Hey Carlitos

Alcaraz avanza por Flushing Meadows al mismo ritmo que Bellingham por la liga, donde en tres partidos ha marcado cuatro goles. Así que el murciano, tan blanco como Nadal (que ya es difícil), se acordó del delantero del Madrid en su celebración, abriendo los brazos hacia la grada como hace el británico desde que tenía 15 años y jugaba en el Birmingham City. “¡Máquina!”, agradeció el futbolista al tenista por las redes. Dos genios interconectados. Y muy certeros. Ante Zverev, Carlitos cerró las cuatro bolas de break que tuvo.

Un Grand Slam, a la distancia de cinco sets, exige ser expeditivo. Solucionar los partidos por la vía rápida, algo que no hizo Alcaraz en los Masters 1.000 de Toronto y Cincinnati, donde encadenó siete partidos dejándose un set y acumulando cansancio. Ante Medvedev parece que llega fresco. Sólo ha cedido una manga frente a Evans (3h:11 estuvo en pista, el tope) y cualquier gramo de energía sería bienvenido en caso de medirse con Djokovic. Recordemos lo que pasó con él en la final de Wimbledon, a cinco sets, o la de Cincinnati, con tres y dos desempates. Cuantas más reservas, mejor.

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