Un respiro para Sainz

Carlos Sainz se encuentra en un momento de su carrera deportiva en el que ya no todo vale. Muy tras queda su condición de promesa, el año que viene competirá en una leyenda (aunque hoy se difumine) llamada Ferrari. Y ahora lo hace con un McLaren aspirante a afianzarse como el mejor monoplaza de la clase media, junto a un igualmente talentoso Norris. Así que la exigencia para el madrileño es mucha, la que llega desde el exterior y la que él mismo se impone, incluso más severa. Por eso necesitaba reencontrarse con su mejor rendimiento, que su coche y su equipo le otorgaran un respiro para volver a demostrar su potencial. Y ha llegado en un escenario tan propicio como el GP de España, el de casa incluso en estos tiempos extraños.

Sainz estaba disgustado con su escudería. Llegaba a Montmeló después de dos ceros consecutivos en Silvertone, más alguna pifia previa que también le costó puntos. Pero, ante todo, teníamos la sensación de que su compañero le estaba tomando ventaja, no sólo la evidente de su posición en el campeonato sino también en una inercia de evolución que parecía relegar al español. Norris es un gran piloto, así que Carlos tiene siempre que esmerarse para hacer valer sus galones en Woking. Sin embargo, tampoco creo que lo ocurrido hasta Barcelona se ciñera a la realidad, el diferencial entre ambos no es el que se adivinaba a la vista de la clasificación. Considero vital que Sainz refuerce su confianza a lo largo de 2020, le espera un desafío mayúsculo a partir del próximo año e iniciarlo con determinación sería lo deseable.

Lo más visto

Más noticias