El año que soñó con la 33

Hace un año y un par de días, el 22 de noviembre de 2022, Fernando Alonso pilotó por primera vez un Aston Martin de forma oficial. Lo hizo en el mismo circuito de Yas Marina que este fin de semana cierra el Mundial de Fórmula 1. En aquella fecha, Alonso no imaginó ni en el mejor de los supuestos que iba a acabar el campeonato de 2023 con ocho podios, que todavía podrían convertirse en nueve, seis de ellos en las primeras siete carreras de la temporada. Y mucho menos que iba a hacer soñar a la afición con la victoria 33, que en los momentos iniciales de la campaña tomó mucho cuerpo. En análisis del propio Fernando, la meta estuvo cerca en Mónaco y en Zandvoort. Luego, se desinfló. La segunda parte del año se atragantó bastante, porque no se acertó con el desarrollo del AMR23, aunque en el aliento final se ha enmendado la trayectoria, hasta el punto de que Alonso volvió a subirse al cajón en São Paulo.

Una vez que el top-3 del Mundial ya está decidido en favor de Max Verstappen, Sergio Pérez y Lewis Hamilton, el asturiano figura como uno de los cuatro candidatos a ocupar la cuarta posición final, en la que ahora mismo se asienta Carlos Sainz con los mismos puntos, 200, pero con una victoria en Singapur. De hecho, el madrileño es el único piloto que ha sido capaz de romper la hegemonía de Red Bull, que ha ganado 20 de las 21 carreras, 18 de ellas con Mad Max al volante. Los dos españoles pelearán la medalla de chocolate con Lando Norris y Charles Leclerc. Es una de las pocas cosas que quedan por decidirse en Abu Dabi. Otra de ellas también implica a Carlos, porque Ferrari aspira a la segunda plaza de constructores que hoy exhibe Mercedes. Son los premios de consolación para un campeonato que soñó con la 33 de Alonso, alcanzó la segunda de Sainz y presenció la tercera corona de un estratosférico Verstappen.

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