Mbappé quiere ser un hombre feliz
Unos años antes del nacimiento de Kylian Mbappé, salió en Francia una canción que iba a marcar profundamente una generación y que queda todavía como una de las grandes creaciones musicales del final del siglo XX. Se llama “Un homme heureux” (un hombre feliz) y fue escrita y cantada por William Sheller. Dice: “Sea cual sea el tiempo necesario, sea cual sea el desafío, quiero ser un hombre feliz”. Les prometo que la melodía y las palabras de esta canción me vinieron a la cabeza al ver a Mbappé sobre el césped del Bernabéu el domingo por la tarde. Incluso aproveché el descanso del partido contra el Sevilla para ponerla en el tocadiscos. Los viejos aficionados al fútbol que somos podemos sentir el estado de ánimo y las emociones de los jugadores, incluso a través de una pantalla de televisión.
Ahora sabemos que algo ha pasado y que Mbappé está en este largo y a veces tortuoso camino hacia la felicidad en su nuevo club. Hubo gestos futbolísticos y humanos durante el encuentro que delatan que mi compatriota ya está instalado en su nueva vida y en su nueva camiseta. Un día de octubre de 1992, un servidor hizo el mismo viaje de Francia a Madrid y tardó varios meses en poder mirar el cielo, respirar a fondo y decir con una sonrisa en los labios: ahora ésta es mi casa. Mbappé ya está entendiendo lo que describo. Y todo el madridismo lo va a disfrutar.
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