Assassin's Creed: La Hermandad, guía completa - Templo de Juno

Una vez dentro del templo, sigue recto y verñas un elevador. Sube hasta arriba y entra en la sala de la derecha. Colócate en el saliente y haz un salto de fe para aterrizar en el suelo. Activa la vista de águila y verás dos mecanismos en la pared. Acciónalos y se abrirá un pasaje delante de ti.

Llegarás a una zona oscura, sube a la plataforma y salta para entrar por el hueco de la pared. Corre por las vigas y llegarás a una sala más amplia. Agárrate a la pared de la derecha y continúa hasta la próxima viga de madera. Agárrate a ella, toma impulso y aterriza en la sala.

Activa la vista de águila y verás otros dos interruptores. Actívalos, trepa hasta arriba y verás una secuencia. Continúa recto y sigue la ruta que te muestra el efecto sangrado. Trepa hasta lo alto de la cruz que hay al fondo de la sala y desde ahí salta a la pared de enfrente.

Activa la primera palanca y continúa pegado a la pared de la izquierda. Pasa dos vigas de madera, aterriza en el balcón y continúa recto para llegar hasta la segunda palanca (está al fondo de la sala sobre una plataforma colgante). Actívala y déjate caer para accionar el mecanismo.

Una vez en la sala principal, aterriza en el suelo e interactúa con el pedestal. Verás unas plataformas que se elevan del suelo. Debes seguir la ruta de las plataformas y colgarte de las barras que salen de la columna central. En total hay tres interruptores que debes activar para continuar (puedes utilizar la vista de águila para encontrar el correcto).

Cada uno activa una nueva ruta para continuar. En total hay tres interruptores que debes accionar en el siguiente orden: izquierda, derecha, izquierda. Si te caes antes de completar un tramo, deberás volver a activarlo. Calcula bien tus movimientos y no te precipites para no caer. En el último tramo deberás saltar hacia atrás para llegar al final.

Por último reúnete con Lucy, Rebecca y Shaun y prepárate para ver como el plan de la Primera Civilización se pone en funcionamiento. Tras presenciar la desconcertante escena final (un clásico en Assassin's Creed) Desmond regresa al Animus. Ahora puedes continuar tu aventura por Roma, para completar misiones secundarias, pero ya no podrás abandonar el Animus.