El delantero asturiano se retiró hace unos meses siendo el máximo goleador de la Selección con 59 tantos en 98 partidos, un récord plagado de dianas decisivas y muy complicado de superar
David Villa Sánchez (3-12-1981) se acaba de retirar del fútbol activo y se lleva bajo el brazo el honor de ser el futbolista que más goles ha marcado (59) en los 100 años de historia de la selección. Todavía habla en presente, como si estuviera jugando y en el hotel AC La Finca, a escasos metros de su casa, hace balance.
-No es mala tarjeta de presentación.
-Pues no, para un niño que soñaba algún día simplemente con debutar y defender la camiseta de mi país en mi deporte, no está mal haber llegado a ser el máximo goleador. Es algo precioso.
-Decide retirarse del fútbol con su record acuestas justo cuando se cumplen los 100 años de vida de La Roja.
-Sí, 100 años y con un final de centenario con muchos éxitos, pero también con una historia grande detrás, grandes futbolistas, muchísimas batallas de todos los que han defendido esa camiseta y verme ahí el primero de los goleadores es algo fantástico.
-¿Se ha mirado mucho en todo este tiempo el fémur de su pierna derecha que se rompió siendo un chavalillo y se le cayó otro niño encima?
-Nunca le he dado mucha importancia a ese scueso por dos razones. Una porque fui prácticamente inconsciente de lo que me pasó. Era muy pequeño. Los recuerdos que me vienen son flashes que me cuentan mis padres. Y la segunda porque nunca tuve secuelas. No soy consciente de que me sucediera ello por eso nunca le he dado mucha importancia.
-Ha sido usted casi el último mohicano, todos se fueron antes: Casillas, Puyol, Piqué, Xavi, Xabi, Iniesta, Torres… Solo queda Sergio Ramos.
-Pasa el tiempo volando para todos. Lo que hay que hacer es disfrutarlo al máximo tanto como jugador como ahora como espectador. Viendo las dificultades que tuvimos, me siento muy feliz de haberlas superado y haber pertenecido a esa generación.
-Decía Fernando Hierro hace unos días en As que no hemos disfrutado lo suficiente de los tres títulos consecutivos. ¿O usted sí que los ha disfrutado?
-Yo sí, pero estoy de acuerdo con Fernando. Es por culpa de la vorágine, la competitividad. Disfrutas hoy, pero mañana pierdes y se derrumba todo. Es algo que está implantado en el fútbol. Es difícil disfrutar porque al día siguiente tienes que volver a competir. Es la realidad. Y empiezas a disfrutarlas más en el momento que dejas de jugar, de competir. Das la vista atrás y te das cuenta de que son cosas muy importantes que quizás podríamos haber celebrado más, pero la vorágine no nos ha dejado.
-Pasa el tiempo y no hemos encontrado los herederos de los dos grandes delanteros de aquella época dorada de los tres títulos. Han pasado Llorente, Soldado, Negredo, Diego Costa, Morata, Alcácer, Aspas, Rodrigo…
-Es complicado. Por eso me hace sentir más orgulloso. Durante este tiempo, e incluso en nuestra época, han pasado jugadores muy importantes que han vivido etapas diferentes porque han estado tiempo sin ir. Fernando y yo prácticamente estábamos siempre convocados si no había sanción o lesión. Eso es muy complicado. Fernando y yo nos tenemos que sentirnos orgullosos. Y Raúl anteriormente. No solo es llegar a la Selección, sino también de mantenernos durante tanto tiempo a ese nivel tan grande. Para estar en la selección necesitas hacerlo bien en tu club y luego hacerlo mejor cuando vas a la selección. Yo lo valoro mucho y seguro que Fernando también.
-¿O a lo mejor es que ustedes eran mejor de lo que se podía pensar y el tiempo les ha puesto en el sitio justo?
-Puede ser. Obviamente algo debemos de tener para estar tanto tiempo, tiene una dificultad muy grande haber hecho lo que hemos hecho. Siempre nos compenetramos muy bien, siempre tuvimos esa relación importante con la gente que jugaba por detrás de nosotros. Nos ayudó mucho haber nacido en la generación que nacimos y además hay una parte de talento por nuestra parte, sin ello no hubiéramos podido mantenernos tanto tiempo.
-Ustedes mezclaban bien como delanteros… Eran una combinación perfecta. Él más a los espacios, usted más en apoyos cortos…
-Siempre dije que Fernando me ayudó muchísimo. He compartido delantera con otros jugadores en la Selección, pero con él más que con ningún otro. Complementábamos muy bien. Lo que él tenía bueno, quizás yo no lo tenía. Mis condiciones hacían que él fuera mejor y las suyas que yo lo fuera. Nos hemos ayudado mucho en los goles también. Él ha marcado menos que yo, pero algunos fueron muy importantes. Lo que le faltaba a él, lo tenía yo y teníamos la capacidad los dos de aprovecharnos de las circunstancias del partido.
-Luis Aragonés y Del Bosque coincidieron en mandarle a usted un poco a la banda izquierda. Le alejaban del área, le alejaban del gol, su hábitat natural. ¿Por qué coincidieron los dos técnicos en la misma variante táctica?
--En la Eurocopa 2008, cuando jugábamos con dos delanteros, Luis siempre me decía que me separara, que no quería que me pegara con los centrales, que Fernando fuera más la referencia y que yo me acercara más a los locos bajitos Ahora vista, con el tiempo, fue una decisión muy acertada por los dos. Llegó un momento en que era complicado jugar con dos delanteros. Había que incorporar centrocampistas, a los Iniesta, Xavi, Silva, Cesc, Xabi, Busquets… Era difícil acoplar a todos con dos delanteros de referencia y tanto Luis como Vicente vieron que yo, por mis condiciones, podía acoplarme más a la izquierda que Fernando.
Los dos me dieron mucha libertad de movimientos. He jugado en la izquierda en otros equipos y no fue lo mismo que en la Selección. No es lo mismo para un delantero tener total libertad que tener que defender, seguir al defensa. Los dos me dijeron solo te movemos a la izquierda porque creemos que nos puede ayudar, pero tú eres un delantero más. Esa confianza me sirvió para muchas veces sentirme incluso mejor a la izquierda que fijo por el centro. Participaba más en el juego, que estando de nueve puro.
- Si tuviese que elegir una de sus principales virtudes, elegiría lo bien que mezclaba los desmarques de apoyo y los desmarques de ruptura.
-Sí, puede que fuera mi mejor virtud. Sobre todo en la construcción el juego. La paciencia que tenía para estar abierto. Muchas veces pasaba el partido y quería irme para estar más cerca de la portería, pero como ya jugaba con Xavi y con Andrés en el Barcelona, entendía ese rol que parecía que no participaba en el juego, pero estaba creando espacios para que Andrés y Xavi estuviesen cómodos y a la vez en segunda jugada me iban a hacer jugar a mí. Teníamos también a Xabi Alonso, Busquets o Piqué, que tenían un gran cambio de orientación y eso me permitía que estando abierto podía picar al espacio, evitando el fuera de juego y creando una ocasión de gol. Me sentía muy cómodo en la banda.
-Además usted era de los que convivía bien con el fuera de juego, eran amigos del alma.
-Siempre viví en la línea del fuera de juego. Sé que hay estadísticas que dicen que soy uno de los jugadores con más fueras de juego de la historia de la Liga. Realmente cuando vives como yo lo hacía tienes que caer, pero cuando lo haces bien marcas muchos goles jugando al límite. Me ha dado más de lo que me ha quitado. Era un buen idilio. No solo son los goles que marcas directamente sino los espacios que generas fijando al central y al lateral para que no salgan.
“Con gol se nace, pero también se macera”
-Ha reconocido sentirse más que cómodo caído a una banda, pero si Luis o Del Bosque le hubieran dado a elegir la posición que más le gustaba, qué hubiera elegido.
-Esta conversación la tuve con Vicente. Me dijo te veo a gusto en la banda y me preguntó lo mismo que ahora. Y le contesté que me encontraba muy cómodo. Participaba mucho más, me tenía que pelear mucho menos con los centrales en el aspecto físico y yo no era un delantero con mucha fuerza. Le dije que me quedaba ahí y hubo una etapa bastante larga, sobre todo en la Selección que prefería jugar por fuera que por dentro.
-Por culpa de su lesión de 2012, Del Bosque se tuvo que inventar la figura del ‘falso nueve’ con Cesc, con Silva, incluso con Pedro.
-Me hubiese gustado disfrutar esa Eurocopa desde dentro, claro, pero la disfruté desde otro terreno e hicimos un muy buen fútbol, no solo por ganarla. Tuvimos la capacidad de reinventarnos. Yo llegué lesionado, Fernando no había tenido un gran año y Vicente se reinventó con esa figura y supimos sacar de una situación adversa, como podía ser mi lesión, con la entrada de otros jugadores.
-¿Con gol se nace o el gol se va macerando a fuego lento a lo largo de la carrera?
-Las dos cosas. Se nace, igual que ser futbolista. Hay algo que tienes por instinto, lo llevas dentro y luego al final lo trabajas en tu etapa de formación y más adelante. Me acabo de retirar, pero hasta el último día he aprendido cosas. He sido poco a poco mejor futbolistas, mejor delantero, mejor persona. Es lo bueno del fútbol que puedes crecer. Pero una parte se nace con ella.
“El gol produce adicción… cuando no llega”
-El gol produce adicción.
-Sí. Hay que saber llevarlo. Sobre todo en el momento que no llega.
-Un delantero sin gol no es nadie, ¿verdad?
-Todos los futbolistas suelen ser un poco egoístas en el buen sentido. Ser egoísta pensando también en el equipo es importante. Yo siempre pienso en el gol. Entro a un partido y pienso en el gol. Lo primero es que el equipo gane, pase lo que pase, pero si tú haces gol, el equipo tiene más opciones de ganar y eso es lo que te exige el equipo. El portero entra al campo pensando que su equipo gane, pero lo más importante para él es que no le metan gol. Prefieren ganar 1-0, que 5-3. Es algo que va en la sangre. Y yo creo que el delantero tiene que ser así. Yo soy así…
-Sigue hablando como un goleador…
-Hace tan poco que me he retirado que todavía me siento futbolista. O era así… Hay que intentar llevarlo bien en el proceso cuando te falta el gol, para intentar también disfrutar del fútbol, para no ir al vestuario y decir no ha sido un partido completo porque no he marcado gol. He ido peleando durante toda mi carrera con ello, con esas situaciones. Cuando no has marcado gol, es como si te hubiera faltado algo a la hora de hacer tu trabajo.
“Siempre me llevé el fútbol a casa”
-No marcar le ha llegado a producir insomnio.
-Siempre he dormido bien, pero darle más vueltas a la cama, seguro. Desde que empecé hasta los últimos días. Soy una persona que siempre se llevó el fútbol a casa. No soy de ese tipo de personas que cuando sale del vestuario cierra la persiana y hasta el día siguiente. No. Seguía durante todo el día pensando en el fútbol y analizando las cosas tanto buenas como malas.
-Ha marcado 59 goles con la Selección. ¿Con cuál se queda con el primero o con el último?
-Con todos. Y si tuviera que elegir uno, no elegiría ni el primero contra Eslovaquia, que fue importante, pero teníamos la clasificación hecha, ni con el último, que fue bonito pero no sirvió para mucho porque en ese partido ya estábamos en casa. Me quedaría con los importantes y que fueron los que nos daban los pases tanto en la Eurocopa como en el Mundial.
-El delantero es más egoísta que el centrocampista o el defensa.
-Todos los somos y es bueno si es en beneficio del equipo. Lo más importante para todos, se lleve la gloria uno u otro, es que el equipo gane. Es una realidad. Si el equipo gana, todos vivimos felices, Si pierde, da igual quién ha marcado el gol. En cualquier trabajo hay que ser egoísta. Yo tengo que entrar al campo pensando que tengo que marcar un gol. La gente que trabaja conmigo, espera que yo marque gol, no espera que el lateral derecho marque un gol. De él esperan que defienda bien al extremo izquierda, que no haga centros. En mi caso, necesitas hacer gol en beneficio del equipo. Esa pizca de egoísmo de decir hoy quiero hacer gol, necesito hacer gol, creo que es buena.
-Me han dicho que si le doy una tarde es capaz de narrarnos uno por uno cómo fueron los 59 goles con la Roja…
-Y los 425 que he marcado en mi carrera, sin ninguna duda. Necesitaría simplemente tener un tiempo libre para darle a la mente y empezar a pensar. Es como un cartero que reparte cartas. Es mi abc del fútbol. Todo lo que he conseguido es por hacer muchas cosas, pero sobre todo por hacer goles.
“Para mí el fútbol era ver a la Selección”
-Siempre habla de su primer partido como internacional como algo inolvidable. Y eso que fue contra San Marino… No marcó.
-Tenía muchos sueños de niño. Desde que tuve uso de razón siempre quise jugar al fútbol y ser futbolista. Y entre los sueños, el mayor de todos era jugar un partido con la camiseta selección. Era de muchos equipos. De muchos jugadores y de los equipos donde esos jugadores estaban. Era muy de Luis Enrique… Pero la primera camiseta que tuve fue la de la selección. Para mí el fútbol era ver a la Selección. Mi padre decía, hoy juega la Selección. Ese día cumplí el sueño de los sueños. Había llegado donde me había propuesto.
-Mundial de Alemania 2006. ¿Agridulce?
-El proceso hasta la Eurocopa del 2008 fue difícil para todos. De aprendizaje. Muchos éramos muy jóvenes e inexpertos. Vivir ese mal momento del Mundial nos ayudó a ver lo importante y lo bonito que podría ser cambiar esa situación de que España nunca ganaba nada, que siempre pasaba lo mismo… Fueron momentos malos pero supimos darle la vuelta a todo.
-Luis decía que el 2006 les hizo hombre.
-Es lo que intentaba explicar. Luis era más directo. Nos hizo madurar.
-Eurocopa 2008. Todo rodado. Semifinales contra Rusia. Se le ocurre lanzar un golpe franco y se lesiona. Se pierde la final contra Alemania.
-No me arrepiento de haberlo tirado. Nunca me arrepentí de nada de lo que hice. Me preguntaban si no haber podido jugar la final era una espinita clavada y yo pensaba que era un privilegiado que estaba en el banquillo en una final y encima había sido protagonista hasta entonces. Lo disfruté muchísimo. El disgusto me duró un par de horas, rápido fui consciente de lo que suponía estar allí, pese a que estuviese lesionado.
-En el Mundial 2010, todos sus goles sirven para ganar partidos.
-Por eso son a los goles que más importancia les doy. Los que más recuerdo son siempre los que acaban el partido y hemos ganado 1-0, 2-1 o 3-2 y has marcado el gol de la victoria. Es lo que más me ha llenado siempre.
-Sin esos goles no tendríamos estrella.
-Los podía haber hecho otro jugador, yo tenía la confianza de los entrenadores y era el finalizador. Hacía los goles que todo el equipo trabajaba para que yo finalizara.
“En el Mundial estábamos iluminados”
-¿Y cuantas veces le ha dicho a Andrés, condenado marcaste el gol con el que había soñado toda la vida?
-En ese Mundial estábamos iluminados. Se dio todo. Si haces una encuesta antes del partido y preguntas quién queríamos que hiciera el gol, creo que todos hubiésemos dicho Iniesta. Por lo que representa dentro y fuera del campo. Me hubiera gustado marcarlo a mí, a Cesc o a Torres, pero fue perfecto que lo marcara él. Era como decir esta generación ha ganado por lo que ha hecho, pero también por cómo lo ha hecho y en este sentido Andrés era uno de los mejores embajadores de este estilo de juego y de forma de ver el fútbol.
-Después llega la lesión del Mundialito y la Eurocopa 2012 que se pierde en la lontananza.
-Ahí sufro mucho. Lo primero que me viene a la cabeza cuando empiezo a ser consciente de la gravedad de la lesión, es la Eurocopa. ¿Voy a poder llegar? Nunca había tenido una lesión grave. Y cuando me empiezan a hablar de meses, comienzo a echar mis cuentas. Los doctores me miraban raro. Como diciendo, vamos a intentarlo pero es complicado. Hice todo lo que tenía que hacer para llegar.
Me operé un 19 de diciembre, salí de la clínica el 24 por la tarde para pasar la noche con mi familia. El 25 fui a la clínica y el 31 y el 1 … No pude hacer más. No llegué. Un gran aprendizaje. Y tuve suerte. Hubiera estado mucho más dolido si la selección no hubiera ganado. Hubiera pensado, he fallado, pero al ganar medio mucha alegría.
-Tuvo que echarle muchos bemoles para llamar a Del Bosque y decirle que no llegaba a tiempo.
-Ese día fue uno de los más complicados de mi carrera. Hablábamos casi todas las semanas con Vicente, con Miñano, el doctor Cota venía a verme. Todos expectantes. Vicente un día me dijo que aunque estuviese en una situación media, como para no ser titular indiscutible, él quería contar conmigo porque me lo había ganado y era importante que estuviese en el equipo. Quedaba un mes. Hablé con todo el mundo y dije que lo mejor era no ir. Lo primero porque no estaba en condiciones y no iba a ayudar a la selección y tenía que pensar en mi club que me quería tener a tope para la siguiente pretemporada. Por eso dije no. Fui sincero. Él quería llevarme
-Mundial 2014. Llega Diego Costa y se hace con el puesto. Usted no juega hasta el último partido contra Australia, con España ya eliminada. Es cuando le sale aquella frase del alma cuando es sustituido después de haber marcado un precioso gol de tacón. “No hombre, no”.
-Ese Mundial fue difícil para mí. Bueno para todos. No fue como todos esperábamos. La línea entre ganar y no ganar es muy complicada pero caer en la primera fase no entraba en los cálculos. Teníamos equipo para llegar más adelante. Me tocó vivir un rol diferente. Ya no era tan importante. Vicente apostaba por otros jugadores. Fue duro no jugar los dos primeros partidos. Intenté vivirlo de la mejor manera posible. Estando preparado por si algún día me necesitaba como siempre. Al final no se me necesitó hasta el último día ya eliminados.
-¿Qué quería decir con esa frase?
-Ya había anunciado que me iba a New York. Me tome el partido como cualquier otro. Yo no dejaba la selección. Ahora ya retirado no dejo la selección tampoco. No sale de mi decir que no a la selección, aunque respeto la decisión de otros jugadores. Era consciente de que era complicado que volvieran a llamarme. Me salía del mercado español, europeo. Iba a una Liga que no es de las cinco mejores del mundo. Pensaba que quizás podría ser mi último partido. Lo afronté con una ilusión enorme. Por eso hice un gran partido. Entré al campo diciendo hoy es mi final del Mundial. Era el partido que nadie quiere jugar. Nos íbamos para casa, pero a mí me daba igual. Cuando el cambio me quedé un poco sorprendido. No había jugado en todo el Mundial, había hecho el gol, íbamos ganando. No me lo esperaba. La frase es como diciendo no me saques hombre. Más que cabreo fue una desilusión.
-Quién le iba a decir que tres años y dos meses después, Lopetegui le iba a repescar e iba a volver a vestirse la Roja. En ese momento dijo que esperaba más polémica, más ruido, por su llamada.
-Entonces tenía ya 34-35, llevaba tres años sin ir, jugaba en la MLS y siempre me pongo en todas las situaciones, no solo en las buenas. Estaba a buen nivel, pero la gente no me veía. Esperaba que la gente criticara más a Julen y fue todo lo contrario. Me llevé una alegría enorme. La gente me recibió con mucho cariño. Fue una pena que me lesionara contra Italia y me perdiera el partido de Liechtenstein, pero la historia acabó bien. Fue una experiencia fantástica. Volver a revivir situaciones que me habían hecho tan feliz.
-Pero se queda a dos partidos del Centenario.
-No lo veo como una espina. De niño soñaba con ponerme la camiseta algún día. Y me la puse 98. El 100 es un número, algo fetiche, pero 98 son una barbaridad y no solo los partidos sino lo que ganamos. Hacer goles importantes.
A balón parado
- Luis Aragonés. Nuestro padre y el inicio de todo.
- Vicente del Bosque. La continuidad.
- Fernando Torres. Mi gran compañero.
- Pepe Reina. Mi hermano, mi confesor, mi ayuda, mi sicólogo. Todo.
- Un partido. La final del Mundial.
- Un gol. El de Chile del Mundial.
- Una pregunta que quisiera responder. Me ha hecho todas.