
Provocaron entre Rubi, un motivadísimo Embarba y el arbitraje el partido más infausto de la era Diego Martínez, poniendo en evidencia el “optimismo” exacerbado del director deportivo.
Iván Molero
Provocaron entre Rubi, un motivadísimo Embarba y el arbitraje el partido más infausto de la era Diego Martínez, poniendo en evidencia el “optimismo” exacerbado del director deportivo.