Vinicius no se puede equivocar

Después de la decepción de un Mundial en el que tenía puestas muchas esperanzas, el partido de Vinicius fue muy decepcionante en Pucela por varios motivos. Primero porque el chaval Fresneda le ganó casi siempre la partida en el mano a mano pero, fundamentalmente, porque volvió a repetir actitudes del pasado que no le hacen demasiado bien y que parecían olvidadas. Desesperó a Ancelotti en la banda porque dimitió de sus labores defensivas la mayoría de las veces en las que el Valladolid progresó por su banda y tuvo algún gesto de divo que no le deja en buen lugar.

La parte del desequilibrio no es importante porque volverá más pronto que tarde, pero el brasileño tiene que entender que esa pose de divo no le hace bien ni a él ni al equipo. Antes del Mundial ya se empezó a hablar mucho más de las patadas y de los bailes que de su fútbol y en el reencuentro con el campeonato la cosa no parece haber cambiado. Quizás ha pasado demasiado tiempo en el vestuario de Brasil con Neymar pero Vini debería ser consciente de que le compensa más para completar una carrera brillante tomar como ejemplos a Modric o Benzema que a su compañero de selección. Demasiadas protestas innecesarias ante los árbitros, demasiadas peleas innecesarias contra los rivales...En definitiva, demasiadas distracciones que le apartan del objetivo: seguir creciendo futbolísticamente para ser dominante y un potencial Balón de Oro. Más fútbol y menos folclore.

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