Un Madrid de genios..., y Rüdiger
Puede que el Madrid no se jugara nada, pero la coyuntura reclamaba la redención tras el despiporre de Girona. Se desquitó a medias el equipo de Ancelotti, que ligó mejor porque se aplicó con mayor entusiasmo e invocó a la excelencia técnica de Vinicius y Rodrygo. Lanzado por sus dos brasileños, Benzema se dedicó a facturar a un Almería descolocado por las rotaciones de Rubi. No quiso saber nada de esta guerra, la suya ya la había ganado contra el Getafe. En este contexto, con un bloque más enchufado, el Madrid engulló a su rival sin encontrarse grandes obstáculos en el camino. Los cambios de orientación de Militao para Vinicius, las recepciones absolutamente liberados de Rodrygo y Benzema y la profundidad que brindó un Lucas con el que siempre se puede contar expandieron el juego blanco sin tener que pagar peaje alguno. El Almería despejó el pasillo para que el Madrid hiciera lo que quiso. Y ahí se gustaron Vinicius y Rodrygo, dos truenos futbolísticos de una calidad única. Del primero ya nadie en su sano juicio duda, del segundo se ha ganado la condición de titular que le costó alcanzar por cierta falta de continuidad. Son dos genios.
Pero entre tanta buena noticia en ataque el Madrid volvió a encallar como bloque defensivo. Le duró poco la intensidad en la presión y se ablandó en exceso porque casi nadie remó en favor del bloque. Cuando el Almería se percató de que verdaderamente podía hacerle daño, fue tarde por la desventaja que tenía en el marcador. Aun así, acentuó las contrariedades del Madrid atrás, que no apuntan únicamente a los defensas y sí a todo el colectivo. Fue un equipo largo y ancho, desubicado por momentos ante las apariciones desde atrás de los Samu Costa o Robertone (cuando entró) y sin robustez alguna en el área propia. Ahí salió una vez más cuestionado Rüdiger, mejor en las coberturas a la banda, terrible en el control de lo que pasaba a su espalda. Su distancia con Militao no se estrecha y pierde continuamente la referencia sobre el delantero rival. Sobre él se cierne la desconfianza en un momento extremadamente crítico por lo que se jugará el Madrid en los próximos partidos. Las desatenciones de Rüdiger quizá tengan un pase contra el Almería, pero no en la Copa y menos ante el City.
Pillado in fraganti
Rüdiger no tiene en cuenta lo que puede ocurrir a su espalda y su posicionamiento defensivo deja mucho que desear. Lázaro se mete por detrás suyo y remata a placer ante Courtois. El alemán, muy perdido.