La FIFA ha madrugado al irresoluto CSD

Con tanto ponme el toro al sol, ponme el toro a la sombra, ha aparecido la FIFA para meterle la espada al toro. Ahora vienen las prisas de reunir al TAD en lunes. ¿Ya para qué? El TAD suele reunirse los jueves; si para el pasado le hubiesen llegado las denuncias vía CSD quizá nos hubiéramos ahorrado el último y peor de los bochornos, esa esperpéntica asamblea en la que Rubiales terminó de ponerse la soga al cuello con su actitud chulesca hasta lo bufo, con sus hijas de invitadas estelares. Y que sirvió para arrastrar a la ignominia a Luis de la Fuente, hasta ahora un tipo respetado, que pasó de los aplausos al tuit condenatorio en horas veinticuatro.

La semana de Rubiales me ha recordado un lejanísimo y precioso artículo de Martín Prieto en El País titulado ‘El pato patagónico’, dedicado a no recuerdo qué político argentino. Le comparaba con un pato de la Patagonia que a cada paso que da deja una cagada. Eso ha sido la semana de Rubiales, cada paso una cagada. Tras del desvarío pospartido pudo haberse aliviado con una actitud adecuada en su aparición en la COPE, pero en lugar de eso lo despachó con un ‘gilipolleces de tontos del culo’. A eso siguieron la nota con la falsa declaración de Jenni Hermoso, las presiones para comparecer en el vídeo, el bulo de la dimisión y el viernes nauseabundo.

Bueno, al menos ya no está, gracias la FIFA. De momento por tres meses, pero tras el expediente eso se elevará a definitivo. El CSD puede seguir de vacaciones como ha estado por mucho tiempo. Si el hoy senador José Manuel Franco hubiera actuado seriamente en alguna de las varias ocasiones que tuvo para ello, nos hubiéramos ahorrado esto, que ya no ha sido una corruptela de consumo interior, sino un bochorno nacional recogido en los principales medios de toda la rosa de los vientos. Su sucesor, Víctor Francos, dice ahora que ‘seguiremos nuestra hoja de ruta’. Ya no hay ruta, gracias a la FIFA. Rubiales ya ni está ni se le espera.

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