España fue un trueno ante Costa Rica

La presentación de España en el Mundial produjo impresión. Más allá del resultado, estrepitoso y merecido, queda la imagen de su juego en la primera media hora, un fútbol que se parecía como una gota de agua a otra al de aquella segunda parte ante Rusia en la semifinal de la Eurocopa-08, mejor expresión de los años del tiqui-taca. La excelencia de aquel equipo, paralela a la del Barça de entonces y prolongada luego en el tiempo por Del Bosque, fue el suceso más comentado en el fútbol mundial durante años. En este partido volvió a verse aquello y por más que lo de enfrente no era una selección de alto grado este regreso de aquello habrá puesto a pensar a muchos.

Fue excelencia más insistencia. Excelencia con los de salida para abrir el partido, insistencia en los que entraron después para seguir apretando a partido ganado, hasta llegar a ese mágico siete. Esto habrá que refrendarlo el domingo ante una Alemania que ayer sufrió ante Japón una voltereta similar a la de Argentina ante Arabia y que jugará ante nosotros con la amenaza de la eliminación sobre la cabeza. Por supuesto, no será fácil desplegar esta riada de fútbol ante los alemanes, habrá que promediar lo que ocurra en aquel partido con lo que ha ocurrido en este para poner la nota definitiva, pero hoy toca sonreír.

De todo lo visto hasta ahora, lo mejor ha sido España. Fue la confirmación de que Luis Enrique ha fabricado un bloque muy seguro, fanático de una idea, sin la menor duda ni resquicio. Y sin ninguna pereza. No hay ningún jugador extratipo, pero varios son excelentes y los demás rotundamente buenos. Ayer les vimos en su mejor versión en funciones de ataque, con mucha llegada y el gol repartidísimo. Ante Alemania tocará ver cómo responde la defensa, que otras veces ha dejado dudas. Frente a Costa Rica no fue ni remotamente puesta a prueba por la trepidante capacidad de recuperación. Contra Alemania no será tan fácil, pero ese es el camino.

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