Final Fantasy XIII
Final Fantasy XIII, guía completa
Te ayudamos a descubrir la aventura de los Elegidos.
Piasa: esta vez nos enfrentamos ante una evolución del amigo al que hace bien poco dábamos caza. Alternando entre dos formas, el Piasa reserva lo mejor de sí mismo para el final, cuando su Tormenta atroz, unida a los estados alterados que lanza sobre sí mismo, hace de él un temible adversario al que debeos hacer frente en el menor tiempo que sea posible. Es por ello esencial potenciar nuestro estado en la primera fase del combate para mantener esta cadencia mientras un personaje se encarga de actuar como protector recibiendo el grueso de los ataques. Cuando nos despojamos de su primera fase, cambiamos las tornas ofensivas por otras defensivas, siendo obligatorio contar con un sanador que alterne entre inspirador y fulminador para recuperar energía y castigar la barra de cadena del rival.
Siempre que esté en el suelo nos protegemos; cuando esté en el aire le atacamos con lo mejor que tengamos en nuestro repertorio, siendo imprescindible mantener la Vitalidad de nuestro grupo por encima del 80% de su energía. Esto sin perder de vista nuestros estados alterados, entre ellos escudo y coraza, absolutamente fundamentales para poder superar al Piasa sin perder la vida innumerables veces (como en nuestro caso, este enemigo sirve como antesala de lo que está por llegar en el capítulo que viene a continuación). Aprovechad la carga de los Eidolones, así como Prisa y cualquier estado alterado que nos permita una ligera ventaja en el combate.
Cuando le derribamos el capítulo toca a su fin. El Piasa deja tras de sí una cantidad absurdamente elevada de puntos de cristal que haríamos bien en utilizar nada más retomar el control de nuestros personajes.