Feli, un tenista diferente
Feliciano López se dio a conocer al gran público con 21 años, en su debut notable en el Masters Series de Madrid de 2002, disputado en el Madrid Arena. Invitado por la organización, alcanzó los cuartos de final. Solo le frenó Agassi, a la postre ganador de la primera edición del torneo que ahora dirige el español, en tres apretados sets. Aquello desató la ‘felimanía’. Sonó en todas las radios y se asomó por varias portadas.
Su potencia y destreza al servicio, su estético juego de saque y volea, muy diferente al patrón habitual de tenista español, y su planta imponente, advirtieron de la llegada del tenista especial que nos ha acompañado hasta este 2023. Colgó la raqueta superados los 41 años, un prodigio de longevidad tenística. Como el buen vino, algo que sabe apreciar, el tenis de Feliciano ganó enteros con el paso de los años.
Los datos le avalan como un grande de nuestro tenis: duodécimo puesto de la ATP, 14 temporadas en el top 50, 13 títulos entre individuales y dobles, récord de participaciones en Grand Slams (81) igualado con Federer, cuarto jugador de la historia con más saques directos… Y por supuesto, las cinco Copas Davis, la competición que le dio más brillo. Feli siempre fue un tenista especial, desde niño, de los que salen por la puerta grande en las grandes plazas. Como en sus imborrables victorias sobre Del Potro en Mar de Plata o en el doble con Verdasco frente a Berdych-Stepanek.
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