‘Rodrygol’ y Trubin

Orgullo ucraniano. - En el fútbol de elite está hoy día medido casi todo. Los futbolistas tienen a su disposición un ejército de técnicos, fisioterapeutas, recuperadores, analistas, preparadores físicos de alto nivel, nutricionistas... El jugador se siente como en la NASA, con cientos de datos biométricos que miden cada movimiento, cada esfuerzo, cada caloría quemada en el desarrollo del juego. Digamos que el fútbol es cada vez más científico, lo que explica que haya pasión por jugadores como Vinicius o Rodrygo, jóvenes que se saltan el guion para hacer cosas distintas y a cuál más bella. Pero hay algo contra lo que no podrá luchar nunca la ciencia: el orgullo. Por eso, el Shakhtar evidenció que el sufrimiento que sufre su país por la guerra con Rusia ha alimentado ese plus que te da en la vida ejercer tu profesión con el entusiasmo de un juvenil que no regatea esfuerzos hasta terminar sin aliento. Este Shakhtar llegó en los últimos años con una legión de brasileños, lo que los convertía en peligrosos por el talento de sus puntas. Pero esta noche saltaron al Bernabéu once guerreros ucranianos. Se notó. Cierto que pudieron salir goleados, pero nunca perdieron la compostura, jugaron con dignidad, jamás se rindieron y se llevan a casa una derrota muy decente ante el vigente y brillante campeón de Europa.

Fue culpa de Trubin. - El año pasado jugó aquí un portero griego con el modesto Sheriff transnistrio, Georgios Athanasiadis, un tipo que se convirtió en el Coloso de Rodas hasta ayudar a los prosoviéticos a dibujar un triunfo histórico. Aquí jugó en los años de las cinco Copas de Europa seguidas un portero turco que se llamaba Varol (Besiktas), que esa noche solo pudo ser batido tras una jugada llena de empujones y atropellos en el área otomana. Pues en este 5 de octubre caluroso (en el Bernabéu había calima), Anatoli Trubin se exhibió hasta evitar que el bombardeo de la tropa de Ancelotti acabase en goleada para la hemeroteca. Trubin, a sus 21 años, ya es un portero acreditado que ha logrado terminar con ese veterano que acabó arrastrándose por sus necedades (Pyatov). Cierto que en el primer gol pudo hacer algo más, pero a partir del 2-1 agigantó su figura hasta convertirse en el muro que dejó en secundarios los 14 tiros blancos que fueron entre sus tres palos. Trubin sobrevivió al asedio y permitió al equipo de Jovicevic (buen canterano del Real Madrid) dibujar un final digno que permite entender cómo este equipo metió cuatro goles al Leipzig a domicilio.

´Rodrygol’. - Otro que tiene 21 años como Trubin. Pero este no evita goles. Los mete. Y los genera. El paulista abrió la lata (el primer gol siempre es el que más valoraba Di Stéfano) y habilitó con picardía a su amigo Vinicius en el 2-0 que encauzaba y tranquilizaba la contienda. Rodrygo es titularísimo para Ancelotti y el chaval se lo ha ganado. El Bernabéu se lo premió al ser sustituido con la mayor ovación que se escuchó en la segunda parte. El futuro es tuyo, chaval.

Pleno feliz. - El campeón lleva pleno de puntos y pie y tres cuartos en los octavos de final. Me mandan sus saludos la Peña Mirandesa, la Burgalesa, Tardajeña, El Cid, Manacor (¡te queremos, Rafa!), Ondense y ‘La Volea de Zizou’ de Arcos de la Frontera. Todas me muestran su alegría por ser fieles al único equipo de España que ha ganado en una jornada aciaga de Champions para el resto. Xavi dice que no siempre la gana el mejor. Es curioso que lo diga con ese Barça que coquetea con la Europa League. Again.

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