Hincha y afición
Al tiempo que media grada lo abucheaba y la otra media lo pitaba, se retiró Toni Kroos del césped del estadio Al Awwal Park con una sonrisa en el rostro. Había sucedido lo mismo antes, durante los dos partidos cada vez que el alemán tocaba un balón. Era la manera que tenía el público local de mostrar su disconformidad con las declaraciones que tiempo atrás había realizado Kroos en torno a las razones por las que algunas estrellas apuestan por ir a jugar a Arabia Saudita y la falta de derechos humanos en el país asiático.
En términos generales no hay nada peor para un futbolista que ser abucheado por tu propia afición. Pero, ¿fue eso lo que sucedió en el estadio? Es cierto que los saudíes celebraban con olés cada rondo de los jugadores blancos ante los exhaustos blaugranas, pero, ¿podemos decir que fue la afición madridista, o parte de ella, o una parte representativa de ella, la que censuró las palabras del jugador alemán? Es un tema complejo. En principio, convendremos que el ser aficionado de un equipo es algo que responde a la propia voluntad de cada cual. Es decir, no existen requisitos previos para sentirse de un equipo u otro. Al menos en teoría. Son extrañas y a veces difusas las razones que llevan a un hincha a amar unos colores y en la práctica todos conocemos casos de personas cuyo club no encaja con la manera que tienen de ver el mundo.
Por ello, me atrevo a sugerir que ser parte de una afición tiene más implicaciones que la simple voluntad. No lo sé: compartir una cierta visión del mundo, del papel del fútbol en nuestras vidas y sociedades, una manera de sentir o comportarse en la grada. Esto es porque tengo claro que el hincha no puede ser aquel que tiene dinero para pagar una entrada o comprarse una camiseta. Ser de un club es tener una relación con la entidad en la que ansías poder poner tu grano de arena en una labor común. El club es la patria de los futboleros, un territorio que a cada hincha le gustaría hacer mejor y más bello y más grande. No puedo representar a los madridistas, desde luego, pero desde la distancia y con sinceridad, creo que el pasado domingo Kroos hizo más grande aún al Real Madrid y aquellos que le abuchearon lo empequeñecían.
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