Escudos de nuestros padres
¿Desde cuándo los futbolistas se besan el escudo? Desde que los hinchas empezamos a discutir por los retoques de los símbolos de nuestros clubes. En la confrontación entre modernidad y tradición, suele salir mal parada la democracia. En España seguimos teniendo miedo a las opiniones divergentes y a las decisiones compartidas. El escudo del Real Valladolid está hoy en entredicho, como se discute el del Atleti desde hace años, lo mismo que se abre una tormenta en el vaso de agua de Twitter el día que tu club presenta las camisetas de cada temporada. Asumido que un año pasa rápido, los dirigentes vadean el mal trago. Pero si las camisetas son anuales, los escudos son eternos.
Aquí, al menos, nos libramos de las estrellas. Quitando la selección, que incorpora las 5 puntas del Mundial de 2010, casi ningún equipo las utiliza en su escudo. Eso que ganamos, porque ahí afuera hay lío. De acuerdo con que Uruguay incluya los JJOO de 1924 y 1928 como si fuesen Copas del Mundo y se dibuje cuatro. OK con esos clubes que, tras iniciar la Juve la tradición con su décimo scudetto en 1958, cosen una estrella cada 10 ligas. Pase que se haga lo mismo con el triunfo en Champions, que nos deja al Glasgow Rangers con 5 estrellas por 50 campeonatos y al Celtic (52 Ligas) con solo una por su Copa de Europa del 67. ¿Qué hacemos con el Aberdeen, que se dibuja dos estrellas, una por la Recopa y otra por la Supercopa europea de 1983? Y así por doquier.
Nuestro lío es otro: el escudo nos representa a todos. Los cambios deben hacerse con arreglo a las necesidades mercadotécnicas y comunicativas, pero también a la historia y al consenso. A los historiadores hay que pedirles hechos; a los diseñadores, humildad para reconocer que son los menos importantes del proceso; y a los clubes hay que exigirles que reconozcan la esencia, que va en el escudo, pero a través de los que han adoptado ese blasón como propio. Con los medios actuales a nuestro alcance, ¿por qué no se recaba la opinión de los hinchas como hizo el Girona para retirar la corona? Discutiremos igual, pero caminaremos juntos.