Lo que predomina con Eden es la indiferencia, el desdén, la frialdad
Fracasado como toda la selección belga en Qatar, Hazard afronta unas prematuras vacaciones antes de reincorporarse a la disciplina, dicho sea con ironía, del Madrid. Esta circunstancia, que en otro futbolista sería interpretada positivamente por el tiempo ganado de cara a recuperarse de la cita mundialista, aquí es recibida con dos posibilidades: preocupación o indiferencia. El temor viene porque el belga ya ha demostrado que en sus periodos de asueto se deja ir y relaja la dieta, lo que estando además en periodo prenavideño puede ser embarazoso, porque ya en Doha se le ha visto fuera de forma.
Así que lo que predomina con Eden es la indiferencia, el desdén, la frialdad. Después de haberse ilusionado unas cuantas veces con su recuperación, en el club ya no se confía un ápice en que el jugador vuelva a parecerse al que fue, se le da por perdido. Estos días hizo unas declaraciones abriendo la puerta a marcharse en junio si el Madrid se lo pedía, pero, conociendo a los agentes, sería cobrando la temporada que le queda de contrato. El Madrid sabe que Hazard no tiene mercado y que le va a tocar pagarle hasta el último donut. No queda otra que tenerlo en la plantilla como si estuviera puesto por el Ayuntamiento. Al menos no molesta aunque no juegue y siempre habrá partidos de Copa o banales en los que pueda cubrir el expediente.
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