Sigue peleando Jim

Estados Unidos

La noticia cala, devasta.

Jim Kelly, uno de los mejores quarterbacks de su generación y quien guió a los Buffalo Bills a cuatro Super Bowls, anunció el jueves que ha sido diagnosticado nuevamente con cáncer oral.

En septiembre de 2014, Jim anunció que estaba libre de cáncer, pero desde entonces tiene que someterse a pruebas de seguimiento y las más recientes revelaron la triste noticia.

Su viaje, como el de todos los que padecen esa enfermedad, no ha sido fácil.

El 3 de junio de 2013, Kelly anunció que había sido diagnosticado con cáncer en la mandíbula superior. Fue un golpe muy duro, pero no tanto como haber perdido a su pequeño hijo Hunter, quien murió en 2005, cuando apenas tenía ocho años de edad, víctima de la rara enfermedad de Krabbe.

Hunter nació el 14 de febrero de 1997, justo el día en que Jim cumplió 37 años de edad. Ahora el diagnóstico de que ha regresado el cáncer es unas semanas después de que celebró su cumpleaños 58.

“A medida que nuestra familia ha enfrentado muchas pruebas y triunfos a lo largo de los años, ustedes nos han bendecido con sus oraciones. Pedimos esas oraciones una vez más. Con todos ustedes a mi lado, lucharemos y ganaremos esta batalla juntos”, dijo Kelly este jueves a través de un comunicado.

Jim es un luchador incansable. Los efectos del cáncer se tradujeron en problemas para hablar; también dejó de producir saliva y perdió el sentido del gusto.

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Pero nada lo detuvo, incluso después de que nueve meses después los médicos detectaron que el cáncer se extendió al pecho, para lo cual necesitó tratamientos de radiación y quimioterapia que lo hicieron perder 30 kilos.

“Pasé de jugar con los Bills -que era algo que no quería- a los cuatro Super Bowls en fila que no gané, al nacimiento de mi hijo en mi cumpleaños y luego el diagnóstico… y puedo seguir todo el día, con todos los altibajos en mi vida… Dios me estaba preparando para lo que estoy haciendo ahora”, dijo Kelly.

En abril de 1983, los Bills usaron la decimocuarta selección global del Draft para seleccionar a Kelly, proveniente de la universidad de Miami. Jim había dicho que no quería jugar en Buffalo y entonces le pidió a su agente que buscara ofertas en otras ligas.

Los Bills no desistieron y siguieron negociando con el agente de Jim. Incluso estaban listos para firmar un contrato por cuatro años y 2.1 millones de dólares. Pero justo en el momento en el que Kelly iba a estampar la rúbrica, Pat McGroder, entonces gerente general de los Bills, recibió una llamada de Bruce Allen, quien trabajaba con el Chicago Blitz, en representación de la USFL (la única liga en la historia que realmente ha podido competir con la NFL), que lo reclutó cuatro meses antes.

Jim decidió no firmar con los Bills porque Allen le dijo que podía mejorar esa oferta y además le prometió que podía jugar en el equipo de la USFL que quisiera. Y se lo cumplió.

Kelly eligió a los Houston Gamblers, una franquicia de expansión con la que firmó un acuerdo por cinco años y 3.5 millones de dólares, convirtiéndolo en el segundo jugador mejor pagado de la liga, sólo por debajo de Herschel Walker.

Inició con dos brillantes campañas con los Gamblers, en las que pasó para 9,842 yardas y 83 touchdowns. En 1984 fue nombrado MVP de la USFL, tras imponer un récord de la liga con 5,219 yardas y 44 pases de anotación.

En 1986 surgieron los New Jersey Generals, equipo propiedad de Donald Trump, quien a billetazos firmó a los dos mejores jugadores de la USFL: Kelly y Walker.

Pero en agosto de 1986 la USFL desapareció y Kelly se quedó sin equipo. Los Bills aún eran dueños de sus derechos en la NFL, pero Jim quería jugar con los Raiders o los Steelers… hasta que conoció a Bill Polian, nuevo gerente general en Buffalo, quien finalmente lo convenció.

El resto, como dice el cliché, es historia. Kelly, hoy con un busto en el Salón de la Fama, es el líder de la franquicia con 35,467 yardas y 237 pases de touchdown.

“No puedo quejarme”, dijo Kelly. “Si mañana Dios decide que es mi último día, entonces voy a bajar la mirada con una sonrisa en el rostro, sabiendo que he tenido todo en la vida”.

Aún falta mucho Jim. Sigue peleando.

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