007: The World is not enough
The World is not enough
Antes de que la moda por los agentes secretos y los simuladores de espionaje se elevara como la espuma y dejara huella entre los millones de usuarios consoleros, había un hombre solitario enfrentado a toda una corporación de conspiradores, el único que prefería antes una trozo de trapo bañado en éter para adormecer a traición a todos los guardias merodeadores de una zona, que disparar como un descosido ayudado por una AR-90 semiautomática con ráfagas de 15 balas entre descarga.
El edificio padecía luminosis, o al menos esa impresión me dió al ver como toda la estructura soterraba mis anteriores pasos. Además, desde el cuello que había dejado la escala procedían un montón de hordas disparando como unos descosidos, a los cuales pude eliminar usando el punto de mira de cualquier arma y evitando que se posarán en el suelo para poder verme con más claridad. Saliendo por la puerta inmediatamente después de este suceso, ví a más de mis compañeros merodeando la zona y aireandola de engendros no deseados. Busqué nuevamente la sala de control de los dominios de Q, situada tras dos puertas grises que había cerca del primer pasillo hacia la izquierda. Supe que la cosa pintaba mal porque justo a mi lado, el suelo desprendía fuego, asi que después de cerrar las compuertas metálicas (G) me dirigí por el pasillo contiguo hasta llegar a la única entrada que pintaba de color verde el techo.