Final Fantasy XIII
Final Fantasy XIII, guía completa
Te ayudamos a descubrir la aventura de los Elegidos.
Hemos de llegar hasta el túnel del norte, para lo cual superamos a los enemigos que se cruzan en nuestro camino hasta que alcanzamos la bifurcación superior, donde guardamos partida en la terminal de servicio (no olvidéis echar un vistazo al mapa para conocer a grandes rasgos la localización en la que nos encontramos) y seguimos hacia adelante para llegar a las tierras de
Mah'habara: básicamente no hemos hecho nada en este capítulo más que caminar de un lado a otro de las explanadas de Paals, por lo que el mapa que se abre ante nosotros puede mermar la paciencia de los jugadores que esperaban otra cosa completamente distinta llegados a este punto. No preocupéis: las respuestas llegarán con el tiempo. Aquí cambia ligeramente el entorno gráfico en el que nos movemos, así como el elenco de enemigos al que tenemos que hacer frente, ligeramente más duro que a lo que nos tenía acostumbrados el juego hasta el momento. Teniendo en cuenta esto, comenzamos en la Boca del Infierno, guardamos la partida en la terminal de servicio y obtenemos el primer tesoro de la noche, el arma Hauteclaire.
Hecatónquiro: El último Eidolón al que debemos hacer frente es también uno de los que más difíciles nos pone las cosas. Es esencial contar con un protector en el grupo que sepa recibir los brutales daños que efectúa este monstruo a poco de comenzar el combate, encadenando un combo al que muy difícilmente podríamos hacer frente de forma natural. Luego nos queda el rol de obstructor para tratar de cambiar los estados alterados, aunque todo debe fluir a la mayor velocidad posible evitando que nuestra Vitalidad llegue a cero. Es por ello que el Sanador debe estar presente en momentos específicos del combate, curándose a sí mismo y al protector. Teniendo en cuenta que controlamos a dos figuras durante esta batalla, hay que armarse de paciencia para evitar una catástrofe prácticamente garantizada.
En cualquier caso podemos optar por distintas vías de acceso a su barra de empatía, ya sea por la anteriormente descrita o haciendo uso de varios roles al margen del de protector, ya sea un fulminador o un castigador. De esta forma mantenemos su barra de cadena siempre elevada, lo que a su vez hace que aumente la barra de empatía. Lo cierto es que en este combate lo que debemos tratar de hacer por todos los medios es mantenernos con vida siempre con un protector en pantalla. Si lo conseguimos, está hecho.