Ramón de Pitis reaparece: “Nada más que saben echar multas”

Unos segundos de televisión fueron suficientes para que Ramón de Pitis, o para muchos Ramón el vanidoso, se convirtiera en todo un icono en televisión. Hace ya 15 años que fue interceptado a la salida de la madrileña parada de metro Pitis para ofrecer unas declaraciones que lo convirtieron en viral antes incluso de que el término pasara al uso diario. Acababa de salir de la cárcel, lucía un aspecto delgado y aseguraba vestir Emidio Tucci, pero lo que más claro tenía era su objetivo durante el permiso: “Drogarme todo lo que pueda y ahora quiero echar un polvo”, espetó.

La periodista que escuchó en primera persona esas palabras fue Alejandra Andrade, pero lo realmente sorprendente es que 15 años después continúa en contacto con Ramón y en contadas ocasiones quedan para comer o para tomar una cerveza. En su perfil de Twitter da buena cuenta de ello y esta misma ha sorprendido a sus seguidores con un nuevo capítulo de uno de los personajes televisivos más recordados de la primera década del presente siglo. “Regalo para los fans de Ramón de Pitis”, anunció.

En las imágenes, un Ramón con más canas y el mismo bigote, se pronuncia sobre sus inclinaciones políticas. “Yo soy anarquista. Si me pones en la política, me considero ácrata”, confiesa con contundencia. La acracia es la doctrina política que pretende la desaparición del Estado y de sus organismos e instituciones representativas defendiendo la libertad del individuo sobre cualquier autoridad, pero Ramón el vanidoso agrega un matiz: “Pero con orden... no el caos”. “La Policía es necesaria, el Ejército también. Los municipales no, que nada más saben echar multas”, sentencia.

Cabe recordar que Ramón ya vivió intensos momentos con las autoridades en el pasado y lo confesó con total naturalidad durante su aparición en ‘Callejeros’: “Robé un banco, un Banesto, y salió una interventora, muy guapa por cierto: ‘¡Al atracador, al atracador!’. Y ya me tuve que meter en el primer coche que vi”, declaró. Después se fue a casa, se cambió y volvió a la calle, donde se encontró a su cuñado y le pegó “cinco puñetazos”: “Me metieron el banco, el robo del coche y la pelea con mi cuñado, que me denunció”.