España tuvo un debut arrollador. Se colgó la medalla de plata en su primer torneo, los JJOO de Amberes. Y para redondear la década se convirtió en el primer equipo no británico en ganar a Inglaterra.
Después de varios intentos fallidos en Olimpiadas precedentes, el 21 de mayo de 1920, la Federación envía un equipo a competir en los Juegos Olímpicos de Amberes. Así nace, el 28 de agosto, la leyenda de la Selección. España juega el primer partido de su historia ese día ante Dinamarca y sale victoriosa (0-1). A lo largo de la competición realiza un destacado papel con el que se gana el sobrenombre de ‘furia roja’ y se cuelga la medalla de plata. De este éxito se pasa a la eliminación en la ronda previa de la edición siguiente, celebrada en 1924. En los Juegos Olímpicos de 1928, la Selección no puede llevar a sus mejores futbolistas por ser oficialmente profesionales, por lo que Berraondo recluta a 22 aficionados. Estos cumplen ante México, a quien golean 7-1 para avanzar a cuartos. Pero ahí se acaba el viaje. Italia sí cuenta con sus jugadores más importantes. Los españoles empatan el primer partido, pero sufren una abultada derrota (3-0) en el siguiente con la que quedan eliminados. Para acabar la década, España pasa a la historia como el primer equipo no británico en ganar a Inglaterra.
La Selección disputa su primer partido en los Juegos Olímpicos de Amberes
Bruselas es el escenario del primer partido que disputa la Selección española en toda su historia. Un tanto de Patricio Arabolaza, al comienzo de la segunda mitad, otorga además a los españoles la primera victoria de su historia.
Es en el Parque Duden, en el campo La Butte, de Bruselas, donde la Selección hace su debut en el panorama futbolístico el 28 de agosto de 1920. Su rival, Dinamarca, es una de las potencias de la época: su trayectoria futbolística había empezado en 1908, siendo subcampeona olímpica ese año y en 1912. En 1920 ya ha alcanzado la treintena de encuentros jugados, la mayoría ante Suecia y Noruega, y ostenta una goleada de órdago: un 17-1 a Francia en los JJ OO de 1908. Los españoles, todos debutantes, se miden pues a unos auténticos fenómenos: incluso Nils Middelboe ya juega en el Chelsea inglés. Pero los españoles no se acobardan. Patricio pasa a la historia como el primer jugador de España que toca el balón en el primer encuentro de la Selección.
Pese a que todo el mundo considera a los nórdicos favoritos para ganar el partido, los españoles no dan su brazo a torcer. Zamora, Belauste, Arrate y Otero frenan todas las acometidas danesas. Será en la segunda parte cuando se logra el único gol que sube al marcador: Hansen rechaza un tiro de Pagaza. El balón le vuelve a caer al español, que cede a Patricio y... ¡Gooooool! Llega el primer tanto en la historia de la Selección. De ahí al final se desata una batalla de 35 minutos donde los daneses buscan decididamente el empate. Pero este no llega. Ni llegará. Al término del combate, los españoles salen victoriosos. Zamora llega en hombros al vestuario, donde las lágrimas de risas se mezclan con lágrimas emotivas. Lo que es emoción, alegría, llanto... a España llegará en apenas unas líneas vía telegrama. El primer paso está dado.
- Dinamarca: Hansen; Middelboe, Blicher; Grothan, Lykke, Aaby; Dannin, Rohde, Viggo Jorgensen, Olsen, Andersen (Entrenador: Carr)
- España: Zamora; Otero, Arrate; Samitier, Belauste, Eguiazábal; Pagaza, Sesúmaga, Patricio, Pichichi, Acedo (Entrenador: Francisco Bru)
- Árbitro. Wilhelm Eymers, holandés. Anuló un gol a Patricio por fuera de juego.
La expedición española celebra la victoria sobre Dinamarca. En la fila de arriba se reconoce al seleccionador Paco Bru con jersey blanco, Otero, Arrate, Argüello con gabardina y gorra y Samitier mirando hacia atrás. En medio, Moncho Gil con tirantes, Pichichi, Zamora, Sesúmaga y Eguiazábal. Abajo, el doctor Bartrina, Agustín Eizaguirre, René Petit con uniforme, Pagaza con una toalla al cuello, Patricio, Acedo y Silverio con boina y traje.
El día que nació la furia
España es bautizada como ‘la furia española’ por su valiente comportamiento durante un encuentro contra Suecia de extrema dureza en el que ganan los españoles gracias al anecdótico gol de Belauste y al decisivo tanto de Acedo que selló la remontada.
La complejidad de la fórmula competitiva permitía que los derrotados en cuartos aspirasen a la medalla de plata y bronce. El sorteo establece como siguiente rival a Suecia, que había perdido con Holanda en un polémico partido que casi provoca la retirada nórdica. Fue en ese encuentro, jugado el 1 de septiembre de 1920, cuando a la Selección se le bautizó con el sobrenombre de ‘la furia española’.
Este apelativo lo adquirieron las tropas españolas en 1576, cuando la ciudad de Amberes fue saqueada. Varios siglos después, el apodo se recuperó para valorar, esta vez positivamente, el valiente comportamiento de la Selección en ese partido jugado con una dureza descomunal por parte de ambos contendientes. Además de por ser una batalla campal y por la victoria española (2-1), el encuentro siempre se recordará por el gol de Belauste que empataba el choque, así como por su frase para llamar la atención del compañero que iba a sacar una falta sobre el área sueca. “A mí Sabino, que los arrollo a todos”. La épica también introduce el elemento del balón en la jugada y la frase que pasó a la posteridad fue “A mí Sabino el pelotón, que los arrollo”. Y arrollar, arrolló a cuantos suecos que se encontró por el camino. Las crónicas no se ponen de acuerdo en si remató con el pecho o con la cabeza, pero el balón y varios rivales acabaron dentro de la portería. Acedo marcó el 2-1 a diez minutos del final y en el 87' Olsson falló un penalti. España, apellidada ya la ‘furia’, se clasificó a cuartos de final de la repesca contra Italia… al día siguiente.
- Suecia: Sander; Lund, Nordenskjoeld (C); Oijermark, Wicksell, Gustaffsson; Bergstrom, Olsson, Karlsson, Dahl, Sandberg. (Entrenador: Anton Johanson).
- España: Zamora; Vallana, Arrate; Samitier, Belauste (C), Sabino; Pagaza, Sesumaga, Patricio, Pichichi, Acedo. (Entrenador: Francisco Bru).
- Árbitro. Giovanni Mauro (Italia).
En el partido contra Suecia nació la 'Furia española'.
Primer gran éxito español: gana la medalla de plata en Amberes 1920
A la Selección solo le queda ganar un partido para conseguir su primer gran éxito deportivo: la medalla de plata en los JJ OO de Amberes. Tras caer ante Bélgica, vence a Suecia (2-1) y a Italia (2-0). Solo falta un triunfo. El rival, Holanda.
Domingo 5 de septiembre de 1920. Quinto partido oficial que se le computa a la Selección. Ese día, España logra su primer gran éxito: la conquista de la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Amberes. Para llegar a esa situación, su trayectoria es inapelable: tras derrotar a Dinamarca en el primer encuentro, pasa por los amargos sabores de la derrota (Bélgica, 3-1), antes de competir y vencer a Suecia en cuartos de final (2-1), y a Italia en la semifinal (2-0). Tan solo le queda un trámite: Holanda. Pero el partido apenas tiene historia. Los españoles son superiores de principio a fin, siendo abrumador durante los primeros 45 minutos. Sesúmaga, lanzador de disparos desde posiciones inverosímiles, anota los dos primeros tantos. El primero, a pase de Moncho Gil, provoca murmullos de admiración. El segundo, parecido al anterior, levanta una gran y sonora ovación del público asistente. Más aún cuando Pichichi anota el tercer tanto del encuentro, finiquitando cualquier tipo de reacción holandesa. Éstos acortan distancias por medio de Groosjohan, que sirve para maquillar algo el resultado. Al término del partido, algunos aficionados españoles allí presentes se lanzan al terreno de juego para sacar en hombros a los Zamora, Arrate, Pichichi, Vallana, Belauste, Sesúmaga... Es el reconocimiento al esfuerzo de unos jugadores que han disputado cinco encuentros (cuatro victorias y una sola derrota), que han ido a aprender y a capear el juego del resto de los rivales y regresan a casa con un extraordinario éxito...
- Holanda: Mac Neill; Dénis, Verweij; Bosschart, Kuipers, Steeman; Van Rappard, Van Dort, Groosjohan, Von Heyden, Bulder (Entrenador: Sturrock)
- España: Zamora; Vallana, Arrate; Samitier, Belauste, Eguiazábal; Moncho Gil, Sesúmaga, Patricio, Pichichi, Acedo (Entrenador: Francisco Bru)
- Árbitro. Paul Putz, belga.
Samitier contempla cómo Vallana controla el balón ante la presencia de un delantero holandés en el último partido que disputa la Selección española en los Juegos Olímpicos de Amberes en 1920. Arriba, Patricio Arabolaza hijo posa con la medalla de plata (se puede observar las dos caras de la presea) que conquistó su padre: el primer gran éxito de la Selección española.
San Mamés acoge el debut de la Selección en territorio nacional
La repercusión de la plata olímpica es extraordinaria. Significa un empujón en la expansión del juego, aunque se tardará más de un año en lograr que la Selección debute en suelo nacional. El rival es Bélgica, los únicos que nos han ganado.
La repercusión del éxito olímpico de 1920 en España es extraordinaria. Significa un empujón en el desarrollo del juego en todo el país. Se incrementa también el número de aficionados en aquellas zonas donde ya había una creciente práctica habitual (Madrid, Barcelona, País Vasco). Y allí donde no había tenido demasiado tirón, se produce una explosión ferviente. Sin embargo, hay que esperar más de un año para que la Selección juegue su primer encuentro en suelo nacional. Se elige rival: Bélgica, campeona olímpica y la única selección que nos ha derrotado hasta entonces (en Amberes), si bien es cierto que apenas hemos disputado cinco encuentros. San Mamés, en Bilbao, la Catedral del fútbol español, será el escenario para la celebración del encuentro, siendo el 9 de octubre de 1921 la fecha elegida. Se despierta una insólita expectación. Los belgas llegan el día antes y revisan minuciosamente el estadio, exigiendo la elevación de las porterías. La afición llena San Mamés. Unos 12.000 espectadores se dan cita para presenciar el choque. En la primera parte, Zamora, ayudado por la zaga, despeja cualquier ocasión visitante con magníficas intervenciones. Será en la segunda mitad cuando Alcántara logre marcar tres goles, aunque uno será anulado por el colegiado por fuera de juego. El primero, al poco de comenzar y el otro, a escasos diez minutos para el final, fruto de la ofensiva local. El partido concluye así. Los españoles son sacados a hombros, mientras que pasean una Copa, obsequio donado por el rey Alfonso XIII para el equipo que resultara vencedor. Además, se consigue la revancha por la derrota de Amberes.
- España: Zamora; Otero, Careaga; Gamborena, Meana, Peña; Pagaza, Sesúmaga, Patricio, Alcántara, Acedo, (Entrenador: Berraondo)
- Bélgica: De Bie; Verbeeck, De Groof; Fierens, Hanse, Vande Velde; Wertz, Coppée, Bragard, Larnoe, Bastin, (Entrenador: Sturrock)
- Árbitro. Jorge G. Vieira.
De pie, y de izquierda a derecha posan: Otero, Patricio, Peña, Alcántara, Careaga y Zamora. Sentados: Meana, Acedo, Gamborena, Sesúmaga y Pagaza. El primer once de la Selección en jugar en territorio nacional vistió de blanco.
La Selección española juega dos partidos de fútbol el mismo día
Aunque parezca una exageración, la Selección española disputa dos partidos el mismo día: uno en Italia, que se pierde; otro en Madrid, ante Portugal, que se gana.
En 1927, y al término de la campaña, se programan tres encuentros amistosos ante Francia, Italia y Portugal. El primero de los mismos se fija para el 22 de mayo. Los otros dos encuentros se citan para disputar una semana más tarde: ¡¡La Selección española jugará dos encuentros el 29 de mayo!! ¿Cómo es posible? ¿Ha sido un error de la Federación? ¿Quizá improvisación? Pero llega la fecha y efectivamente, el 29 de mayo, la Selección española acude a Bolonia, para inaugurar el nuevo Stadio del Littoriale. Es el rey de Italia quien preside el encuentro. El Infante don Alfonso está a su derecha y el cardenal de la ciudad italiana, a la izquierda. Unos 70.000 espectadores presencian el choque. A la media hora de juego, Baloncieri inaugura el marcador. Lo peor vendrá en la segunda parte, cuando Zaldúa introduce el balón en la portería que defiende Zamora. España regresará de la excursión italiana con una derrota más.
- Italia: Gianni; Bellini, Calligaris; Genovesi, Bernardini, Giordani; Munerati, Baloncieri, Libonatti, Della Valle, Levratto (Entrenador: Rangone)
- España: Zamora; A. Olaso, Zaldúa; Prats, Gamborena, Peña; Sagárzazu, L. Regueiro, Yermo, Echeveste, L. Olaso (Entrenador: Mateos)
- Árbitro. S. Rous, inglés.
Aquí se puede ver la entrada del partido de Italia.
Pero ese mismo día, la Selección española se enfrenta también a Portugal en el Stadium del Metropolitano. Como la Selección no tiene el don de la ubicuidad se presenta un segundo equipo, dirigido por Manuel de Castro, uno de los tres miembros del triunvirato de seleccionadores que componen el cuerpo técnico. Y aquí no hay sorpresas. España se impone a los lusos con dos tantos, obra de Moraleda y de Valderrama. Los portugueses, pese a jugar mejor, se marcharán de la capital española con las manos vacías por la endeblez de su línea atacante.
- España: Eizaguirre; Perelló, Garrobé; P. Regueiro, Molina (46’ Matías), Carulla; Gonzalo (46’ Moraleda), Valderrama, Óscar, Polo, Sagi Barba (Entrenador: M Castro)
- Portugal: Pinho, J. Vieira; Figueiredo, A. Silva, César; L. Dos Santos, J. Dos Santos, Tavares, Soares, Martins, (Entrenador: Oliveira)
- Árbitro. T. Crew, inglés.
De pie, y de izquierda a derecha, posan Lemmel (masajista), Carulla, Óscar, Eizaguirre, Perelló, Moraleda, Molina, Polo y Pedro Regueiro. De rodillas, y en el mismo orden, Alfonso Martínez (portero suplente), Garrobé, Gonzalo, Matías, Pablito Calvo y Sagi Barba. El once que derrota a Portugal en el Stadium Metropolitano madrileño.
Los ‘amateurs’ de España dan la cara y le meten siete a México
La Selección no puede llevar a sus mejores hombres a los Juegos de Ámsterdam por ser oficialmente profesionales. Se piensa en no acudir, pero Berraondo recluta a 22 aficionados que ganan a México. Luego empatarán y caerán con la superprofesional Italia.
La Selección se encuentra un obstáculo de camino a los Juegos de 1928: el profesionalismo. España lo oficializa en 1926. Muchos países no lo han hecho aún y a la cita olímpica solo pueden ir 'amateurs'. El debate está servido: ¿Merece la pena ir a Ámsterdam con un equipo de aficionados? Hay un prestigio en juego y muchas selecciones irán con sus mejores futbolistas. Ante las dudas, Berraondo hace un ensayo de equipo olímpico (más Zamora y Samitier) contra Portugal: 1-1. En abril, otro empate contra Italia y con las estrellas españolas. El seleccionador, criticado por la prensa, presenta la dimisión, pero la Federación no acepta.
Finalmente, Berraondo convoca a 22 aficionados, todos de equipos vascos, aunque en el ambiente flota pesimismo. El primer rival es Estonia, pero a última hora abandona. El segundo adversario es México, escollo superable con la peculiaridad de ser el primer rival no europeo al que se mide España. No hay color: tres goles antes del descanso y otros cuatro después, con un espléndido Yermo. El bajo nivel azteca no tapa las carencias y, pese al 7-1, no hay fe en hacer algo grande. Máxime viendo al rival de cuartos: Italia, que sí lleva a sus mejores jugadores, ya que no tiene instaurado el profesionalismo. Contra pronóstico, los españoles logran un empate (1-1) e incluso pueden ganar. Jauregui, meta del Arenas, destaca sobremanera. Sus compañeros le regalan el balón del partido firmado como homenaje. El duelo se repite tres días después. España tiene que hacer cinco cambios por lesiones e Italia barre: 3-0 a los 25’; 7-1 al final. Pese al último resultado obtenido, la Selección cumple en Ámsterdam.
- España: Jauregui; Vallana, Quincoces; Amadeo, Gamborena, Trino; Mariscal, Regueiro, Yermo, Marculeta, Kiriki (Entrenador: Berraondo)
- México: Bonfiglio; Garza, Ojeda; Hernández, Suinaga, Cerrilla; Garcés, Contreras, Sota, Carreño, Terrazas (Entrenador: de la vega)
- Árbitro. Gabor Boronkay, húngaro. Sustituyó al italiano Gama por las quejas españolas, ya que Italia esperaba en cuartos y podría estar influido.
Uno de los dos goles que anotó Luis Regueiro a México en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam. El asedio sobre la meta azteca es constante durante todo el encuentro.
El seleccionador José M. Mateos inventa las ‘primas económicas’
Unos malos 45 minutos en un encuentro ante Portugal motivan que José María Mateos, seleccionador nacional, descubra que los jugadores se esforzarán más si reciben una recompensa monetaria por medio. Así nacen las primas económicas...
Marzo de 1929. España acaba de vapulear a Portugal 5-0, aunque hay algo que inquieta al seleccionador, José María Mateos: todos los goles se han conseguido en los primeros 45 minutos. A la vuelta del descanso, la Selección apenas inquieta la meta lusa, lo que lleva a cierta parte del público a elevar quejas y protestas. Al término del partido, mientras comenta lo sucedido con los jugadores, cae en la cuenta de que los futbolistas quieren dinero. Es decir, marcarán más goles cuanto más dinero reciban. Así pues, un mes después, el 14 de abril, se miden a Francia en Zaragoza. En mayo van a recibir a los profesionales ingleses, así que, para estimular a los jugadores, Mateos habla de un premio económico con los dirigentes federativos, y estos dan el visto bueno. El plan de Mateos consiste en pagar cien pesetas a cada jugador por la victoria, más otras 50 pesetas por cada gol marcado, también a cada jugador. Los jugadores acceden. Acaban de aparecer las primas por ganar. Mateos sonríe: los futbolistas se esforzarán todo el partido. Y a fe que lo hacen. La primera parte acaba con victoria cómoda por 2-0 y un penalti fallado por Quesada. Los jugadores, viendo el nivel del rival, buscan la goleada tras el descanso: España marca seis goles más. ¡500 pesetas para cada uno! Tras el octavo gol, Mateos se sitúa detrás de la portería de Zamora. Mientras ambos charlan, un rápido ataque galo acaba con el balón en la red. En total, España vence 8-1 y se lleva los merecidos elogios del seleccionador francés, Barreau, representante de un grupo de varios técnicos: “Son ustedes el mejor equipo del continente”.
- España: Zamora; Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, G. Rubio, Bienzobas, Yurrita (Entrenador: Mateos)
- Francia: Henric; Wallet, Bertrand; Dauphin, Banide, Villaplane; Dutheil, Lieb, P. Nicolas, Veinante, Galey (Entrenador: Barreau)
- Árbitro. Prince-Cox, inglés.
Inglaterra cae ante España en su primera derrota europea
Hasta 1928, la selección de Inglaterra, cuna del fútbol y donde ya existen campeonatos de Copa y Liga y profesionalismo, ha disputado 163 partidos, pero su primera y dolorosa derrota en el continente europeo llegará en Madrid.
A comienzos de los años 20, el fútbol inglés se ve en España con una admiración extraordinaria, aunque parece inaccesible para los deportistas españoles. Así que el anuncio de que la selección inglesa jugará un amistoso ante España en 1929 provoca cierto revuelo. El encuentro se fija para el 15 de mayo, día de San Isidro, en el Metropolitano. Llegada la fecha, ambas selecciones se presentan con unos registros admirables: los 'pross' (llamados así por ser profesionales) vienen de jugar dos amistosos en tierras galas (1-4) y belgas (1-5), y suman 22 encuentros ante países europeos con solo un empate concedido (ante Bélgica, 2-2 en 1923). Los españoles, por su parte, han goleado a Portugal (5-0) y a Francia (8-1). Míster Bach, jefe de expedición inglesa, lo tiene claro: “Ganaremos por el tanteo que sea necesario”. Ese día, Mateos alinea a Zamora; Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, Rubio, Padrón y Yurrita. Los ingleses se adelantan en el marcador 0-2, a lo que responden Rubio y Lazcano en un encuentro intensísimo. Tras la reanudación, Carter vuelve a adelantar a los visitantes, pero es el día de Gaspar Rubio. Empata de cabeza ante la alegría de los 45.000 espectadores que llenan el Metropolitano. El delirio llega con el último tanto, obra de Goiburu, el único español 'amateur', y que de prima se lleva un reloj. Los otros diez se llevan 500 pesetas de la época. Los ingleses se vengarán en 1931, cuando en devolución de la visita nos goleen 7-1 en Londres. Pero habrá excusa: ese día, Zamora juega enfermo.
- España: Zamora; Quesada, Quincoces; Prats, Marculeta, Peña; Lazcano, Goiburu, G. Rubio, Padrón, Yurrita, (Entrenador: Mateos).
- Inglaterra: Hufto; Cooper, Blenkinsop; Kean, Hill, Peacock; Adcock, Kail, Bradford, Carter, Barry, (Entrenador: no tenía).
- Árbitro. Langenus, belga.
Los once héroes de la Selección que derrotan a Inglaterra en el Stadium del Metropolitano madrileño: de izquierda a derecha posan Quesada, Marculeta, Padrón, Gaspar Rubio, Peña, Zamora, Prats, Yurrita, Lazcano, Seve Goiburu y Jacinto Quincoces.
Los partidos clave de España de los años 20'
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Los partidos clave de España en la década de 2000 (Parte 1)
Los partidos clave de España en la década de 2000 (Parte 2)
Los partidos clave de España en la década de 2010 (Parte 1)
Los partidos clave de España en la década de 2010 (Parte 2)