar, es el que hay justo delante de la sala de ballestas. Acércate hasta poder seleccionar al enemigo pesado que protege la puerta. Desde la zona alta del muro te arrojan bombas, que en contacto con los barriles explosivos, hacen de la zona una trampa mortal.

Si consigues que la explosión dañe al soldado pesado, tendrás mucho ganado. Si no es así, puedes correr hacia las ballestas y disparar mientras camina hacia ti (acertar tampoco es tarea fácil). Si quieres un enfrentamiento, aléjalo primero de la zona de explosión. Se queda desprotegido unos segundos después de cada ataque, pero ten cuidado, un solo golpe puede ser suficiente para acabar contigo.

Antes de cruzar la puerta que protegía, ve a la derecha y sube las escaleras para llegar hasta los huecos que te disparaban. Por aquí encontrarás un cofre además de varias almas. Regresa y ve por la puerta. Acaba primero con los dos lanceros. Ten cuidado por aquí sufrirás varias emboscadas.

Una justo después de coger el tesoro que hay al final. Si subes por el pilar derruido, antes de llegar al enemigo que ves al fondo caerá otro por tu espalda, convirtiendo la columna en una peligrosa zona de combate. Por la otra puerta llegarás casi al principio. Primero ve a la derecha y elimina al lagarto de cristal para conseguir titanita. Abre la puerta que comunica con el primer pasillo, sube las escaleras y estarás de nuevo a salvo en la hoguera.

El último gigante

Para llegar al último gigante, baja las escaleras de la Torre del Cardenal y cruza la puerta que comunica con la parte trasera.Utiliza el ascensor para bajar hasta la galería que conduce a la niebla. El último gigante es un enemigo más grande que peligroso.

No obstante, no debes bajar la guardia en ningún momento. Si tienes posibilidad de impactar desde lejos, ataca, ataca otra vez, y cuando se acerque corre entre sus piernas hasta el otro extremo. Sigue así y no te expongas en ningún momento. Si decides acercarte para atacar, hazlo siempre por el talón.

De esta manera evitarás que te golpee con con los brazos dando sacudidas. El pisotón es el otro gran ataque del gigante. Cuando suba la pierna, apártate rápidamente de su trayectoria o terminarás aplastado. Hacia la mitad del combate, el enemigo se arrancará un brazo y se volverá mucho más violento. Sigue con tu estrategia y no pierdas de vista el gigante.

El Perseguidor

Con la llave que conseguiste tras derrotar al gigante podrás acceder a nuevas zonas. La más reseñable, es la niebla que conduce al Perseguidor. Ve de nuevo por el atajo, aunque esta vez, en lugar de subir al ascensor sigue hasta el final. Cuidado con los dos lanceros que espera en la puerta.

Cuando estés en el pasillo “abierto”, ve a la derecha y abre la puerta cerrada con la llave que conseguiste del gigante. Avanza hasta llegar a la niebla. Esta vez ya no hay opción para evitar la lucha. El terreno no es demasiado amplio, aunque te permite rodar lo suficiente como para escapar de su gran espada.

Nada más entrar, espera a que se acerque y corre hacia el otro lado. Intenta utilizar las ballestas contra el Perseguidor, si aciertas, le bajarás gran parte de la vida. Si golpea la ballesta quedará destrozada por completo, procura mantener el combate en la otra zona hasta que veas el momento oportuno.