RAYO VALLECANO

Una bufanda de leyenda

Los aficionados del Rayo han confeccionado una prenda conmemorativa con 18 iconos del club, desde Peñalva hasta Trejo, pasando por Felines, Potele, Uceda, Cembranos y Cota.

PEPE ANDRES

Leyenda. ‘Dícese de la persona muy admirada y que se recuerda a pesar del paso del tiempo’. Con esta premisa, la afición del Rayo ha escogido a 18 iconos para confeccionar una bufanda conmemorativa. Peñalva, Illán, Felines, Guzmán, Tanco, Anero, Potele, Uceda, Wilfred, Guilherme, Cota, Bolo, Cembranos, Míchel, Piti, Natalia, Ali Gómez y Trejo son los elegidos y representan todas las épocas de un club casi centenario.

Esta idea se fraguó el pasado mes de septiembre, cuando algunas peñas se desplazaron para ver a la Franja en San Mamés. Allí conocieron a Luis Miguel Vidal, que había diseñado la bufanda de las leyendas del Athletic, donde aparece Iraola (¡El míster ya tiene la suya, gracias a Lola Barraza, de la peña Piti!). Esta prenda llamó poderosamente la atención de Eduardo, un hincha vallecano, y entonces la maquinaria se puso en marcha. “Me encargaron una del Rayo”, arranca Vidal, quien para la selección de jugadores contó con el asesoramiento de varios aficionados, entre ellos, Rafael Garrido, el abonado número 2 y dueño de un espectacular museo franjirrojo.

“Me pareció innovador que incluyeran a Natalia y Alicia”, reconoce a AS el creador de la bufanda, admirador de uno de estos mitos: “¡Felines! Podría estar hablando de él hasta mañana. Mi amigo Clemente Iriarte, que fue centrocampista con él, me lo decía: ‘Felo es un Dios en el Rayo’. Yo le vi jugar y era la hostia”. Además, al vasco le enamoran los valores que comparten leones y vallecanos: “Ambos mantienen la esencia del fútbol”.

“Felines era la leche y me pareció innovador incluir a Natalia y Ali”

VIDAL, EL DISEÑADOR

Como por arte de magia, nada más nombrarlo, Felines aparecía por la cervecería El Boliche, donde la Federación de Peñas había organizado un acto de homenaje para la entrega de estas prendas. Vidal se acercó a saludar a su admirado Felo y se fundieron en un abrazo. Lo mismo que Potele, Uceda, Luis Cembranos y Cota al reencontrarse. Hubo complicidad, autógrafos y muchas fotos, como si el tiempo de repente se hubiese detenido. “Sois historia, ese patrimonio que pertenece al rayismo”, reflexiona José Luis Rodríguez, en representación de la Federación de Peñas.

Precisamente la afición, hace años, votó a Felines (Pedro Bernardo, Ávila, 1943) como el mejor jugador de la historia de la Franja. “Pagué mucho para eso”, bromea Felo, al que sus compañeros arropan: “Esta leyenda estaba clarísima”. Fue clave en el primer ascenso a Primerasu gol de cabeza al Getafe continúa generando chascarrillos por su 1,61 de altura, “tenía que haber crecido más”, apunta entre carcajadas— de la 76-77 y formó parte del legendario Matagigantes de la 77-78, aunque una operación a principio de temporada le privó de gozar de mayor peso. A eso debe sumarle otro ascenso a Primera, pero ya como técnico (88-89). “Antes no nos seguía tanta gente, pero los rayistas siempre han sido muy fieles. Estaba como loco por saltar al campo y defender la Franja”, admite el presidente de honor de la entidad.

A su lado se sentaba Potele (Madrid, 1947). Esta dupla era inseparable dentro del campo y, décadas después, lo sigue siendo fuera de él. El delantero aún ostenta el honor de ser el máximo goleador de la Franja (67 dianas, en 224 partidos, del 67 al 78). Tuvo un papel protagonista en el primer ascenso a la élite, pero testimonial en el Matagigantes, donde sólo participó en un choque. “Nuestra mejor época fue la del ascenso. Lo dábamos todo en el campo. Las leyendas más grandes del Rayo somos Felines y yo”, afirma entre risas. Eso sí, cuando le toca hablar del barrio, la voz se le quiebra: “Es un orgullo para un vallecano vestir la Franja”. Al retirarse no se marchó lejos: puso una Administración de Lotería en Moratalaz.

Cota, Cembranos, Felines, Potele y Uceda.PEPE ANDRES

Uceda (Madrid, 1952) compartió aquella época dorada con ambos y ejerció de transmisor de sus valores a otras generaciones. Por algo es el segundo jugador con más partidos del Rayo (429). Del 73 al 85 vivió dos ascensos (el primero a Primera y otro a Segunda) y el Matagigantes, donde ejercía de capitán. “Aquello fue un hito”, rememora el central, con un currículum en el que también figuran las semifinales de Copa del 82. Este año no podrán repetirlo, pero cuidado en Liga... “Veo a los de Iraola con posibilidades de quedar entre los siete primeros”, explica.

La bufanda rinde tributo también a los rayistas internacionales. Más concretamente, a los mundialistas Wilfred (Nigeria) y Guzmán (España) y al último franjirrojo que jugó en la Selección: Luis Cembranos (Lucerna, Suiza, 1972). La tele desempolvó ese instante en que el 14 debutaba con La Roja y los aplausos atronaron en el local. “Era de lo mejorcito”, sentencia Cota sobre su compañero, con quien compartió el ascenso a Primera (98-99), el liderato (99-00) y la UEFA (00-01). “Cada vez estamos más cerca de jugar Europa y ver a algún rayista en la Selección. Ahora vivimos una época buenísima, con un equipo con una idea clara, competitiva, atractiva... Ojalá podamos ver al club crecer. ¡Mira dónde está el Villarreal! ¿Por qué no soñar con algo así?”, argumenta el mediapunta, que saca a la palestra otro nombre propio: “Me da pena que RdT no haya podido ir a Qatar”. A Cembranos se le sigue escapando una sonrisa cuando recuerda aquel 26 de enero de 2000: “Volví con mi hijo a Vallecas y vimos mi camiseta de España allí. Me gustó que lo supiera y no porque lo hubiera oído en casa”.

“Cada vez estamos más cerca de jugar Europa y ver a algún rayista en la Selección”

LUIS CEMBRANOS

Cota (Madrid, 1967) era el nexo común entre todos los allí presentes. Su historia no se entendería sin ellos: “Uceda me dejó sus botas para debutar con Caturla (84-85, en Segunda B) y llegué a jugar con él. Mi primer ascenso a Primera, lo logré con Felines de técnico”. “¡Cota era un fenómeno!”, puntualiza su míster de entonces. “Potele es otro vallecano como yo, que estudié en el Colegio Público Santo Domingo y vivía en la Calle de Pedro Laborde. Cuando era pequeño me colaba por la valla del estadio para ver los conciertos de rock. Nunca me pude imaginar llegar a ser historia de este club. Ha sido un sueño hecho realidad”, esgrime el presidente de los veteranos, que compartió con Cembranos aquella UEFA: “Fue la etapa más gloriosa del Rayo”. Cota era trabajo y carisma a partes iguales. “Vallecas te quiere”, le gritaba el actor Víctor Sevilla.

El lateral derecho continúa siendo el jugador con más partidos con la Franja en todas las categorías (458) y en Primera (197). Y eso es, en gran medida, gracias a Peñalva, el pionero de esta bufanda y uno de los artífices del primer ascenso a Segunda (55-56). “Los hermanos —no sólo Manolo, también Ángel— me vieron hacer la prueba con 13 años y me dieron la oportunidad. Tuve la suerte de llegar donde he llegado porque esas personas maravillosas me enseñaron el camino”, manifiesta, antes de acordarse de otros dos grandes: “Wilfred se involucró con el barrio y es de los más queridos. ¡Ah! Y otra leyenda que debería haber salido aquí es Alcázar...”.

Cota recoge el guante lanzado por Cembranos: “Este Rayo de Iraola se parece al nuestro. Catena me recuerda a De Quintana, Óscar Valentín a Helder o Poschner... Todavía recuerdo la cara de la afición cuando viajaba con nosotros a Rusia o Francia y volver a verla sería lo más. No soy de montar en avión, pero si la Franja se mete en Europa League, me haría algún viaje. Con una pastilla, aunque sea...”. La Champions de estas grandes figuras es intangible: “Mantener la esencia de equipo de barrio y el cariño de la gente”. Para muestra, este acto. El rayismo se protege del olvido con esta bufanda, que mantenga el calor de la historia y de quienes la construyeron.

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