El difícil final de Cristiano Ronaldo

A Cristiano Ronaldo le veremos en el Mundial de Qatar con la selección portuguesa, pero ¿dónde le veremos luego? En el Manchester United de ninguna manera, después de la forma de sacar las patas por alto en una reciente entrevista en Sky, atacando al entrenador y a más instancias del club. Se queja Cristiano, entre otras cosas, de que no le respetaron este verano, cuando pasó un mal trance a nivel personal: su esposa perdió en el doble parto al niño y la niña pasó muchas dificultades para salir adelante. Dice que esa fue la causa de su ausencia durante la pretemporada y que no se sintió respaldado por el club.

En su día no trascendió aquello, sino más bien su deseo (y las gestiones de su agente, que envolvieron al Atlético) de jugar en un equipo clasificado para la Champions, que no era el caso del United. Tras tantear, además de en el Atlético, en el Nápoles y en el Sporting, no le salió ninguna oferta convincente y sigue en el United, donde juega poco y sólo lleva tres goles. El curso pasado aún marcó 24, ya la mitad de la producción de sus años incomparables en el Madrid. Tiene 37 años, aún conserva muchas condiciones, pero su juego se apoyó siempre mucho en una exuberancia física que con el tiempo ha disminuido. Cada vez le costará más.

Me temo que su problema no sea tanto con el United como con el tiempo, que pasa y se lleva cosas. Igual que Piqué, convertido un buen día en quinto central del equipo, pero él supo encontrar una salida que no prolongara la agonía. El problema es mantenerse en la élite cuando las fuerzas fallan. Para estas situaciones siempre hubo apeaderos. En los setenta, Pelé, Beckenbauer y Cruyff, entre otros, fueron a la NASL; más tarde, Pirri, Asensi, Butragueño y Michel, a México; luego surgieron Japón, donde jugó Zico y ahora está Iniesta, después China, ya enfriada, Qatar, ahora de nuevo Estados Unidos… Pero él aún se ve en la Champions. No sé si encontrará dónde...

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