El pujante basket femenino

Este fin de semana ha arrancado la Liga Endesa masculina de baloncesto. Pero también la femenina. Ambas comparten el mismo patrocinador, por caminos separados. Y ambas presumen de ser las mejores competiciones nacionales de su deporte en Europa. El baloncesto femenino español tiene motivos sobrados para sentirse orgulloso. De entrada, sigue siendo el deporte con más mujeres practicantes en nuestro país, con 157.432 licencias federativas en 2024, una cifra récord que supuso un incremento de más del 13% sobre la temporada anterior. Cada año crece y crece. De la cantidad también surge la calidad, como demuestra la fecunda recolecta de medallas de las Selecciones en el pasado verano, con pleno de podios. Cinco equipos compitieron en campeonatos internacionales y los cinco volvieron a casa con algún metal colgado al cuello, empezando por la absoluta, que fue subcampeona del Eurobasket, con una plata que incluso supo amarga por la mala gestión del desenlace de la final. El oro estuvo muy cerquita.

Ala estela de las mayores continuaron la cosecha las Selecciones de formación, que sumaron tres oros europeos (sub-20, sub-18 y sub-16) y un bronce mundial (sub-19). La cantera española es inagotable. Y cada año ofrece brillantes relevos a las grandes jugadoras de la Edad de Oro, la mayoría ya retiradas, entre las que hay que incluir a Elisa Aguilar, hoy presidenta de la FEB. No es casualidad. La mujer siempre ha sido protagonista en las políticas deportivas de esta entidad, antes incluso de que lo marcaran las exigencias del CSD o las pujantes reivindicaciones de igualdad. Ha sido una pionera. Y eso hay que reconocerlo. El programa Universo Mujer nació en la Federación de Baloncesto, antes de extrapolarse a las demás. Y de aquellas semillas siguen brotando los actuales frutos.

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