El waterpolo siempre responde

Los torneos de waterpolo de los Mundiales de Fukuoka terminaron este sábado con doble presencia de España en los podios: plata de la Selección femenina y bronce de la masculina. Una fotografía que se ha hecho habitual en alguno de los tres peldaños, pero no por ello hay que restarle valor. Al contrario, el mérito es continuar arriba, año a año, siempre en la lucha. Cuando no es una, es la otra, y en varias ocasiones las dos, pero resulta que el waterpolo siempre ha venido con alguna medalla colgada desde 2017 en Europeos, Mundiales y Juegos. El equipo masculino lleva una racha desde 2018, con el oro mundial en 2022 como la joya de la corona, y con el único lunar del cuarto puesto en los Juegos de Tokio, aunque incluso en esa cita peleó por el máximo. El femenino suma diez medallas desde Londres 2012, que incluyen también un oro mundial, además de tres continentales y dos platas olímpicas.

Las dos Selecciones pasaron por la vivencia de dos crueles derrotas en Japón, pero su acceso al medallero final compensa esa amargura puntual. Los pupilos de David Martín tropezaron en semifinales ante Hungría tras ir ganando 11-9 a falta de tres minutos, pero esta vez, al contrario de lo sucedido en Tokio en el mismo cruce, supieron levantarse para colgarse el bronce ante Serbia. Es un aprendizaje más. El deporte es así, unas veces ríes y otras lloras. Ahí está el ejemplo contrario en cuartos, cuando remontaron un 4-6 ante Francia a falta de cuatro minutos. El grupo de Miki Oca, por su parte, perdió el oro ante Holanda en los penaltis. Sin el ogro histórico en el camino, Estados Unidos, era una gran oportunidad para reverdecer en título mundial de Barcelona 2013, pero las neerlandesas pensaron lo mismo. España cayó, pero dio la cara en un partido que llevó al desempate tras ir 10-7 abajo. Eso deja mejor sabor. El waterpolo no trajo esta vez oros, pero volvió a competir a lo campeón.

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