La Selección ha tenido en sus filas, a lo largo de las décadas, un gran número de jugadores que han sido considerados entre los mejores del mundo en su tiempo y que aquí analizamos a fondo.
Desde ‘El Divino’ Zamora al incombustible Sergio Ramos, España ha contado casi siempre con bloques muy potentes plagados de grandísimos jugadores. Un total de 802 futbolistas han tenido el honor y la responsabilidad de defender la camiseta de España y AS ha hecho una selección de los 100 más significativos. Entre ellos están porteros como Iribar, Arconada, Zubizarreta o Casillas; defensas como Ciriaco, Quincoces, Segarra, Zoco, Camacho, Maceda, Hierro, Pirri, Puyol o Piqué; centrocampistas como Xavi, Xabi, Michel, Guardiola o Iniesta y delanteros como Lángara, Gorostiza, Zarra, Di Stéfano, Luis Suárez, Amancio, Butragueño, Raúl, Torres y Villa. Un universo de estrellas que, si pudieran unirse en un equipo atemporal, formarían un bloque invencible.
‘El Divino’, 'Il Miracoloso'… Son los apodos que se ganó Ricardo Zamora, uno de los primeros ídolos de masas que tuvo el fútbol español. El nacimiento de la Selección coincidió con el de la leyenda del guardameta, que aún hoy sigue muy viva. Debutó en el primer partido de España y fue internacional hasta 1936, siendo el jugador más destacado hasta el momento del equipo nacional. La portería española estaba muy bien custodiada por él. Más tarde, se unirían a su guardia, Ciriaco y Quincoces, la mejor pareja de defensas tras el Mundial de 1934, pese a que los tres solo coincidieron en 11 partidos. En los años 30 cabe destacar también la figura de Isidoro Lángara, el primer gran artillero de la Selección. Anotó 17 goles en 12 partidos gracias a los cuales España pudo acudir al Mundial 1934. Estos son algunos de los futbolistas que surgieron en los inicios de la Selección. La Guerra Civil truncó la carrera de muchos de ellos, pero no impidió que sus nombres sigan siendo recordados.
Las décadas de los 40 y 50 estuvieron marcadas por la calidad que reunió la Selección en su delantera. En la primera década el gol español tenía nombres y apellidos propios: Telmo Zarra. El ariete fue uno de los mejores delanteros que ha vestido la camiseta de la Selección. Su promedio fue de un gol por partido. Además, todavía en 2020 es el tercer máximo goleador de la Liga, solo superado por Cristiano Ronaldo y Messi. En el Mundial de 1950 estuvo muy bien acompañado por los extremos ‘Piru’ Gainza y Basora, al que la prensa calificó como el mejor extremo derecho del mundo por su papel durante el torneo. Zarra se retiraría después de la cita mundialista y Gainza y Basora perdieron protagonismo paulatinamente. Sin embargo, el ataque de España seguiría estando en buenas manos con la incorporación de Gento y la gran estrella de la época, Alfredo Di Stéfano. El jugador argentino se nacionalizó en 1956 y debutó con la Selección en 1957.
Solo un jugador español ha ganado el Balón de Oro en toda la historia: Luis Suárez. El centrocampista conquistó el galardón en 1960 y, posteriormente, lideró con su juego la conquista de la Eurocopa de 1964, siendo el mejor de la competición y uno de los hombres más relevantes de los 60. Di Stéfano le llamaba ‘Arquitecto’ por su grandiosa visión del juego. Otra clave del éxito español fue la fortaleza defensiva. Zoco vistió la camiseta nacional, prácticamente, a lo largo de toda la década. Su compañero durante años fue Olivella, clave en la final y semifinal de la Eurocopa, donde se convirtió en el primer capitán en alzar un título con España. Era difícil superarles y si alguien lo conseguía Iribar se encargaba de despejar el peligro. No hay que olvidarse tampoco de Luis Aragonés, que dejó huella como futbolista y cambió la historia de España como seleccionador, o Marcelino, cuyo gol dio a la Selección su primer gran título. Ni de Amancio, uno de los grandes delanteros de la década.
Pirri fue uno de los jugadores que más luz arrojó en unos años 70 bastante oscuros de la Selección. El centro del campo estaba muy bien cubierto con él y Asensi. Pero Pirri también destacó por su capacidad goleadora, ya que acumuló 16 dianas en los 41 partidos que jugó entre 1966 y 1978. El doble de las que consiguió Quini, uno de los mayores goleadores de la época, en 35 encuentros como internacional. A mediados de la década emerge también la figura de Santillana. El ariete era considerado el mejor cabeceador de Europa. Su vuelo imponente y la precisión con la que ponía el balón tocado de cabeza le convirtieron en un futbolista diferente. En 1983 marcó un póquer de goles a Malta para ayudar a que la Selección venciera 12-1 y pudiera acceder a un Mundial del que salió subcampeona. También debuta en 1975 Vicente del Bosque, que, si bien su carrera internacional como jugador fue corta, sería clave como seleccionador en los mejores años de España.
Arconada fue uno de los principales responsables de que España llegara a la final de la Eurocopa de 1984. Sin embargo, en el partido decisivo se le escapó un flojo disparo de Platini. Otro error en 1985 precipitó el final de su carrera, pero no evitó que siga siendo considerado como uno de los tres mejores guardametas de la historia de España. Lo cierto es que estuvo muy bien escoltado por dos grandes centrales como Maceda, también protagonista en el buen papel español durante la Eurocopa de 1984, y Goikoetxea. En el último lustro de los 80 emerge la figura de Emilio Butragueño, siempre recordado por sus cuatro goles a Dinamarca en octavos de final del Mundial de México. Butragueño lideró y dio nombre a la famosa “Quinta del Buitre”, que brilló en la cita mundialista de 1986, aunque cayó en cuartos. Míchel y Sanchís, otros dos jugadores clave de la época, también formaban parte de ella. Resulta sorprendente que no pudieran repetir con España los éxitos que cosecharon en el Real Madrid.
Tras la retirada de Arconada, la portería española pasó a las manos de Zubizarreta, que la defendería durante 13 años. En este tiempo fue fijo para cuatro seleccionadores y se convirtió en el primer jugador en alcanzar las 100 internacionalidades con la Selección. Con él se encontraban Hierro, uno de los grandes defensores y goleadores de España, y Nadal. El centro del campo también estuvo plagado de talento con jugadores de la talla de Luis Enrique, que disputó tres mundiales, o Guardiola, al que las lesiones privaron de tener más relevancia. Sin embargo, y pese a sus buenas actuaciones, la Selección no logró ningún éxito en los 90. El mayor logro lo protagonizó la “Quinta de Cobi” en los Juegos Olímpicos de 1992, donde se colgó la medalla de oro. La gran sensación del equipo era el delantero Kiko Narváez, que anotó el gol decisivo de la final. Precisamente, también fueron partícipes de esa conquista Luis Enrique y Guardiola.
En el año 2000 debutaron dos de los principales pilares sobre los que se sustentaron los triunfos de la mejor generación española de fútbol: Iker Casillas y Xavi Hernández. El primero es reconocido por muchos como el portero más importante en la historia de España gracias a sus paradas milagrosas. Xavi, por su parte, fue el mejor jugador de la Eurocopa 2008. Luis Aragonés le dio el control del juego y el centrocampista se convirtió en el mayor estandarte del tiqui-taca durante años. Él y Senna fueron los “arquitectos” del juego de la Selección durante el torneo continental en el centro del campo. Arriba, para rematar la faena, se encontraba David Villa. El delantero fue el máximo goleador de la competición y pieza clave en el Mundial de 2010. Al año siguiente superó al otro gran goleador de la época, Raúl González (44), y se convirtió en el mayor anotador histórico de España con 59 dianas.
Andrés Iniesta es probablemente el jugador más querido por los españoles en la última década. Además de maravillar con su elegancia, visión de juego y brillantez en sus pases, “El genio de Fuentealbilla” marcó el gol más importante de la historia de la Selección. Ese que dio a España su primer Mundial. Fue uno de los jugadores más destacados en esa mágica “España de los bajitos”, con un centro del campo envidiable formado por la tremenda calidad de jugadores como Xavi, Iniesta, Busquets o Xabi Alonso. Todos ellos muy bien escoltados siempre. En 2010, Piqué y Puyol se encargaron de defender la portería española. Con la retirada de este último, en 2012 Ramos cambió su posición de lateral a central para formar con Piqué la mejor pareja de centrales en la historia de la Selección. Será complicado volver a ver un equipo como este. De momento, jugadores como Thiago o Asensio han irrumpido en la Selección para devolver la esperanza tras varios fracasos que anunciaron el fin de ciclo.