Equipo on/off

El partido del Madrid ante Olympiacos nos dejó una radiografía completa del estado actual del equipo: cuando los jugadores son capaces de conectarse pueden ser un rival temible, capaz de arrasar al rival con unos cuantos contragolpes mortales; cuando se desconectan, parecen un grupo inexperto, sin oficio, fácilmente desbordable por cualquiera con un poco de calidad. En Atenas, el ratito que estuvieron enchufados bastó para sacar ventaja y llevarse el partido, pero la desastrosa imagen final impidió que, más allá de los tres puntos, el optimismo regresara con la expedición.

Cuando el equipo estuvo en modo ‘on’, vimos un centro del campo peleón, con Tchouameni, Camavinga y Valverde, y un media punta como Güler que lanzaba perfecto a sus voraces y letales delanteros. Fue un equipo diferente al que proponía Xabi a su llegada, nada de ir a presionar arriba solidariamente, ni robar en campo contrario, sino bien replegados y saliendo a la contra con balones al espacio para Vini y Mbappé. Pareció por momentos aquel equipo de Mourinho, mortal al contragolpe. Ojo a esta versión que, ante la falta de juego, puede servirle al entrenador para enfrentarse a determinados rivales.

Pero algunos jugadores lo debieron ver tan fácil con los espacios que dejaban los de Mendilibar que apretaron el ‘off’ y se desenchufaron. Volvieron la desgana, el desorden y la debilidad en defensa, como si el equipo no se supiese tampoco ese nuevo plan. En definitiva, un partido desmandado, de arreones, sin el control que se le supone a un equipo de nivel. Alonso sigue teniendo mucho trabajo por delante.

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