El basket español da la cara
La noche del domingo estuvo cargada de emociones, y no sólo por el recuento de votos. Quienes eligieron sintonizar Teledeporte o acudir a las gradas del Palacio de Deportes en lugar de seguir los vaivenes de las Elecciones, o incluso quienes lo hicieron con un ojo en la política y otro en el baloncesto, pudieron subir su ánimo de revoluciones con la brillante actuación de la Selección Sub-19 femenina, que estuvo a punto de dar la campanada ante Estados Unidos en la final del Mundial de la categoría. Para que se hagan una idea, a falta de 40 segundos, el partido estaba igualado a 66. Al descanso, el marcador también reflejaba un empate a 34. Fue un pulso de poder a poder, que en nada se pareció a los encuentros anteriores del Team USA, que había apalizado a sus seis rivales durante el Campeonato. El promedio de sus ventajas había sido de 49,1 puntos, lo que hacía presagiar otro paseo en su camino al oro. No ocurrió.
Los equipos de formación de España, y también los profesionales, son tremendamente competitivos. El año pasado, las nueve Selecciones en liza se metieron en las nueve finales. Si le sumamos lo que llevamos de este verano, van 13 medallas de 14 posibles, con la extraña excepción del patinazo de la Sub-20 masculina. Todo lo demás han sido podios, con mención especial al oro mundial de la Sub-19 de hombres, que proyecta a varios jugadores hacia la NBA. En esta cosecha sólo hay un bronce europeo, el conquistado por la Sub-18 femenina. En aquel equipo jugó Iyana Martín, que también ha sido la estrella en este Mundial celebrado en Madrid, hasta el punto de que fue elegida la MVP, por delante de las colosales jugadoras estadounidenses. Un premio, por cierto, que recibieron históricamente figuras como Breanna Stewart y A’ja Wilson. Ese es el nivel al que apunta Iyana. Y ese es el nivel del basket español, que no se amilana ante nadie.
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