Marc Márquez, un regreso necesario

La estimulante actuación de España en el Eurobasket eclipsó parcialmente otras noticias polideportivas de la pasada semana, algunas de profundo calado, como la clasificación del equipo de Davis para la fase final de Málaga con un tremendo Roberto Bautista y un comprometido Carlos Alcaraz; o el bronce mundialista del conjunto de gimnasia rítmica, que vino acompañado del primer pasaporte español para los Juegos Olímpicos de París 2024; o el arranque de los Mundiales de ciclismo en ruta, con un bronce para Remco Evenepoel en la contrarreloj tras conquistar La Vuelta; o el 32º título mundial de Toni Bou en trial; o la victoria de Canelo Álvarez en su trilogía con Guennadi Golovkin; o la reaparición de Marc Márquez en el GP de Aragón, después de seis carreras y 110 días ausente…

Voy a centrarme en esta última. Márquez tuvo un retorno efímero en MotorLand, porque un contacto en la curva 3 acabó con su retirada, después de enviar a boxes accidentalmente a Fabio Quartararo, en plena defensa de su título y de su liderato en MotoGP, y a Takaaki Nakagami. Antes del desdichado suceso, Marc había ofrecido un destello de su talento con una remontada en la salida de la 13ª a la 6ª posición. En los días anteriores ya había alternado fogonazos, como sus buenos libres del viernes, con bajonazos, como su infructuosa clasificación. El ocho veces campeón del mundo ha tenido un regreso prometedor, pero aún muy lejos de sus prestaciones óptimas. Lo mejor es que ya está otra vez en los circuitos tras su operación. Y que lo ha hecho sin las precipitaciones de otras veces. Sin prisas y con brazo firme. El Mundial necesita a Márquez, su carisma. También Honda, que todavía tiene al español el primero de la marca en la clasificación pese a sus seis ausencias. Y Márquez necesita sentirse otra vez un piloto competitivo, después de tantos golpes, físicos y anímicos.

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