Modric

Siempre que un equipo juega mal o no tiene un buen resultado, los mejores son los que no jugaron. Se echa de menos a los ausentes solo cuando no se gana. El Madrid, en sus primeros once partidos oficiales de esta temporada, ha ganado diez y empatado uno, frente a Osasuna en el Bernabéu. Dos puntos que se escaparon por distintos motivos: el más importante, por el buen trabajo y la entrega de los jugadores rojillos, especialmente en los minutos finales cuando jugaban con uno menos; por no haber marcado Benzema el penalti lanzado al larguero; y por cualquier otra circunstancia que se quiera valorar. El gol de Osasuna fue de cabeza, peinando el balón hacia atrás de Kike. No se le puede achacar nada a Lunin en el gol, porque el balón entró por la escuadra, pero no estaba Courtois, al que hemos visto paradas imposibles. Con independencia del resultado, el juego del equipo no fue bueno, faltaron ideas en el centro del campo. Además de la ausencia del mejor portero del mundo, faltaba un genio, Modric.

Con el máximo respeto a todos los jugadores de la plantilla, hay dos futbolistas que son insustituibles, Courtois y Benzema. Son jugadores que deciden partidos y dan títulos a los blancos. En el resto de demarcaciones hay varios futbolistas con garantías para ocupar cada puesto. En el centro del campo hay al menos siete jugadores de calidad y puede jugar cualquiera de ellos, pero no quiere decir que no se note cuando están, o no están, unos u otros. Ninguno ve el fútbol y mueve el balón con la velocidad y profundidad de Luka Modric. Nadie encuentra espacios en las defensas cerradas como el croata. Con 37 años, en su undécima temporada en el Real Madrid, lleva la batuta del equipo y se sigue notando, y mucho, cuando está en el césped.

En Champions, el Madrid ha ganado los tres partidos disputados en la fase de grupos. Ayer victoria contra el Shakhtar Donetsk, un equipo de un país invadido, Ucrania, y además de una de las zonas más devastadas. La historia del partido, por encima de tantas ocasiones falladas, estuvo en las palabras de su entrenador: “el fútbol es importante para gritar que estamos vivos”. Como canta el maestro Sabina: “Que el diccionario detenga las balas. Que los que matan se mueran de miedo”.

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