Carletto y el rombo

Uno de los retos principales de Ancelotti para este año es gestionar el cambio de paradigma en el centro del campo del Madrid. Manejar el ocaso paulatino de Modric y Kroos con la entrada vigorosa de los jóvenes que han llegado para convertirse poco a poco en la nueva columna vertebral del equipo. De esa alquimia dependerá buena parte de la temporada, pero el desafío viene además con otra dificultad como es el cambio de sistema. El planteamiento es pasar del 4-3-3 a un 4-4-2 con un rombo en el centro del campo, un esquema que está pensado para que Bellingham sea el vértice más adelantado, el que conecte con los delanteros y llegue con peligro al gol. Ese puesto es fijo para el británico.

Luego, Carletto tendrá que ir viendo si el eje defensivo se lo da a Camavinga o Tchouameni, los dos tienen opciones, pero uno tiene que dar el paso adelante para ser el titular. En los otros dos puestos hay muchas variantes, con la segura aportación de los veteranos y el mayor dinamismo que tienen en el medio Valverde o Ceballos. Hay que ver también el papel que le da el entrenador al joven Güler cuando termine de mostrar su nivel. Es necesario probar mucho para dar con la mejor combinación y que los jugadores tengan claras las necesidades de sus nuevos roles.

Arriba Vinicius y Rodrygo parten como claros titulares, con Joselu y Brahim obligados a ganarse la confianza del entrenador. Los más optimistas afirman que estos dos fichajes mejoran a Mariano y Hazard, lo cual no era difícil, y que en ese sentido el equipo tiene más recursos ofensivos, pero tendrán que aportar muchos goles para despejar todas las dudas que hay sobre su potencial.

Así que vienen días para engrasar y rodar el nuevo motor hasta que funcione bien, porque ahora mismo nadie piensa en la bola extra de Mbappé.

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