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007: The World is not enough

007: The World is not enough

The World is not enough - Misión 12 - Fallen Angel

Antes de que la moda por los agentes secretos y los simuladores de espionaje se elevara como la espuma y dejara huella entre los millones de usuarios consoleros, había un hombre solitario enfrentado a toda una corporación de conspiradores, el único que prefería antes una trozo de trapo bañado en éter para adormecer a traición a todos los guardias merodeadores de una zona, que disparar como un descosido ayudado por una AR-90 semiautomática con ráfagas de 15 balas entre descarga.

Misión 12> Fallen Angel

A: Open security door with scanned fingerprint from Bullion.
B: Rescue M at all costs.
C: Stop Elektra from warning Renard.
D: Do not eliminate your allies.

Valentine estaba marchitando, pero aun me servía de utilidad. Cogí su pistola, y entré por la puerta dorada con la vidreda tan horteramente aderezada. Salí por la derecha, y justo detrás de la esquina, se hallaba un guardia que protegía con materia antibalas todos los recovecos de su cuerpo. Desde la otra parte del balcón pude eliminar a u guardia bajo mio, y al hombre al que debía quitarle las huellas dactilares, situado en el muelle de la parte inferior. Bajé, posteriormente, por el pequeño sendero que había justo enfrente de mi lugar de procedencia, cuyo curso me llevaba a otra puerta que se introducía de lleno en el mismo edificio. Allí, y después de un tiroteo, había cadaveres de mis compañeros y hasta 5 guardias enemigos que se escondían tras el muro, y las cajas de cartón. No olvidé ir por esa zona, ya que al final me esperaba un chaleco de esos que tanto me sirven en los tiroteos continuos.

Volví la mirada, y bajé por la rampa cerca de la puerta, donde tras un montón de cajas había dos esbirros de Elektra, y otro, escondido bajo la sombra de un hebro. Habiendo pasado la puerta, me encontré con el cadáver del hombre al que tenía que coger prestada sus huellas con el escáner, y un par de enemigos más que aparecían tras sacos de arean, y de la misma puerta de la que procedia mi persona. Una vez con la marca personal en mi haber, volví a subir al piso superior, encontrándome de nuevo con dos guardaespaldas más, disfrazados con un pasamontañas en la cabeza.